Las infinitas posibilidades del arte urbano 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

Las infinitas posibilidades del arte urbano

Por Silvia Palacios   08/06/21

Existe una diversidad de opiniones en torno a lo que se considera arte urbano y lo que no, los elementos que lo componen, si puede tener cabida en las galerías y museos, y cómo ha tenido auge en los últimos años. Esta es una breve aproximación a la cultura del arte urbano vista desde la perspectiva de tres de sus agentes. 

¿Qué es el arte urbano? Esta fue la pregunta detonadora que se le hizo a Job Emmanuel Alba Ángel, investigador social especialista en el tema; Carolina Durán (Caroduls) y Víctor Ayala (Kart), artistas urbanos. 

La multiplicidad de opiniones sin duda enriquece la definición en sí misma, pues aborda tópicos que van desde la intervención de espacios públicos hasta la capacidad creativa para desarrollar el concepto a exponer y la interacción que el espectador puede —o no— tener con la obra, incluso permea el cuestionamiento del propio agente sobre su papel como artista o no.

De acuerdo con Job, antropólogo social, docente e investigador social en el Instituto Municipal de la Juventud, los primeros registros que se tienen de expresiones urbanas, específicamente el grafiti, datan de finales de la década de los 50, en Filadelfia, con Darryl Cornbread McCray, a éste le siguieron personajes como Dimitraki, más conocido como TAKI 183, en Nueva York, durante los años 60. 

En León, esta expresión llegó a popularizarse a inicios de la década de los 90. El primer registro que se tiene del grafiti en la ciudad es un elemento fotográfico que data de 1992 y eran unas letras en estilo bomba o bombing ubicadas en el cruce del Malecón del Río de los Gómez y el Bulevar Hidalgo, sobre el mismo Malecón.

“Los antecedentes del arte urbano y el grafiti en León eran las placas elaboradas por gente que perteneció a algunas bandas o pandillas que traían más la estética de los chicanos, letras góticas que de alguna forma tenían una estética que venía a transformarse pero que también se diferenciaban de lo que ahora conocemos como arte urbano”, refiere Job.

La riqueza del arte urbano reside también en los múltiples fenómenos sociales que conlleva, entre ellos la migración, ya que en gran parte es lo que lo fue popularizando alrededor del mundo.

“En México, los primeros registros que se tienen son de los años 80. Llegó (el grafiti) a las principales ciudades, que son Guadalajara, Monterrey y Tijuana, por migrantes o paisanos que regresaban de estos contextos (norteamericanos) con prácticas como lo es el grafiti y el arte urbano, y empezaron a socializar, eso permitió que varias personas, familiares y amigos comenzarán también a replicar este tipo de estética en la calle”, agrega.

Además existe en los artistas urbanos esta necesidad de expresarse, de ser escuchados, y, a la vez, ser reconocidos por su trabajo. Esta misma premisa la refuerza Víctor Ayala, mejor conocido como Kart,  quien lleva más de 20 años de trayectoria. 

“Es un gremio ególatra, entonces para que tú pintes en la calle y tu trabajo sea respetado, para que no te lo pinte otro artista urbano, tienes que hacer algo de alta manufactura, ya sea en la estética, en la calidad o en la parte intelectual, porque el arte urbano está a la mano de toda persona que puede pasar, verlo, cuidarlo, dañarlo; entonces para que tu arte trascienda el tiempo y el espacio tienes que ganarte ese respeto”, menciona Kart.

Cuenta que fue en 1999, a los 12 años, cuando comenzó a involucrarse en el mundo del grafiti en León y que uno de sus mentores, quien fungió como inspiración, fue Eduardo Martínez Nikis, pionero de esta disciplina en León.

El también diseñador gráfico menciona que fue alrededor de 2008 cuando surgió esta ruptura entre lo que es considerado el grafiti y lo que a partir de entonces comenzó a conocerse como arte urbano, mismo que implicó una mayor aceptación entre la ciudadanía y las instituciones. 

“Por ahí como de 2008 surge este término de arte urbano a raíz de lo que hay en el mundo y en México de que algunos diseñadores, arquitectos o gente con preparación académica empiezan a participar en la intervención pública”, refiere.

