De la belleza 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

De la belleza

Por Francisco Lara Salazar   31/05/21

Reivindico el espejismo / De intentar ser uno mismo /  Ese viaje hacia la nada /  Que consiste en la certeza / De encontrar en tu mirada / La belleza…
Luis Eduardo Aute.  La Belleza

El presente artículo busca aproximarse a cuatro ideas básicas: 1) señalar que el hombre desarrolla la capacidad de teorizar, argumentar y explicar, es decir, crear conceptos; 2) presentar elementos de la estructura cultural y de la sensibilidad así como la relación entre ambas; 3) caracterizar los tipos de sensibilidad desde los que se originan los cánones sobre la belleza; 4) hacer un llamado de atención sobre la necesidad de rescatar a la belleza del me gusta a la que ha sido reducida. 

1. El hombre requiere de conceptos para ser.

Un concepto es la representación abstracta de las relaciones entre el pensamiento y los objetos que a través del lenguaje ponen de manifiesto la actividad humana sobre la naturaleza y que históricamente el hombre ha efectuado sensorial y racionalmente. Existe el reconocimiento de principios generales derivados de la experiencia y la confrontación de esquemas mentales o formas generales que yacen en el orden del entendimiento, por lo que, solamente el hombre es capaz de producir imágenes de la realidad. Esto, porque se apela a la característica definitoria que distingue al hombre de los demás seres: la razón. 

2. Las dos estructuras.

a. Estructura cultural.

Los contextos culturales poseen sus propios elementos, ejes y condiciones para generar sus representaciones y horizontes de comprensión; por lo cual tienen: a) dispositivos comunicacionales con los que la sociedad da lugar a sus formas de convivencia y acción comunicativa; b) orden o jerarquía de sentidos; c) categorías epistémicas; d) posición valorativa, ética y estética, del sujeto en el mundo. En la extensión de estos cuatro ejes acontece el acto de la percepción humana.

b. La estructura de la sensibilidad.

Al elaborar representaciones del mundo, el hombre rebasa las condiciones y exigencias materiales,  recreando las formas más sublimes de existencia para lograr calidad de vida. Ontológicamente, la subjetividad es el modo dable de ser del hombre en el mundo; el trabajo de la sensibilidad no sólo abre una dimensión estética sino también epistémica y ética al constituir la manera en que los conceptos ponen de manifiesto sus contenidos respecto a la forma común de ser y el modo individual de existencia. 

La estructura de la sensibilidad está organizada a partir de los siguientes elementos:  sentidos, conjunto de órganos que permiten captar sensaciones e impresiones; pensamiento, capacidad para representar abstracta o conceptualmente la realidad, y la expresión, exteriorización a través de formas de lenguaje lo sentido, lo pensado, lo vivido. 

c. El enlace de las dos estructuras.

Las formas de vida humanas se desarrollan a partir de las condiciones objetivas de existencia, pero también se modifican por interacción del pensamiento, lo que denota que la actividad artística o pedagógica transforman los contextos culturales; la impresión es que la teoría estaría en dependencia de tales condiciones objetivas. tal afirmación es polémica y transfiere la discusión historia de la filosofía: ¿qué es primero, la idea o la realidad?

no hay conceptos al margen de la estructura cultural, tampoco innovación de categorías y postulación de cánones que reconfiguren la vida espiritual de la sociedad, si no es a raíz de que la sensibilidad produce nuevos horizontes de comprensión. Marx pensaba que las ideas dominantes son la expresión de la clase social dominante. Esta afirmación es histórica y se sigue de esto que las nociones de belleza también connotan intereses políticos y económicos. 

d. Sobre la naturaleza del concepto de belleza.

El concepto de la belleza es diverso, plural y diferencial. Es lógico en cuanto a su forma, pero de horizontes de mundo distintos incluso en una misma época. Quizás, frente a la belleza haya que decir que no hay conceptos únicos sino interpretaciones. 

De igual forma, no es posible aislar la idea de belleza del fondo mitológico, religioso, ontológico e incluso epistemológico a los que estuvo relacionada antes de ser ligada al ámbito estético; surgió la necesidad de definir la belleza desde una disciplina propia, lo que implicó refugiarla en las expresiones artísticas. Así, nació la estética, una disciplina filosófica que al remedo de la lógica se le pedía procediera en su análisis del objeto artístico y del fenómeno de la belleza. Fue Alejandro Baumgarten (1714-1762) quien en su tesis sobre Reflexiones filosóficas de la poesía sugirió que las cualidades de belleza en los objetos artísticos podrían ser analizados desde la estética, como una disciplina nueva de la filosofía. 

