Contaminación por luz polarizada

La luz proveniente del sol sufre reflexiones múltiples al interaccionar con las partículas suspendidas en la atmósfera terrestre, con ello la luz se esparce y viaja en todas direcciones, incluso regresa hacia el espacio exterior; el atrapamiento desequilibrado de la luz dentro de la atmósfera es un factor del calentamiento terrestre y causal del cambio climático.

Este fenómeno natural origina que el campo eléctrico asociado a los haces de luz que la cruzan oscilen en una sola dirección, generando así luz linealmente polarizada. Este tipo de luz es la que se observa desde la superficie de la tierra y es aquella que siempre es perpendicular respecto a la posición del sol (al amanecer o al atardecer en un día claro, puede apreciarse como la luz que proviene de la bóveda celeste). También la luz que incide en superficies planas, como las formadas por lagos o regiones marinas sin viento, al reflejarse se polariza linealmente.

Por miles de años algunas especies animales han utilizado su sensibilidad a la luz linealmente polarizada para guiarse desde sus nidos o refugios hasta los lugares donde exploran para alimentarse y reproducirse. No solo las abejas o unos tipos de pájaros utilizan esta característica para sobrevivir y mantener en equilibrio sus poblaciones, sino también otras especies terrestres y marinas como las libélulas, grillos, tábanos, moscas de fruta, hormigas, avispas, langostas del desierto, mariposa monarca, algunos anfibios y crustáceos, entre otros. Se sabe que algunas especies de escarabajos poseen sensibilidad incluso a la luz polarizada circularmente y que lo utilizan con fines de reproducción selectiva (es aquella cuyo campo eléctrico gira al propagarse, describiendo un círculo, como lo haría una broca rotatoria si se le observa a lo largo de su eje). Actualmente se realiza investigación para identificar más especies animales sensibles a la luz polarizada.

El desarrollo de fuentes de iluminación y su creciente utilización fuera de horarios de iluminación naturales tiene un fuerte y desafortunado impacto en varias especies animales y en ecosistemas, como ha sido ampliamente documentado sus efectos mediante el término de contaminación luminosa.

El desarrollo de complejos urbanos como edificios con grandes ventanales, calles y carreteras, desechos petroleros a la intemperie, automóviles y recientemente los paneles solares, fotovoltaicos y concentradores, han generado fuentes artificiales de luz polarizada linealmente, lo que ha impactado fuertemente a ecosistemas y sus formas de vida. A este tipo especial de afectación por intervención humana, se le conoce como contaminación por luz polarizada, pues genera mortandad en esas especies, por la confusión y pérdida de sus rutas naturales.

La población mundial de abejas productoras de miel se ha reducido en un 30%, probablemente la contaminación por luz polarizada sea un factor adicional a los señalados hasta ahora. Afortunadamente la sensibilidad a la luz polarizada también puede emplearse para diseñar trampas naturales controlando así especies dañinas, como la mosca de fruta y ciertos mosquitos.

• Rafael Espinosa Luna
• reluna@cio.mx
• Centro de Investigaciones en Óptica, (CIO)