Aún así, considera que en León aún hay “grafiti ortodoxo”, ilegal y hecho solo con aerosol, porque ese es un tema. El grafiti nació como tal a partir del aerosol como material esencial o único, y fue a partir de la ruptura que comenzó el uso de otros materiales como la pintura acrílica, vinílica y las conocidas como propas,  que deriva de la palabra propaganda y que se refiere a pósteres pegados con engrudo.  

Con el paso del tiempo, Kart se ha ganado el reconocimiento en el gremio gracias también a sus murales hiperrealistas, los cuales realiza a partir de un concepto bien construido y tras una investigación, pues asegura que el concepto creativo y la documentación hacen la diferencia al momento de hacer una producción. 

“Empecé a implementar un poco más de arte autóctono en mis ideas. Comencé a basarme en lo que veía de los indígenas, tomaba sus elementos, no como tal copiar y pegar, sino que empecé a conocer sus tradiciones, sus costumbres y comencé a acudir a ceremonias, a empaparme de esa temática para darle a mi arte urbano, a mis murales, un toque propio, que se vea que era arte urbano pero también tuviera contenido. Ahora lo veo (al arte urbano) como una oportunidad para dejar un mensaje, una idea; sé que alguien lo va a ver y tal vez no se va a dar cuenta pero hay un mensaje. El mismo mural es mi medio de expresión”.

Sobre los códigos que existen en el grafiti, hay uno que se refiere al respeto entre artistas y que Kart enuncia de la siguiente forma: 

“Bomba mata tag, characters mata bomba, y producción o arte urbano mata todo porque es lo más elaborado”, refiriéndose a que si en el espacio que se va a intervenir hay alguno de estos estilos, puede ser “matado” por el siguiente debido a la complejidad de su elaboración.

En cuanto a la escena local, el artista leonés reconoce que en la ciudad existe una técnica muy buena por parte de los grafiteros, misma que es reconocida a nivel nacional, pero también los incita a ir más allá, crear conceptos creativos.

Carolina Durán Caroduls comparte la idea de Kart sobre la escena local actual, incluso ella propone a la escultura como nueva área para crear arte urbano.

“León tiene tanto grafiti de buena calidad técnica, grafiti con aerosol, que técnicamente lo encuentro en un nivel muy interesante pero, en lo personal, me gustaría ver más propuestas, no sé, gente atreviéndose a trabajar con distintos materiales, distintos formatos. Creo que todavía tenemos un sinfín de posibilidades que no están tan exploradas. Me encantaría ver más grafiti abstracto, post grafiti o esculturas en las en la calles”, refiere. 

Originaria de León, Guanajuato y artista visual por la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, Caroduls es conocida por su creación de arte urbanos enfocada principalmente en la técnica de propas

Caro refiere que aunque no fue totalmente deliberado el emprender un camino en el arte urbano, lo disfruta mucho e incluso le da una cierta libertad que es un poco más complejo encontrar en el arte “institucional”.

“Me da una sensación de libertad muy diferente a la del bastidor, que se siente como más de pensarlo bien, los papeles son más un juego de libertad”.

Para Caro, las definiciones son un tanto limitantes, ella prefiere la abstracción y parte de ello es el no delimitar el arte urbano, ya que si algo ofrece es libertad. Libertad de crear, de exponer, de permitir que el espectador interactúe —o no— con la pieza, que incluso sea la persona la que decida qué hacer al ver la obra.

“Es mucho más cercana y a la vez más violenta con la obra (participación del espectador) que en un museo, porque en éste se establece una distancia; en una galería no puedes tocar, no puedes pintar. Creo que el espectador hace una gran diferencia”, menciona.

Aunque justo en este aspecto de no establecer limitaciones ante las infinitas posibilidades que tiene el arte urbano, está el hecho de que éste puede llevarte a exponer en museos y galerías, incluso comparte que el grafiti le ha dado la posibilidad de presentarse en galerías.

Así, comparte la visión de Job y Kart  en que el arte urbano no deja de serlo solo por presentarse en espacios institucionalizados, por decirlo de alguna forma, y ejemplo de ello son Basquiat y, recientemente, Banksy.

La multifacética percepción del arte urbano, que no se centra solo en lo visual, sino también en lo escénico, ofrece a los mismos agentes una infinita posibilidad de exponer su arte; porque el mundo ya es un lienzo en sí. 

ERste texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 129

 


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