Aron Demetz: la belleza de lo imperfecto

Quizá el arte es una de las vías más ‘seguras’ para alcanzar la perfección, o por lo menos resulta una herramienta útil cuando se trata de reproducir el esplendor que nos envuelve. El artista italiano Aron Demetz apuesta más bien por la imperfección intrínseca en la naturaleza humana, descubriéndola a través de materiales como la madera, el carbón y el bronce. 

Los humanos somos seres imperfectos en constante mutación. Nuestro cuerpo cambia como respuesta al ambiente que nos rodea, a la disposición genética y al paso inevitable del tiempo. También cambiamos en nuestro interior a raíz de múltiples vivencias. Más allá de centrarse en la belleza o en el aspecto estético de la figura del hombre y la mujer, el artista italiano Aron Demetz traslada estos rasgos propios de la naturaleza humana a esculturas de madera y bronce, que no solo parecen tener vida, sino que experimentan al igual que nosotros, una constante metamorfosis que se revela a través de los detalles y las texturas. 

La obra de Aron Demetz llega al Museo de Arte e Historia de Guanajuato (MAHG) para confrontar al público con su propia realidad. La angustia y el dolor se reflejan a través de cicatrices sobre la madera; resina y quemaduras crean múltiples texturas en la obra. La madera que utiliza el artista italiano para dar vida a sus esculturas, fue afectada de antemano por la naturaleza. Una de las piezas, por ejemplo, fue tallada sobre el tronco de un árbol al que atravesó un rayo, preservando esta marca que atraviesa el corazón de la escultura. En otras piezas podemos ver una textura que asemeja el crecimiento de algún tipo de fibra o filamento, misma que el artista creó para simular el desarrollo de moho que experimentan los árboles en su entorno natural. Las piezas de Demetz también presentan golpes, ralladuras y todo tipo de cicatrices que la obra ha sufrido desde su creación a causa de múltiples factores, incluyendo su traslado; pero esta es la naturaleza de la pieza que al igual que nosotros, terminará convertida en polvo y cenizas. De ahí la pieza central de esta exposición: un retablo Neoclásico italiano del siglo XIX que el artista adquirió en una subasta y fue intervenido para resaltar su belleza por medio de la destrucción. Este gran retablo de madera con cobertura de hoja de oro, fue alterado con el uso del fuego hasta dejarlo totalmente carbonizado. En la parte de en medio un corazón late y se comienza a apagar hasta quedar completamente quieto.

La exposición: ‘L’Eco della Cenere’ que permanecerá en el MAHG hasta el mes de enero de 2017 gracias a la colaboración de Terreno Baldío, quienes fueron los primeros en traer la obra de Demetz a nuestro país, convive con la exposición permanente: ‘El Canon Griego’, creando un interesante contraste con la perfección y la blancura de las esculturas griegas y romanas.