Altar de la Virgen de los Dolores (La Dolorosa)

El viernes 7 de abril arrancan las actividades de Vive la Pasión 2017 con el Altar a la Virgen de los Dolores y las ‘Lágrimas de la Virgen’, una tradición con gran arraigo en el estado de Guanajuato, donde se acostumbra a regalar agua o helado a los viandantes, pero ¿De dónde provine esta costumbre? Martín Gerardo Ramírez nos invita a descubrir los orígenes de esta creencia. 

Manifestación de gran arraigo desde la llegada del catolicismo en México, más en el Bajío y centro. Es uno de los momentos que refleja a un el matriarcado y la jerarquía de la mujer como dadora de vida, educadora y guía de los hijos.  Quien sufre las penas y gloria familiares. Culto Mariano que se solidifica desde la llegada en el siglo XVI de estampas y oraciones dedicadas a la Dolorosa que, con su daga en el corazón, hace uno de los primeros sincretismos del mestizaje cosmogónico de deidades.

En este altar está lleno de símbolos, iconos y monogramas, que representan la pasión y sufrimiento de Jesucristo, carne del Espíritu Santo. Todo es representado en sus elementos; las naranjas son las  lágrimas de la virgen;  las banderas y papel picado, el elemento aire y purificación del corazón; las semillas, germinación de vida y, muy importante, la segunda bendición para la buena siembra y sustento del año; el corazón con siete dagas, los dolores de la Virgen; los tapetes simbolizan una barrera para que la divinidad no toque lo material, que es corrupción; las velas, símbolo de luz y divinidad, hacen que se les conozca también como luminarias; los germinados de trigo o chía, la resurrección; las plantas medicinales y aromáticas, paz, sosiego y sanación de males físicos.

La imagen de la Virgen en bulto, pintura o litografía, es el elemento principal que, con la decoración de flores en maceta o ramos, tiene un gran significado en cada región. Cada pueblo y grupo étnico tiene sus elementos y símbolos que se emplean dependiendo de su ecosistema.

Tradición que se acompaña con rezos, misas especiales, ceremoniales o rituales específicos al culto Mariano o Materno de las Diosas en gran parte del mundo indígena. Por tal motivo, las mujeres de casa preparan las siete cazuelas, las aguas de obispo o de chia, paletas, nieves, galletas con el propósito de compartir y reunir a la familia.

Es difícil describir tan potente veneración dogmática de hiperdulía en las comunidades rurales y étnicas, cuya mezcla de creencias hacen un sincretismo particular que se expresa en esta manifestación tan apasionada en el México profundo, a fin de consolar y acompañar a la Virgen en sus siete dolores y vivir el inicio de la pasión del Señor.

Bienvenidos a Vive la Pasión 2017.