Doce colores en la música 

León, Guanajuato

Música

Doce colores en la música

Por Jacobo Cerda   20/11/20

Se dice que la música es un eco de la intención primigenia y hay seres receptivos capaces de codificar y plasmar su conocimiento en una partitura o gestos para compartirlo a través del sonido.

Y si acaso el instrumento musical (o herramienta sonora) es la extensión de una persona que lo manipula, ¿qué nos puede decir? Pues quizá sea el retrato más fiel de la psique humana a través de la historia.  

Le hago entonces la invitación a vislumbrar un prisma de sonoridades, a través de una relación de colores y notas musicales, por medio de un círculo cromático que propongo a continuación:

Rojo (Do): Sin duda evidente. El rojo es ALTO y nos alerta, pero también nos da certeza de saber que necesitamos estar receptivos.

En la escala musical se podría decir que es la nota en donde parte y termina; por tanto, es centro de gravedad. 

Si un árbol cae en medio de la nada y no hay quien lo escuche ¿hace algún sonido? Pues yo pienso que NO, porque es necesario prestar atención antes que todo. (Ej. Semáforo Rojo – Los Inoxidables). 

Naranja (Sol): Color crepuscular. Mucha poesía parte de la reflexión de los atardeceres y también en aquellos momentos en donde se apaga el día. Innumerables mitos y leyendas se cuentan con respecto al ciclo del día, y es que la música una vez que inicia está condenada a terminar, aunque existan obras como ORGAN2/ASLSP de John Cage que dura 639 años… (Ej. Der Winterabend – F. Schubert).

Ámbar (Re): Encapsulada en el tiempo, se encuentra una pequeña abejita medieval en la resina fosilizada. Queda escrita la música en un papel pentagramado que a través del tiempo se tiñe de un amarillo pálido. 

El primer registro musical es de hace más de 4 mil años y es el Epitafio de Seikilos, es decir, que probablemente la música sea tan antigua como la historia humana. (Ej. Universo – Rodrigo Carazo).

Amarillo (La): El color de las estrellas, el color del metal más preciado para muchas civilizaciones. La música es una rama de la alquimia, y es que es indudable que cambia el estado de las cosas. 

Se dice que Pitágoras solía hacer curaciones con música, que repetía y transmutaba a quienes percibían los sonidos de su arpa mágica. (Ej. Toccata and Fugue German Brass).

Menta (Mi): La música (al igual que la menta) es medicinal: es aromática, alivia los dolores, su extracto endulza, previene la pérdida de memoria, reduce la depresión y, sobre todo, es deliciosa. (Ej. Colmena – Ely Guerra).

Verde (Si): Color complementario del rojo. En la teoría musical el lugar más alejado que se puede estar es apenas medio paso de diferencia… y como algún gran jazzista me dijo en cierta ocasión: «si te equivocas, probablemente estés tan solo a medio paso». (Ej. Green is the colour – Pink Floyd).

Turquesa (Fa#/Solb): Portavoz de lo sagrado. Es bien sabido que, a través de la historia, hay compositores que han dedicado sus vidas a representar el color del espíritu. Y hay veces donde la música se vuelve un momento entre el cielo y la Tierra. (Ej. Laudate Dominum W. A. Mozart).

Celeste (Reb): La música nos aclara los pensamientos, así como cuando el cielo 

está despejado y con dirección al norte. 

Cuando se practica una obra musical, se ordena de cierto modo para vencer sus retos técnicos, y al despejar, se asoma una voz finita. (Ej. Chiquita – Puente Celeste).

Azul (Lab): La nota azul es triste. El blues es una forma musical que sirvió de plataforma para una sociedad que estaba siendo reprimida y se convirtió en el emblema innegable de la protesta.

A su vez, el azul es reflexivo y nostálgico, ¿será por el pasado perdido o por el futuro añorado? (Ej. Mélancolie – Francis Poulenc).

Lavanda (Mib): Es una joya preciada del olfato. Produce paz, quita el dolor de cabeza y, con ligero toque, calma la superficie de posibles quemaduras. Además, acaricia corazones. (Ej. Intermezzo op.117 no. 1 – J. Brahms).

Magenta (Sib): ¿Cómo se sentirá ser rey por un día? La iluminación de los escenarios desarrolla una adicción porque hace que el artista sienta su poder magnificado. La gente percibe esa exaltación y es capaz de ver sus virtudes en color magenta. (Ej. Pleasure is all mine - Björk).

Café (Fa): Nos sirve para abrir los ojos un poco más al despertar (o para alargar el día). Después del café, el corazón late un poco más aprisa y estimula nuestros sentidos. Estuvo prohibido en Europa en la época de Bach, quien solía ser un amante del café. Similar al color sepia, que es el mirar de los ojos cansados a punto de entrar al mundo de la fantasía, del ensueño. (Ej. Cantata del café – J. S. Bach).

Después de este viaje a través de 12 colores en la música, acaso aún se pregunta: ¿para qué nos sirve la música? Pues la respuesta es simple y muy basta: para percibir nuestro entorno con un prisma y cultivar nuestro mundo interior.

Y como dice Bach en su Cantata del café «no prohíbas al gato a cazar ratones (…)» Porque, así como es inevitable alimentarnos para vivir, también es inevitable seguir cantando.

Escucha aquí los Doce colores en la música: 

https://open.spotify.com/playlist/2eiMlrvQRTzNfTQ5tffWWk?si=FbFiJOkpT1OsxJTMaf_46Q

 

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 122: bit.ly/Alternativas122


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