El arte de la comedia en Dorothy Parker

Más allá de tener la fama o el dinero suficiente para llevar un estilo de vida cómodo, vale la pena ‘desmenuzar’ el talento; ese que Dorothy Parker tenía a borbotones y que por ello vale la pena ser mencionada como una digna representante de la literatura que debe permear a futuras generaciones.

Desde hace diez años he leído muchos escritos y he sido una asidua asistente a las bibliotecas públicas. Motivo por el cual mi biblioteca personal es muy pequeña, aunque debo decir, casi la vacío por completo hace un par de años cuando le robé algunos títulos porque una presurosa crisis financiera me alcanzó, y fue ahí donde descubrí mi naturaleza como asesora de ventas.

Durante estos años de lecturas espléndidas he notado diferentes búsquedas poéticas. He leído y discriminado algunos escritos que me han parecido, o muy bellos o muy feos, y uno que otro que no me atrevo a sostener por mucho tiempo en mis manos porque llevan una pasta tan dura que parece coges un ladrillo. Es a través de este parque de diversiones que di con la autora Dorothy Parker quien hoy en día me resulta atractiva por tener una escritura fresca y placentera como un dólar en el bolsillo. Hay que resaltar que Dorothy Parker escribía en tiempos difíciles para la sociedad; sobre todo temas ignorados por la mayoría de sus compañeros intelectuales como la envidia entre mujeres; familias disfuncionales, matrimonios rotos, aborto, sobrepeso y discriminación racial; temas que reflejaron en su tiempo acto de valentía y que en la actualidad se siguen escribiendo.

Por otro lado, conozco pocas personas interesadas en su escritura, incluso; lo último que escuché de Dorothy Parker fue que “le faltaba toda la producción literaria” y no me escandalizó ni justifiqué la opinión, porque a mi juicio; en la escritura de Dorothy Parker no hay una intención por llegar a ser la Ilíada de Homero.

Sin cuestionar la calidad de sus poemas y cuentos ¿qué pensaría Dorothy Parker al descubrir que la venta de un libro suyo no le aportaría el dinero suficiente para comprar una botella de whisky? En mi imaginación actuaría como la mayoría de sus personajes centrales, es decir, con inmensa desesperación; pero también, en cercanía a la señora Erwin que, aparece en el cuento de Lolita porque se divertía con audacia y “flirteaba con los acomodados maridos de sus amigas”. ¿Qué quiero decir con esto? bueno, creo que en la última decada han evolucionado los aciertos poéticos y con ellos el marketing. Los PDF y las apps innovadoras nos permiten albergar en nuestra biblioteca digital libros inconseguibles; aunque no le toca a todo el gremio, ya sea por convicción o por su pensamiento anticuado, o simplemente porque no tienen al alcance un monitor y padecen la ausencia de un generoso mecenas; entre otras cosas. Si se tuviera la fama y el dinero de Stephen King, ese asunto ya sería otro cantar.

Recomiendo leer la “Narrativa completa” de Dorothy Parker que publicó Debolsillo con más de 600 páginas a un precio módico de risa; incluye todos los cuentos que escribió para algunas revistas influyentes en su tiempo como: Vanity fair, Vogue, Harper's Bazar entre otros que; acertadamente le permitían vivir en hoteles y destacar humorísticamente entre algunos intelectuales de su época. En este libro hay cuentos de dos páginas como mínimo, con la misma calidad que el de ocho, por ejemplo; Entre Nueva York y Detroit particularmente corto; pero lleno de zozobra por una mala señal telefónica; es una conversación entre una mujer desesperada y un hombre indiferente. Hay que tener también en el librero Los poemas perdidos donde leeremos actitudes infantiles y emociones falsas; las cuales son espejos y eso es lo que hace que estos escritos de Dorothy Parker sean poemas separados del mundo:

Idilio

Piensa en las cosas que nunca podrán ser,

salvo en el mundo sombrío de los sueños.

Piensa en lo que podría ser, para ti y para mí,

si tan sólo pudiéramos romper los tristes esquemas

del mundo.

Piensa en un nidito nuestro bajo una enramada,

cada día, al ocaso, te esperaría ahí,

abajo donde la verja, al resplandor del oeste,

vestida enteramente de blanco, con una rosa en el pelo.

Piensa en un sillón de asiento mullido y ancho;

piensa en un hogar, donde la lumbre roja se apaga;

piensa en mí, sentada allí a tu lado,

leyendo las historias grabadas en lo profundo de tus ojos.

Piensa en los años, como una canción sin fin,

piensa en una tranquilidad que nunca hemos conocido.

Mientras el mundo, olvidado, sigue su curso,

piensa en nosotros dos, en un mundo nuestro.

Ahora que lo has pensado seriamente…

¿Verdad que es genial que nunca pueda ser?

Con suficiente calma termino de leer a Dorothy Parker y regreso a sus poemas una vez más; sólo para empezar con el pie derecho mi noche leonesa, un breve suspiro antes de cerrar el libro y reposar la gripa. 

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 123