El poder transformador de la moda

La moda es tu narrativa personal. 

Con este statement (declaración) arranca Hecha en México, el libro que escribí junto a Daniel Herranz y que Editorial Planeta publicó en 2020. Con este mismo statement quiero comenzar este texto, porque esa narrativa es la que le ha otorgado un poder transformador a las prendas que usamos. Voy a explicar el porqué. 

La vestimenta, además de tener un rol funcional (nos cubre y nos protege), tiene un rol discursivo muy poderoso. Posiblemente más poderoso del que la historia le ha reconocido y mucho menos frívolo y superficial del que le hemos otorgado.

La moda como fenómeno, no sólo cultural sino social, ha narrado y reflejado los momentos que como humanidad nos ha tocado vivir. La moda es una manifestación antropológica. No hay duda de eso. 

A través de la ropa podemos hablar de ciertos hitos que han marcado nuestra historia. La vestimenta tiene un mensaje discursivo y determinativo tan potente que podemos inferir las creencias, procedencia (hablando de geografía), convicciones religiosas, gustos, estilo de vida (mucho se ha estudiado sobre las tribus urbanas donde la vestimenta juega un rol importantísimo en sus identidades), e incluso,  podemos identificar épocas de nuestra historia y momentos de cambios sociales significativos. 

En Hecha en México, Emiliano Villaba, una de las grandes promesas del periodismo de moda en México, dedica unas páginas a analizar la metamorfosis que ha vivido la moda mexicana, y comienza su texto hablando del significado de la palabra evolución. Cito: 

...esta palabra implica la transformación de un estado (de conciencia, de ánimo, de idea…) a otro. Mercedes Sosa lo anunciaba con su canto: ‘Todo cambia y que yo cambie no es extraño’...

Tomo prestado este párrafo para hacer hincapié en el poder transformador que tiene la moda en el discurso social, en los grandes cambios que hemos experimentado y en nuestra evolución. La humanidad cambia, no es extraño que la moda también y menos aún es que la moda sea un canal para el cambio.

Qué mensaje tan poderoso fue cuando las mujeres empezamos a usar pantalones, una prenda que los estereotipos de género habían destinado para el uso exclusivo de los varones, tanto así que en algunos estados de Estados Unidos se llegaron a aprobar leyes, entre los siglos xix y xx, que prohibían a las mujeres usar esta prenda.

Pero la gran defensora de los derechos de la mujer, Elizabeth Cady Staton, a mediados del siglo xix, empezó a usar los bombachos, unos pantalones ‘estilo turco’ que gracias a la promoción de otra defensora de la causa, Amelia Bloomer, editora del periódico feminista The Lyli, se le bautizaron como Bloomers. Los bloomers eran llamados por Elizabeth y su grupo la “vestimenta de la libertad”. 

Qué potente que a una prenda se le atribuya una cualidad tan importante y esencial para el ser humano como lo es la libertad. 

Años después, nace Lady Levi’s y las mujeres nunca más nos sacamos el pantalón. En 2019, el gobierno de Ciudad de México dispuso que las niñas y niños de las escuelas privadas y públicas podrían usar uniforme neutro. La falda no es más exclusividad de niñas y el pantalón de niños. Esto significa niñas y niños en libertad. 

En pleno 2021, y gestándose desde hace algunos años (esta decisión desde una entidad de gobierno en 2019 es una prueba de ello), estamos viviendo una revolución sobre la perfección, sobre la visión que tenemos de nuestros cuerpos, las tallas, la belleza y sobre nuestras propias identidades. La vestimenta ha sido un canal para lanzar al mundo esta nueva narrativa, para decir: “esto es lo que soy y así quiero que me veas y me nombres”.

Quisiera poner algunos ejemplos de lo que trato de explicar: 

Isa Sesma es una modelo mexicana plus size (talla extra) que está impulsando desde la industria un cambio de paradigma. Desde lo social, Isa, a través de su labor como activista, promueve la adopción de un pensamiento diferente en torno a las figuras y los cuerpos. Figuras que cubrimos con ropa. 

Alejandra Ghersi (Arca), una productora, autora y cantante venezolana que ha trabajado con artistas como Björk, Rosalía y Kanye West, y quien está dejando en la indutria musical una huella creativa y discursiva impresionante; desde 2018 se identificó como una persona de  género no binario, hasta finalmente asumirse recientemente como mujer transgénero. Esta declarativa ha ido acompañada de un mensaje estético y visual donde la indumentaria ha cobrado un rol casi protagónico que además le da significado al performance como artista de Arca. 

¿Y el movimiento feminista? ¿Cómo no saber lo que significa un pañuelo verde o uno violeta atado a la mano o al cuello de una mujer? Una prenda que parece tan simple, un cuadrado de tela. El statement que arroja esa telita es tan claro: “vivas nos queremos”, “la maternidad será deseada o no será”. No necesita palabras, no necesita voz, porque ese pedacito de tela es voz y es palabra. 

La moda se transforma, pero somos nosotros y nosotras quienes a través de nuestra evolución como sociedades la hemos usado como elemento transformador, quienes usamos a la vestimenta como lienzo, como papel para escribirnos y decir lo que creemos y lo que somos.

Entonces esta es una invitación que te quiero hacer a ver las prendas que usas como un lienzo, una pancarta, una extensión de tu voz que te permita llevar más allá cualquiera que sea el mensaje que quieras dejar en el mundo: un lugar más sustentable, un lugar más justo, un lugar sin esterotipos de género, un lugar libre de violencia contra las mujeres, un lugar más libre. 

Que tu ropa proclame ese espacio donde quieres vivir; y si lo haces de manera colectiva, el poder será imparable. 

Paola Palazón Seguel. Periodista con estudios en moda, emprendedora, cofundadora de SIKI y de Colectivo Diseño Mexicano. Es coautora de Hecha en México: xx años de moda mexicana y la creación de una industria colectiva. Dirige Anexa Estudio, una gestoría de proyectos de manera colaborativa, y es creadora del movimiento #ElFuturoEsColectivo.

@paola.palazon

Nota al lector. Conoce más de la publicación de Paola Palazón Seguel y Daniel Herranz, a través de la presentación editorial que realizaron en el marco de Fenal 31 y que encontrarás en el siguiente link: http://bit.ly/HechaEnMéxico