Sueños en 35 mm 

León, Guanajuato

Cine y Escénicas

Sueños en 35 mm

Por Edgar A. Aguirre Vega   27/04/21

Edgar Nito se consolida como un importante cineasta guanajuatense. A sus 34 años,  además de director, es productor, guionista y socio fundador de Pirotecnia Films, donde actualmente desarrolla su segundo largometraje.

Nació en la ciudad de Irapuato en una familia que poco tenía que ver con el arte y sus manifestaciones. Sin darse cuenta, su pasión por el cine inició al estudiar la secundaria, cuando en una clase uno de sus profesores decidió proyectar El señor de las moscas, cinta con la que inició el descubrimiento de producciones distintas a las que, hasta ese momento, había conocido, pues previo a ello el cine era un área que no robaba su atención.

“La segunda (película) que me impactó, que también fue por la época, fue Naranja Mecánica; fueron filmes que me impactaron y me hicieron ver que había otro tipo de cine. Algunos años después, películas como Kids, Réquiem por un sueño, Trainspotting, todas esas películas con temas duros y muy explícitas, fueron las que me generaron la inquietud de ver cómo desarrollar un estilo narrativo visual a través de una cámara”, platica.

Ya en preparatoria, buscó ampliar su acercamiento al séptimo arte; en ese periodo realizó su primera visita al entonces Expresión en Corto —el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF)—, descubriendo una programación excepcional, sobre todo al darse cuenta de las diversas e interesantes propuestas del cine mexicano vinculadas con en espacios formativos como el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).

Su naciente pero inminente curiosidad por el cine, lo llevó a tomar una cámara de video y realizar, de manera independiente, diversos ejercicios que resultaron en una especie de cortometraje “sin narrativa”, como él lo menciona, que si bien no integra como parte de sus trabajos sí le valió diversos conocimientos que a la fecha agradece.

“Le eché muchas ganas para hacerlo por mi cuenta, el corto no tenía ni pies ni cabeza pero, lo valioso, está en que me moví para reunir un equipo y conseguir herramientas y espacios; cosas que no sabía pero que ahora veo y hago en el trabajo de producción”.

Debido a las insistencias de su familia, a los 17 años ingresó a la Universidad De La Salle Bajío para licenciarse en la carrera de Comunicación, pues para involucrarse en el cine, su mamá le había pedido que primero tuviera la mayoría de edad y estudiara otra carrera. Su paso por la universidad, gracias a la difusión de diversas actividades, le valió ser parte de un curso impartido por el CCC en el Centro de las Artes de Guanajuato en Salamanca; fin de semana tras fin de semana, Nito dedicaba su tiempo y esfuerzo al aprendizaje de la cinematografía, descubriendo una enseñanza muy distinta a sus clases universitarias de cine, lo que le ayudó a tomar decisiones.

Después de 2 años en la universidad, decidió aplicar para lo que entonces era el Curso General de Estudios Cinematográficos en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Aún con todas las ventajas de la institución educativa, no fue fácil convencer a su familia pero finalmente cedieron, aunque con la idea de que el poco porcentaje de admisión, obligara a Edgar a mantenerse en la entidad. No sucedió. Finalmente, a los 19 años, nuestro cineasta se mudó a la Ciudad de México y aunque al inicio, como todo cambio, no fue fácil, sabía que tomaba el camino correcto.

“Primero me di cuenta que mi educación escolar era muy distinta a la que traían mis compañeros de la Ciudad de México. Había libros que yo no leí, temas que nunca vi. Luego me di cuenta de que varios (compañeros) eran hijos de cineastas o sobrinos de artistas. Esa competencia de inicio te sorprende, porque yo no crecí viendo las películas de Tarkovski, como muchos de ellos, que ya sabían quiénes eran todos estos cineastas consagrados. Ese choque cultural es importante”.

La competitividad le permitió ponerse a prueba, el resultado por supuesto se ve en pantalla. Así transcurrieron alrededor de 6 años, “una locura”, según Nito, quien recuerda emocionado el tiempo en el que estaba rodeado de tantos estudiantes creativos y apasionados, dedicados a tiempo completo en ser unos profesionales del cine.

“Era loco porque cuando no tenías clases la gente no se iba, te quedabas ahí; por eso el CCC se ha ganado, internamente, el apodo del Ángel Exterminador, como la película de Luis Buñuel donde los protagonistas están dentro de una casa y por alguna razón no pueden salir.

Recuerdo también la entrevista de admisión, donde estaban 15 académicos del cine cuestionando todo lo que respondiste en tus exámenes anteriores para defenderlo. Nacho Ortiz, director de cine y maestro consagrado de esa escuela, me preguntó si había visto alguna película de Ripstein, y yo no tenía idea de quién era. Después aprendí más de él pero hasta hace poco vi una de sus películas —Canoa— que sí está muy chida. Ese fue un momento que sí me pudo porque pensé que no iba a pasar, pero creo que sirvió ser completamente sincero”.

Volveré es el primer cortometraje oficial creado por Edgar Nito, considerado así por su creador debido a que fue el primero en tener la posibilidad de ser expuesto ante una audiencia externa a la comunidad estudiantil, además de presentarse en festivales de España, Perú y, por supuesto, México, como parte de la selección del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, donde además resultó ganador en la categoría de Mejor cortometraje guanajuatense.

En 2019, el cineasta regresó al GIFF con su ópera prima Huachicolero, inaugurando la edición anual del festival. La cinta independiente logró diversos galardones en festivales como TriBeca, SITGES, North Bend Film Festival, GIFF, Mórbido, Festival de Cine de Madrid y Festival Internacional de Cine de Monterrey. Después de una exhaustiva búsqueda de distribuidora, el equipo decidió que la mejor opción, como producción independiente, era la que les brindaba la plataforma Amazon Prime Video, escaparate digital que ya cuenta con este título dentro de su catálogo disponible para el disfrute del público.

Próximamente podremos ver su labor como director también en Netflix a través de la serie de acción Dale gas, creada por Alejandro Fernández, con quien comparte créditos de dirección, al igual que con Ernesto Contreras. Como parte de su desarrollo creativo a futuro, desea explorar a fondo el thriller y suspenso, así como adaptar alguna novela o alguna buena historia que llegue a sus manos. El colgado, Jaral de Berrios de México Bárbaro y La dama de rojo, son algunos de los trabajos que puedes conocer visitando su página: www.edgarnito.com (ubica la sección de Showreel, ingresa, elige el cortometraje que deseas ver y da clic; en caso de requerir contraseña, puedes ubicarla en la descripción del video).

Edgar Nito nos da un ejemplo de que con perseverancia y mucha pasión se pueden alcanzar grandes sueños, porque es consciente de que no todo es fácil, pero también de que hay maneras de hacer las cosas.

“Te dirán que no; todo el mundo, todo el tiempo. En el arte es un clásico, eso de que te vas a morir de hambre. Esa es la primera de miles de barreras que siguen en el camino. Hay que romper primero eso y seguir haciendo lo que queremos, es importante saber que el no ahí estará siempre, asimilar que es una parte básica de la vida y, entonces, ignorarlo y darle la vuelta a encontrar el cómo sí”.

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 127

 


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