La belleza no puede ser conceptualizada al modo en que proceden los silogismos, es un laberinto al que se ingresa mejor desde la metáfora y la alegoría. La naturaleza del concepto también pone a la vista algunos rasgos propios, por ejemplo, que lo bello ha estado emplazado en el campo artístico y pareciera que la belleza siempre ha estado adherida a la existencia. 

3. Las sensibilidades históricas.

Toda idea sobre la belleza es resultado del dinamismo de la estructura de la sensibilidad y la estructura de la cultura. Por ahora interesa el espíritu plasmado en concepciones epocales que se derivan de los tipos de sensibilidades históricas.

 

a. La sensibilidad griega se  divide en Arcaica y Clásica. 

La primera va del siglo vii al v a.C., referida como el famoso paso: del mytos al logos. Abarca desde Hesíodo hasta Píndaro y Baquílides, pasando por los siete sabios, la filosofía pura o de la naturaleza, la fábula, la tragedia y la comedia. La belleza está ligada al pensar, decir y hacer en un fondo mítico-poético y de una realidad huidiza, errante y azarosa, en donde todo siempre es un comienzo. El canon es la metis

Metis significa consejo y truco a la vez, es una deidad que no posee rostro, pues su estado es la transformación. García Gual, refiriéndose a la metis, expresaba que es “una categoría mental de difícil definición. Instrumento versátil y sinuoso para la conquista del éxito, mediante la trampa, el disfraz y el ingenio engañador”. Mitológicamente, es hija del Océano y de Tetis. Primera amante y esposa de Zeus

Edad Clásica; de Sócrates al Helenismo. El concepto de mimesis, acuñado por Aristóteles, sirve como parámetro o canon. Incluso, la mimesis aristotélica llega hasta la Edad Media, únicamente que acotada por la teología. Para Aristóteles es la esencia del arte; es así mismo una imitación de la realidad, nunca una repetición, por tanto acción creadora. El arte tiene una función didáctica y la belleza es aquello que agrada y conduce a la práctica de las virtudes más nobles. 

b. La sensibilidad medieval.

Autores como Eco, Bruyne, Le Goof, Huizinga, Pastoureua y Duby coinciden en que el medioevo estructuró sus categorías conceptuales y valorativas en referencia a la revelación Dios-Mundo-Hombre desde los marcos de un simbolismo de fe y de razón cuyo núcleo es  la idea de una estética metafísica, en donde, sí la belleza no es otra cosa que el resplandor de la forma o esencia que irradia su brillo sobre la materia, entonces, resulta evidente que la apariencia sensible no puede ser sino el símbolo de un principio simple, inmaterial y metafísico. En otras palabras, la especulación medieval deduce que Dios ha creado las cosas a su semejanza, por lo cual es natural que al contemplar las cosas se descubra en ellas el “vestigio”, la “huella”, etc., de la belleza, de la sabiduría y el arte divino. Por eso, la Edad Media considera a la alegoría y a la analogía como criterios de certeza del saber y del conocimiento. 

La belleza es una especie de conocimiento que tiene tres condiciones a saber: la integridad o perfección; la proporción o armonía y la luminosidad o claridad brillantez . No hay que olvidar que la belleza, para la sensibilidad medieval, junto a la verdad y la bondad conforma lo que se denomina como la gracia. 

b. La sensibilidad moderna.

Para Kant, la estética presenta una paradoja. El juicio estético tiene una base de carácter universal que es común a la naturaleza humana. La estética es subjetiva, pero cuando se convierte en universal da lugar a una cierta objetividad basada en las leyes naturales. “Una belleza de la naturaleza es una cosa bella, la belleza artística es una bella representación de una cosa”, como expresa en su Crítica del juicio. Hegel define la belleza como materialización de la idea. Para él, lo bello artístico es superior a lo bello natural, debido a que en el primero está presente el espíritu o sea la libertad, que es lo único verdadero. 

La sensibilidad moderna se empata con lo que Heidegger llama Época de la imagen del mundo  o la era del “yo”, donde la conciencia o la razón se vuelven temas de sí mismos. La categoría o canon de la modernidad es la representación de una estrategia para hallar lo que el “yo” proyecta. 

