Hacia nuevos escenarios teatrales 

León, Guanajuato

Cine y Escénicas

Hacia nuevos escenarios teatrales

Por Lilián Gutiérrez Ortiz   16/12/20

El teatro no se hace para contar las cosas, sino para cambiarlas.

Vittorio Gassman

 

El teatro es una de las representaciones artísticas más antiguas, por lo que no es de sorprender que haya pasado por varios periodos de transformación. En la última década, las artes escénicas se han enfrentado a diversos obstáculos, nuevos formatos y movimientos sociales que han derivado en una modificación en los procesos artísticos que no se conocían hasta entonces.

Hablando específicamente de México, el contexto socio-político ha sido uno de los factores que más han impactado en este arte, pero ¿qué tantos cambios se generaron a lo largo de diez años?

Gemma Quiroz, actriz y directora de escena originaria de León, habla sobre una evolución en el teatro; si bien, no asegura que la creación y el consumo de obras en México ha mejorado o empeorado, sí detecta una fuerte transformación derivada, sobre todo, del contexto social. En los últimos años se abrió un espectro y ahora todo es más diverso, iniciando por la denominación que se le da a quienes hacen teatro; antes eran actores, actrices, directores o dramaturgos, ahora son creadores escénicos.

El panorama actual es positivo en comparación con décadas pasadas y entre los elementos que han impulsado la industria teatral es importante destacar a las instituciones públicas. Gemma menciona al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) como uno de los

grandes impulsores a nivel nacional y a Más Escena del Instituto Cultural de León como uno de los proyectos más representativos a nivel municipal. Asimismo, añade que los proyectos sociales juegan un papel importante y constante en la difusión de la actividad artística en zonas aledañas a la ciudad y que, además de ser un espacio de encuentro con el arte y la cultura, buscan mejorar realidades.

Resulta irónico referirse a la realidad cuando lo que busca el teatro es representar a ésta a través de una historia ficticia, es una manera de imaginar lo que es o cómo nos gustaría que sucediera. Los escenarios han sido refugio y lugar de escape ante los desfavorables acontecimientos que llegan a protagonizar nuestro día a día, son un espacio en el que el actor o actriz se deslinda de su persona para dar vida a un personaje. Esta visión es la que se tuvo por mucho tiempo, aunque cada vez es más fuerte el resurgimiento del teatro no solo como arte, sino como un lugar de expresión e incluso protesta.

Al preguntar a Gemma sobre los género teatrales que protagonizaron la década, explicó que resulta imposible limitarse a ciertos géneros pues ahora existen nuevas clasificaciones y perspectivas, y ya no se puede excluir a las expresiones que se llevan a cabo fuera de un escenario porque también cumplen con ciertas características que las hacen teatro.

Lo que sí se puede clasificar son los temas abordados en las obras, lo cual nos regresa a la visión de que el teatro es un medio de expresión para visibilizar y concientizar sobre temas de relevancia social. La primera mitad de la década, el activismo en el teatro cobró una gran fuerza en los escenarios, llegando a tal grado en que los actores y/o actrices no eran los protagonistas, el mensaje en sí era la razón de ser de la obra. La desigualdad social, las injusticias y las sátiras fueron quienes reinaron en los escenarios.

A partir de la segunda mitad de la década, el feminismo y la violencia de género fueron los temas más populares entre las propuestas escénicas. Algunas mujeres que han impulsado la dramaturgia mexicana feminista son: Karen Condés, Tamara Cubas, Isabel Toledo, Carmen Zavaleta y Diana Magallón, quienes abordaron el feminismo desde el feminismo, ya que no solo tenían a mujeres protagonistas, sino que la revolución se generó desde los camerinos, donde la mayoría del equipo estaba formado por mujeres.

Las producciones comenzaron a ser más sencillas en cuestión de escenografía y vestuario, pero muy complejas respecto al argumento presentado. Un ejemplo de ello es el director teatral, Alberto Villareal, quien bajo la influencia del trabajo de Juan José Gurrola y Alejandro Jodorowsky, se enfocó en elaborar discursos filosóficos y fue un parteaguas en la industria teatral en México a inicios de la década. Otros creadores escénicos destacados son Juan Carrillo, Hug Arrevillaga y Alejandro Ricaño, por mencionar algunos. Entre sus montajes se encuentran:

Mendoza

Dramaturgia: Adaptación de Macbeth

de William Shakespeare, de Antonio Zúñiga

y Juan Carrillo.

Dirección: Juan Carrillo

Incendios

Dramaturgia: Wajdi Mouawad

Dirección: Hug Arrevillaga

Ensayo sobre débiles

Dramaturgia: Alberto Villarreal

Dirección: Alberto Villarreal

Más pequeños que el Guggenheim

Dramaturgia: Alejandro Ricaño

Dirección Alejandro Ricaño

En cuanto al teatro colectivo, Teatro De Ciertos Habitantes, compañía dirigida por Claudio Valdés Kuri, se ha posicionado y ha llegado a ser un punto de referencia de la vanguardia teatral latinoamericana gracias a su innovación y creatividad para generar las puestas en escena. Otro grupo es La Quinta, quienes llevan el teatro al público a través del llamado teatro callejero, tomando el mundo como su escenario.

Pareciera que el teatro en México iba por buen camino, todo era perfecto hasta que ocurrió un suceso que cambió todo por completo. La llegada de la pandemia representó un gran reto para este sector, pero siempre hay más opciones y todo creador escénico sabe que la función debe continuar…

Independientemente de ser un monólogo o una obra presentada por una compañía profesional, ya sea en el escenario del Teatro Manuel Doblado, en las calles del Centro Histórico, un performance en una galería de arte o una presentación por medio de una plataforma virtual, el teatro sigue siendo teatro porque cumple su objetivo: expresar, contar y mostrar la vida. La manera de imaginar, generar y compartir teatro se ha adaptado a nuevos formatos digitales, demostrando el punto que mencionó Gemma durante su entrevista. El teatro ya no se limita a un escenario, ya no se trata del drama griego, ni siquiera de aquel presentado en templos y festivales callejeros como en la época medieval, ahora nos enfrentamos a un formato que nunca se había explorado, nos encontramos en la era digital.

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 123


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