Okja, el gigantesco logro de Joon-ho Bong 

León, Guanajuato

Cine y Escénicas

Okja, el gigantesco logro de Joon-ho Bong

Por Karla Gasca    04/07/17

Okja de Joon-ho Bong se ha brincado las salas de cine para llegar directamente a Netflix, donde estará al alcance de más de casi 100 millones de suscriptores. Esta película protagonizada por un simpático ‘supercerdo’ y una niña, invita a reflexionar sobre la relación entre el hombre y el resto de los animales e indirectamente, sobre las nuevas formas de distribución de los proyectos cinematográficos. 

 

Okja es un ser de enormes dimensiones que - dependiendo de la imaginación del espectador- podría tratarse de una cruza entre elefante, hipopótamo y rinoceronte. En realidad este simpático e inteligente animal de mirada humana, es un supercerdo modificado genéticamente con el objetivo de alimentar a los amantes de los embutidos.  

Hasta donde he escuchado y leído, la más reciente película del director surcoreano Joon-ho Bong no permite medias tintas. Okja puede resultar aburrida y exagerada, o por el contrario, divertida y conmovedora, según el humor y las preferencias cinematográficas del espectador. La historia que se instala en gran medida en el género de la Ciencia Ficción, aunque trate con temas reales como la manipulación genetica de los alimentos, logró reunir a un elenco de verdaderas estrellas como son Tilda Swinton, Jake Gyllenhaal y Paul Dano, quienes interpretan papeles llevados al extremo, casi caricaturizados (quizá con la intención de universalizar a los personajes). Tilda es Lucy y Nancy Mirando, ambas mujeres dedicadas a los negocios, capitalistas desalmadas y voraces. Por su parte, Jake Gyllenhaal interpreta a Johnny Wilcox un excéntrico veterinario al estilo de ‘El cazador de cocodrilos’ que presta su imagen a la mega corporación Mirando, misma que busca vender al mundo la idea de que un animal gigante descubierto en un entorno natural y por lo tanto libre de transgénicos, podría ser la solución a la escasez de alimentos que se avecina, hecho que para nuestra desgracia no comparte el tono Sci-fi en el que se instala la película. En el equipo de ‘los buenos’ tenemos a Jay, interpretado por Paul Dano, un activista que me recordó un poco al polémico Gary Yourofsky, y quien se ha reunido con otros agitadores extremistas y un tanto fanáticos en el Frente de Liberación Animal, un grupo decidido a terminar con la crueldad infringida por corporaciones como Mirando. A este gran elenco se suma la joven Seo-Hyun Ahn, quien interpreta a Mija, la niña que creció junto al supercerdo que protagoniza esta historia: Okja, y quien está dispuesta a dejar las verdes montañas de Corea del Sur y enfrentarse a grandes peligros para salvar a su enorme amiga, detalle que me deja en claro que en la mayoría de las culturas existen dos formas de percibir a los animales: comida o mascotas. 

 

 

Joon-ho Bong creador de películas impactantes como Snowpiercer (2013) y The Host (2006), logra homogeneizar la narrativa con diálogos que fluyen en inglés y en coreano y escenas que transcurren entre Corea y Nueva York, quizá a sabiendas de que la película se estrenaría apenas en algunos cines de Estados Unidos y Corea del Sur. Gracias a Netflix, Okja llegará a un público mucho más amplio del que acostumbra a visitar las salas de cine: casi 100 millones de suscriptoress en 191 países, posicionando a esta empresa como el nuevo hogar de cineastas en busca de libertad creativa. La más reciente película de Joon-ho Bong también fue centro de la polémica en el último Festival de Cannes cuando Netflix anunció que no la proyectaría en los cines de Francia, lo que desató quejas de los defensores de la pantalla grande y llevó al certamen a cambiar sus reglas: a partir del 2018 no podrán competir en el certamen películas que no se estrenen en salas francesas.

Okja también puede llegar a ser tramposa. Es probable que el espectador más blando renuncie (aunque sea por un día) a comer carne después de la evidente alusión que hace el filme a las atrocidades de la industria cárnica, comparando el matadero con un campo de concentración nazi. Sin embargo, el mismo Joon-ho Bong ha señalado en varias entrevistas que su intención no es convertir al espectador en vegetariano, sino hacerlo consiente de los procesos e implicaciones de esta industria. Sin embargo, considero que la película no deja de ser chantajista por el simple hecho de que nos muestra a un animal fantástico que roba el corazón al estilo de los personajes de Hayao Miyazaki. ¿Nos provocaría la misma conmiseración si Okja fuera un animal grotesco como el macho que aparece en la película, aquel que permanece encerrado en el laboratorio y se encarga de preñar a las de su especie? 

Después de ver Okja me pregunté qué parte del elenco no consume carne. La respuesta es que la mayoría la consumen, incluso Joon-ho Bong, aunque admitió hacerlo con menos regularidad después de haber visitado un matadero en Colorado y haber realizado esta película que muestra lo peor y lo mejor de la naturaleza humana, así como la cara más cruenta del capitalismo, aunque no creo que tenga otra. 

 


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