4. La sensibilidad contemporánea. 

La red digital es el emblema del nuevo contexto. Se puede decir que se ha construido una nueva realidad donde los contenidos de la sensibilidad están soportados por redes tecnológicas: computadoras y lenguajes de programación, de tal manera que la sensibilidad se recrea desde una red universal digital. Con todas las consecuencias biopolíticas y ejercicio del poder mediante la fusión del Estado y del mercado, quienes extienden la mirada (vigilancia) más allá del panóptico de Bentham. O de establecer una ética de la transparencia para facilitar el control total de la vida de los ciudadanos. 

En este nuevo contexto, no se trata "de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real" , a decir, de Jean Baudrillard, donde lo único real, acaso, es el simulacro. Nuevo canon de comprensión que puede asumirse como la migración de la vida a la pantalla en tiempo real, en donde el individuo se conecta e hipercomunica digitalmente, convencido, de que es quien dicta o conduce el destino de la sociedad y que al interactuar con otros usuarios construyen lazos sociales. Cuando en verdad, bajo esta estructura cultural contemporánea y el simulacro como referente, el ser, la verdad, el lenguaje, el deber, etc., se vuelven cuestiones ligeras, livianas, delgadas y sin identidad propia, pues la sensibilidad humana ha sido vaciada de toda profundidad, con lo que la belleza es refundida en el campo de la cultura de banal, donde lo que se celebra no es sino el consumismo, en donde como dice Byung-Chul Han,  la exaltación de lo superfluo es más que evidente. 

A modo conclusión.

En el horizonte histórico de la sensibilidad, la experiencia de lo bello fue siempre un evento. Entonces lo bello era asunto de la negatividad, es decir, del pensar, en donde el sujeto era conmovido o vulnerado por aquello que lo tocaba hasta lo más íntimo. En la actualidad, lo bello resulta satinado cuando se le resta toda negatividad. 

En la medida en que la sensibilidad es llevada a actuar desde la esfera de una estructura tecnológica, cuyo entorno es el ciberespacio y su canon es el simulacro, lo bello se agota. A decir de Byung-Chul Han en el me gusta. Una expresión que muestra todo el vacío y “anestización” de la sensibilidad, o sea, del sentir, pensar y expresar. “La cultura del me gusta” rechaza toda forma de vulneración y conmoción. El me gusta como el wow o el hashtag no son,  para el filósofo coreano, otra cosa sino la evidencia de que la experiencia ante lo bello está paralizada. Como gran parte de la vida también está anestesiada por el consumo, lo banal, lo superfluo y el aburrimiento profundo. ¿Hasta cuándo la sensibilidad va a reaccionar? 

Referencias 

Aristóteles. La Poética, (versión de García Bacca). Ed. Mexicanos unidos. Méx. 1999.                  

Baudrillard, J. Cultura y simulacro. Kairós.  Barcelona 2008.

Byung-Chul Han.  Psicopolítica. Herder. Esp. 2014.

                             La expulsión de lo distinto. Herder. Esp. 2017.

Bruyne Edgar, La estética de la Edad Media. Visor. Madrid 2010.

Eco, Umberto.  Arte y belleza en la estética medieval. Ed. Fabbri. Barcelona  2012

García, Gual. C. Historia de la astucia en la literatura helénica. In. ABC. Madrid 1988.

Graves, R. Los mitos griegos vol. 1. Alianza. Madri 1985. 

Hermann Fránkel, Poesía y Filosofía de la Grecia Arcaica. Visor. Madrid 1993.

Kant, E. Crítica del juicio. Porrúa. Méx., 1991.

Marx y Engels, La Ideología alemana. Edic., de Cultura popular. Mex., 1979.

Nietzsche, F. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral y otros fragmentos de filosofía del conocimiento, Edit. Tecnos. Madrid 2012. 

José Francisco Lara Salazar (Dolores Hidalgo, Gto.).  Licenciado en Filosofía por la Universidad de Guanajuato y maestro en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor de tiempo completo en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Guanajuato. Actualmente es titular de los seminarios de Posmodernidad y Filosofía y Literatura, además de ser titular de cursos de Razón Simbólica en la Universidad de Guanajuato. 

larafcosa@hotmail.com

 


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