Locura, terror y arte: perturbadora amistad 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

Locura, terror y arte: perturbadora amistad

Por Jorge Flores   11/03/21

La locura es en muchas formas antítesis de lo normal, un adjetivo que señala alienación. Y en esa disformidad, ya sea en nuestra mente o en la ajena, la locura genera terror y en el arte ese terror inspira. 

Esta perturbadora amistad entre locura, terror y arte ha creado narrativas y expresiones que logran disfrazar la propia insania del artista dentro de la ficción y su aceptación social. 

Así se utiliza el miedo. El propio, a volvernos locos, a pensamientos psicóticos y suicidas; miedo a aquello que sólo nosotros podemos ver, el constante miedo a perder la cordura, ser incapaz de estar tranquilos en nuestra cabeza. El ajeno, a los locos, al comportamiento impredecible de una persona que no convive mentalmente con nuestras normas y que en su disociación pudiera procrear violencia y agresión.   

Probablemente es el cine el más fértil campo para que esta mezcla germine, personajes psicóticos soportados por un formato audiovisual que hace del terror una experiencia nítida y vívida. 

Podríamos comenzar con personajes claramente identificables en el espectro psicótico: Patrick Bateman, de American Psycho (Mary Harron, 2000) o Norman Bates del clásico de terror, Psicosis (Psycho, 1960) de Alfred Hitchcock. Ambos atormentados personajes justifican sus criminales actos con una realidad que solo su mente es capaz de normalizar. 

Otro asesino alienado es el célebre Doctor Hannibal Lecter de El silencio de los inocentes  (The Silence of The Lambs), tanto en el libro (Thomas Harris, 1988), como en la película (Jonathan Demme, 1991), el caníbal psiquiatra es un genio consumado que esconde no de manera sutil pasiones que están abismalmente lejos de eso que llamamos cordura. 

Dos personajes que, aunque diferentes, comparten algo además de su perturbación mental son Jack Torrance (The Shining, 1977) y Annie Wilkes (Misery, 1987), ambos fueron creados por Stephen King. ‘Monstruos’ que causaron aversión y odio a más de una generación, tanto de lectores como de cinéfilos. Sus dos historias se sostienen gracias a una transformación hacia la más oscura vileza; Jack, de alcohólico deprimido a esquizofrénico asesino, y Annie de fanática obsesiva a sádica secuestradora. 

La mente no es el único lugar donde la locura y el terror se esconden. Los manicomios, muros que ocultan historias cruentas y aterradoras. La isla siniestra (Shutter Island, 2010) de Martin Scorsese, basada en la novela homónima (2003) de Dennis Lehane, es una emocionante historia sobre demencia y crimen. La segunda temporada de American Horror Story, Asylum (Ryan Murphy y Brad Falchuk, 2012), se desarrolla en un antiguo hospital psiquiátrico, mostrando a lo largo de sus capítulos todas las categorías del terror que habita en estas crueles prisiones, desde asesinos seriales, enfermos depravados hasta fantasmas y pacientes poseídos. 

Dentro de estas instalaciones psiquiátricas existe un villano en común que ha sido representado de incontables formas tanto en el cine, como en la literatura: “el doctor”; y es que entre lobotomías, terapias de electroshock y experimentos que minimizan la humanidad a tiránicos extremos, estos gerentes de la locura han sido autores de horrores innombrables, en la ficción y en la realidad. 

Enfocados a la literatura, también encontramos relaciones apasionadas entre miedo y locura. Desde los clásicos como Edgar Allan Poe (1809-1849) o Guy de Maupassant (1850-1893) quienes en sus relatos introducían la locura como ingrediente activo para el terror que narraban. Hasta autores contemporáneos como el prolífico John Katzenbach quien con El psicoanalista (2002) y La historia del loco (2004), se consolidó como un referente en el thriller psicológico. También están Paul Tremblay y Gillian Flynn quienes escribieron Una cabeza llena de fantasmas (2015) y Heridas abiertas (2006), respectivamente, y que han llevado la demencia y el horror a las letras y a las mentes de nuevas generaciones. 

El terror y la locura encabezan una perturbadora lista de relaciones fructíferas en el arte, si bien pueden existir por separado, unidos mutan en historias espeluznantes, villanos inhumanos y pesadillas tan horrendas que se adhieren a la mente y nos acercan un poco más a la locura. 

Recomendaciones 

Películas: 

Psycho (Alfred Hitchcock, 1960)

The Silence of the Lambs (Jonathan Demme, 1991)

American Psycho (Mary Harron, 2000) 

The Ward (John Carpenter, 2010)

Shutter Island (Martin Scorsese, 2010)

Grave Encounters (The Vicious Brothers, 2011)

Creep (Patrick Brice, 2014)

Libros:

El gato negro y otros cuentos

(Edgar Allan Poe, 1809-1849)

Cuentos completos de terror locura y muerte (Guy de Maupassant, 1850-1893)

The Shining (Stephen King, 1977)

Misery (Stephen King, 1987)

Heridas Abiertas (Gillian Flynn, 2006)

Una cabeza llena de fantasmas (Paul Tremblay, 2015) 

 

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 126


 


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