Celia Garza: artista desde el alma 

León, Guanajuato

Cine y Escénicas

Celia Garza: artista desde el alma

Por Silvia Palacios   07/01/21

Su nombre es un referente en la escena local, su carisma es visible al primer «¡hola!» y su dominio en la teoría teatral te cautiva hasta querer aprender más de esta disciplina. Celia Garza es una artista desde el alma y no duda en compartir aquello que le ha dado tanto en la vida.

 

Nacida el 1º de agosto de 1973 en Ciudad de México, Celia Garza se mudó a León cuando tenía solo 5 años, así que ya se considera una esmeralda más. Recuerda que sus primeros años de estudio los pasó en el Instituto América, donde años más tarde inició sus pininos como directora.

Celia platica que sus experiencias escénicas primigenias se sitúan en el Día de Muertos en la Ciudad de México y que, aunque le daban un poco de temor, había algo en ese momento que la atraía. “Había una panadería muy famosa que regalaba panes de muerto, entonces salían los catrines y te aventaban los panes de muerto”.

Pero el momento crucial cuando se enamoró de las artes escénicas fue años después, en la década de los 90, cuando vio el montaje La vida es sueño, de la Compañía Nacional de Teatro. Con una sonrisa menciona que incluso se aventuró a montar el primer acto de la obra en la preparatoria, así fue que hizo su debut como directora.

“Fue hasta hilarante porque sacaban unas espadas de madera, bueno, no sabíamos (...) yo era Segismundo, a mis amigas las puse a actuar de los otros papeles, entonces estaba entre los nervios de que era Segismundo y los nervios de que no entraban o preocupada por la dirección; pero ya estando en el escenario pues ya te concentras, estás en lo tuyo y bye”.

Aunque este no fue del todo su primer acercamiento al teatro; si bien fue su debut como directora, ya había estado bajo la tutela de Arsenio López, quien menciona, le dio consejos al momento de que ella montó La vida es sueño en su prepa.

“Empecé con la compañía de teatro independiente de Arcelio López, con él empecé a trabajar teatro, montamos la de Raptola, violola y matola creo que en el 89 y luego estuve en otra compañía con Eulalio Nava”.

Este era tan solo el comienzo de una sólida trayectoria. Celia entró a la universidad para estudiar Comunicación e ingresó al grupo de teatro impartido por Mauricio Franco; ahí fue donde conoció a Julio Castillo, su ahora esposo y cómplice teatral.

Al salir de la carrera el teatro dejó de estar presente en su día a día, al menos hasta los 27 años, cuando entra de lleno al clown. Celia menciona que de 2001 a 2006 se formó en esta disciplina con Sigfrido Aguilar en Valenciana, Guanajuato; y es justo en esta ciudad donde nace Moebius Teatro Clown, compañía que fundó con su ahora esposo.

Posteriormente ambos regresaron a León, pero solo por un tiempo porque la vida les tenía preparada una dura prueba en Hidalgo.

“(El director) nos dice vénganse a Hidalgo, y ahí vamos, pero pues sí te explotaba porque no te pagaba mucho y luego dábamos cinco funciones diarias, no importando cuánto público hubiera; entonces acababas la función y tenías que salir a buscar al público”. Celia recuerda que lo que comenzó como una promesa de buen trabajo, terminó en la experiencia de dormir en la cocina del hotel.

Pero como todo en la vida, a veces estás abajo solo para agarrar impulso y volver a subir, y eso fue lo que les pasó a Julio y Celia, quienes de regreso en León comenzaron a ensayar en el Parque Panorama, donde fueron descubiertos por Ana Catalina, dueña del café Sorelle, que estaba por la zona.

“La dueña nos ve ensayando y dice oigan vénganse aquí al café, y abrimos temporada ahí con La venganza de Sancho Tranza, que es totalmente alburera la pieza, es cómica. Hizo la adaptación Julio de un texto, creo que es 

de Alejandro Licona, pero a su vez este texto está tomado de los textos de Decameron; y ahí comenzamos a trabajar como dúo. Moebius Teatro Clown. Gracias también al patrocinio de Ana Catalina, ella nos pagaba funciones”.

De ahí dieron el salto al Teatro María Grever, donde presentaron temporada en el programa Todos al teatro con La venganza de Sancho Tranza. A partir de entonces todo parece ir viento en popa; y, aunque confiesa que trabajar con su esposo tiene sus pros y contras, ambos encontraron un método que los ha equilibrado tanto como pareja, como cómplices teatrales.

“Tiene que ver con una relación previa con todo lo que trabajamos previamente como personas que establecimos confianza y comunicación mutua y que él decidió entrarle al teatro pues fue una decisión consensuada y mutua y pues te la rifas. A veces sí es complicado, a veces te deschongas, pero ahorita creo que ya agarramos un sistema de trabajo y ahí vamos”, platica.

El año pasado ambos iniciaron una nueva aventura con la creación de Tropa de Bolsillo junto con la músico Laura Cuevas, el actor Carlos Barragán y en ese momento Rigo Alvarado, así como en ocasiones trabajan con el especialista en circo, Jesús Serrano. “Hicimos Espantos, estrenamos en 2019 en el foro Corazón de León”.

Pero, más allá de la trayectoria que se ha formado, Celia valora mucho el aprendizaje que le ha dejado el teatro y en especial el clown.

“(El teatro me ha llevado) a comunicarme en otro estado de ser con los demás, eso es lo maravilloso del teatro; o sea cuando estás en el juego en la convención del escenario y estás disfrutando al otro, es lo más maravilloso; y no importa las barreras del idioma o de la cultura, estás en conjunción, estás en juego, para mí eso es lo más gratificante”.

Y dentro de las experiencias más marcadas que le ha dejado el teatro, recuerda aquella en que presentando la obra Los invisibles en una plaza pública de un municipio cercano, su personaje, que consistía en una indigente que llevaba unos cartones, fue perseguido por un famoso pepenador de la ciudad y sin querer, ese momento creó una conexión especial con el público que no paraba de reír.

En contraparte y con los ojos húmedos, platica que durante la misma gira, en 2010, se presentaron en San Felipe Torres Mochas, y ahí fue donde ocurrieron estas anécdotas:

“Un señor nos regala un dólar y dice «gracias porque hablaron de nosotros (los migrantes)»; y otro que pasamos del público dice «es que esto está gruesísimo porque yo me regresé porque la frontera está horrible para pasar por los Zetas». Entonces son los momentos en que dices vale la pena mi trabajo”.

Regresando al presente y futuro, Celia comenta que ya alista un proyecto en el que busca impulsar el talento femenino en el clown y que, después de tantos años, dio con su clown personal, ese que la caracterizará en sus obras.

“Yo quiero seguir trabajando rollos de payaso y con mujeres. En pandemia yo desarrollé un personaje para una convocatoria para Escena para llevar, del Instituto Estatal de la Cultura, y sale un personaje Pianina (...) que es una pianista y creo que por ahí voy a hacer cosas el próximo año. Y quiero hacer cosas feministas”.

Ella es Celia Garza, mujer determinada que ama los rompecabezas, leer a Clarice Lispector, escuchar música y comer spaguetti, y quien recomienda a los jóvenes teatreros seguir sus sueños.

Actualmente, Celia forma parte de la temporada de Más Escena con La Tropa de Bolsillo, quienes presentan la obra Cuentos para jugar, en la categoría de Teatro de Calle. ¡Espérala pronto en tu colonia!

Fotos Ruy Muñoz

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 123


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