Cocinar para sanar 

León, Guanajuato

Cultura, Identidad y Patrimonio

Cocinar para sanar

Por María Luisa Vargas San José   22/03/21

El confinamiento largo sin esperanzas de terminar pronto nos ha cambiado la vida; esa vida rutinaria de la que tanto renegábamos y que se hartaba de ir al trabajo todos los días y al supermercado los fines de semana no era tan desolada como nos parecía, obviamos muchísimas actividades que, consideradas menores, pasaban inadvertidas y que hoy miramos desde lejos con nostalgia.

Es angustiante no saber cuándo volveremos a pisar la calle sin miedo, cuándo regresarán los chicos a la escuela, cuándo terminará nuestro duelo por los que se fueron y por lo que se nos fue, cuándo estará nuestra familia a salvo de la parca, cuándo iremos cine, al bar, al restaurante o al centro comercial sin que esto suponga jugarnos la vida.

La incertidumbre es un zumbido bajo y continuo, un “mátalas callando”. Ese no saber, esa falta de certeza por un tiempo tan prolongado, es un roedor silencioso y mañoso. Un parásito de la mente que construye túneles retorcidos en nuestros niveles subterráneos… y nos está haciendo perder el quicio, la paciencia, y a veces, hasta la alegría.

Poner al mal tiempo buena cara nunca ha sido fácil, hay que saber recurrir a todos los trucos que sepamos e incluso inventar alguno nuevo. Terapias de muchos estilos hay que ayudan a controlar la ansiedad y el estrés, la melancolía, la tristeza y la depresión; yo hoy les propongo una terapia al alcance de la mano, fácil y simple, que no requiere mayores conocimientos previos, pues en este caso, empezar de cero es todavía mejor que perfeccionar lo que ya se sabe, aprovechemos que estamos en casa y que tenemos un  tiempo que nos cayó de sorpresa y aprendamos a cocinar para sanar.

Cocinar como una herramienta para mantener el equilibrio emocional. Siendo una tarea tan cotidiana en nuestra vida diaria, para que funcione como terapia lo mejor sería contar con la ayuda de un terapeuta calificado, pero lo esencial es que hay que hacerlo con intención y atención, dándonos cuenta de que lo importante no es lo que se cocina, sino lo que sucede durante el proceso, que si ya de por sí es una transformación química de los ingredientes concretos, que sea, pues, también una transformación intencional en la perspectiva desde la cual observamos nuestros pensamientos y sentimientos.

Cocinar como terapia no es abrir dos latas y un sobrecito, renegar del olor de la cebolla y enojarnos con el tiempo que tarda en cocerse un huevo o en freírse una papa para terminar lo más pronto posible y salir del paso con algo más o menos comestible; puesto que no hemos de ir a ningún lado y de todas formas habrá que hacer la comida, aprovechemos que hoy tenemos tiempo y démosle la vuelta a la tortilla, gastemos el tiempo en cuidarnos y proporcionarnos placeres pequeños e inesperados.

Si vivimos solos, disfrutar haciendo nuestra comida significa autocuidado y mimo y es una actividad que nos activa sensorialmente y que nos puede llevar a inventar mil combinaciones, a arriesgarnos, experimentar y aprender, no sólo a cocinar sino a tener paciencia con los alimentos, que tienen sus propios tiempos, igual que la realidad.

Si no vivimos solos, durante el confinamiento podemos aprovechar la compañía de los que están con nosotros para cocinar juntos, lo cual promueve un acercamiento especial, desarrolla nuestras capacidades para trabajar en equipo buscando una meta común, satisfactoria y positiva para todos. Como toda actividad manual, cocinar contribuye a reducir la agitación mental, pues al ponernos en acción disminuye la preocupación.

Guisar ayuda a evadir los pensamientos negativos porque exige concentrarnos, enfocarnos, poner atención a lo que estamos haciendo en el momento presente, estimula nuestra creatividad y memoria, y nos da la sensación de estar en control (para variar) de algo. Conseguir rápidamente una meta tan concreta (concretísima) gracias a nuestro trabajo, es muy estimulante y si con este producto de nuestras manos despertamos nuestro deleite y el reconocimiento de nuestros comensales, será un buen empujón para mejorar nuestra autoestima.

Al cocinar usamos todos nuestros sentidos, enriqueciendo el vínculo sensual que existe entre el cuerpo y la mente cuando nos hacemos conscientes de lo que vemos, tocamos, olemos, saboreamos y escuchamos ¡podría llegar a ser una meditación en movimiento!

Cocinando nos cuidamos, aunque no tengamos invitados, no debemos olvidar nunca que nosotros somos nuestros propios huéspedes… y lo seremos toda la vida.

Nota al lector: 

“Cocinar y hornear como terapia contra la depresión y determinadas adicciones es una técnica derivada de las terapias de la conducta en la que los profesionales animan al paciente a alcanzar una nueva meta aprendiendo técnicas nuevas. De este modo, personas de todas las edades, afectadas de depresión o adicciones de diversos tipos, olvidan por unas horas los problemas que les afectan, y además lo hacen sin pensar realmente en que están en mitad de una terapia.

Hay un riesgo en estas terapias, especialmente al tratarse de pacientes emocionalmente sensibles, con trastornos de ansiedad o afectados de adicciones: convertir la comida en una vía de escape perjudicial. Por eso los expertos diseñan los tratamientos prestando mucha atención a las técnicas y recetas que practican, enseñando sobre todo cocina sana y transmitiendo los valores de una alimentación equilibrada.

La verdad es que estos tratamientos centrados en la cocina pueden ser un buen recurso para ayudar a la recuperación de personas que sufren depresiones y trastornos derivados, incluso simplemente contra el estrés. Y es una buena idea contar con un profesional que les guíe, ya que cuando se es un novato en los fogones, puede ser muy frustrante. Pero se disfruta de ello, cocinar y hornear se convierten en una terapia muy satisfactoria”.  

Liliana Fuchs

 

Referencia

Liliana Fuchs. (s/f). Cocinar y hornear como terapia contra la depresión. 11 de febrero 2021, de Directo al paladar. El sabor de la vida Sitio web: https://www.directoalpaladar.com/otros/cocinar-y-hornear-como-terapia-contra-la-depresion

Para saber más

Yanet. (2017). Terapia a través de la cocina. Artículo de divulgación de Josefina López Pérez. Febrero, 2021, de Teh Foodie Studies Sitio web: https://thefoodiestudies.com/terapia-a-traves-de-la-cocina-articulo-de-divulgacion-de-josefina-lopez-perez/#:~:text=La%20cocina%20como%20terapia%20es,cuerpo%20que%20tenemos%20que%20procesar 

Patricia Boquete. (2019). La Terapia Culinaria es la práctica de cocinar y preparar comida casera con motivos terapéuticos. Febrero, 2021, de Terapia culinaria Sitio web: https://www.terapiaculinaria.com/proyecto

Redacción. (2018). Porque cocinar no es solo para comer: terapia culinaria. Febrero 2021, de Cocina y vino Sitio web: https://www.cocinayvino.com/en-la-cocina/especiales/no-esolo-comer-terapia-culinaria/

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 126


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