El Alcaraván: la danza del amor

Las danzas son una creación del ser humano que surge por la necesidad de decir algo y los bailes populares son el producto de un mestizaje; por lo tanto, la danza —en su conjunto— es la expresión bella y sublime del alma que nos permite comunicar emociones, sentimientos e ideas, a través del cuerpo.

Siempre es buen momento para demostrar nuestro afecto a las personas que queremos. En vísperas de la festividad del 14 de febrero, Día del amor y la amistad, o como en otros países se dice, Día de los enamorados, quiero compartir contigo la bella historia de amor del alcaraván.

Si hay algo que destacar de esta hermosa ave, es su ritual de cortejo. El macho se pavonea con su plumaje abierto ante un grupo de hembras, con su pico recoge pequeñas piedras y palitos que les lanza para llamar su atención y si alguna de ellas las recoge, es una señal de aceptación.

Este ritual llamó la atención para la creación de una danza; y es que, las danzas y los bailes son la expresión y el sentir de un pueblo que podemos presenciar principalmente durante las celebraciones y fiestas religiosas que tenemos en nuestro país. En la ejecución de estos podemos observar las actitudes corporales, la manera de sentir y pensar de la gente del pueblo.

Así, la danza del Alcaraván es un baile de cortejo que representa el apareamiento de dos aves pertenecientes a la zona central de Chiapas, específicamente al municipio de Juquipilas. En esta región de la Depresión Central se baila la danza conservando su belleza y mensaje; de igual forma, es gracias a los compositores que podemos preservar lo que representan y llevarlas al escenario. 

El Alcaraván es una melodía canaria del que se desconoce el autor, pero que grandes artistas han aprovechado y han sido pioneros y creadores de los bailes de este hermoso estado Chiapas; por mencionar alguno está Rodrigo Palominos Moguel (q.e.d.) nacido en Tuxtla Gutiérrez en 1945. Él fue bailarín del Ballet Folklórico de Chiapas formado en la Escuela de Bellas Artes y quien vio la posibilidad, entre los años 70 y 80, de llevar a escena el baile creativo del Alcaraván. 

Este hermoso baile es una metáfora de una declaración de amor, pues los bailarines recrean los deseos de apareamiento entre las dos aves. Es una danza amorosa, llena de coqueteo, sensualidad y romanticismo donde interviene el movimiento de todo el cuerpo. Los movimientos que ejecuta el varón son aleteo y movimiento de sombrero simulando al macho cortejando de esta manera a la hembra y la mujer responde al macho (pajarito) con movimientos de faldeo para simular las alas de la hembra y el coqueteo a ese cortejo y apareamiento. Es un baile que al presenciarlo transmite un sinfín de emociones al espectador y que por los movimientos que los bailarines ejecutan en esta melodía podemos observar a través del baile cómo la comunicación entre las aves puede implicar un lenguaje de señas visuales, llamadas y cantos.

Con todo esto quiero decir que es de suma importancia conocer, conservar y transmitir a las nuevas generaciones el amor por nuestras costumbres, tradiciones, nuestra música, nuestros bailes; preservar la tradición dancística de nuestros pueblos, que la gente conozca y valore el vivir y sentir del pueblo mexicano en sus diferentes expresiones y manifestaciones artísticas. Que nos sintamos inmensamente orgullosos de la riqueza cultural de México, ya que es la herencia que da origen a nuestra identidad como mexicanos.

Siento que la esencia de la danza es la expresión del hombre, el paisaje de su alma, espero que cada baile que haga, revele algo de mí misma o algo maravilloso que un ser humano pueda llegar hacer. 

Martha Graham

Mercedes Isabel López Echeverría (León, Gto.). Inició sus estudios en exploración de las artes en la Casa de la Cultura de León a los 4 años. Es docente de preescolar y maestra de danza folklórica. En 2004 fundó el grupo infantil de danza del Oratorio de San Felipe Neri y actualmente terminó la maestría en Educación en el Área de las Artes. Pertenece a WAPA y  al IIDDM A.C.       

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 125