Entre líneas: Filosofía para desconfiados 

León, Guanajuato

Literatura

Entre líneas: Filosofía para desconfiados

Por Edgar A. Aguirre Vega   25/07/20

El problema fundamental de la mayoría de nosotros es que no tenemos más referencia del mundo y del tiempo que nuestra propia vida. David Pastor Vico

Desde su particular perspectiva, David Pastor Vico, autor del libro Filosofía para desconfiados, nos enfrenta a nosotros mismos y a una absurda idea de superioridad. A través de una inclemente realidad, coloca sobre la mesa un gran número de argumentos que dan como resultado una reflexiva lectura acerca de la evolución de la humanidad y planteamientos que, simplemente, la ponen en duda.

A lo largo de estas páginas, el hombre actual, denominado como un ‘animal humano’ (biológico-animal, cultural-humano), es el objeto de estudio para hablarnos en esencia de la confianza (y de la falta de ella), del porqué suponer que este concepto ha sido un factor clave para su desarrollo —en su vida individual y, sobre todo, social— y de cómo es probable que esta carencia de confianza haya provocado ir marcha atrás a través de miles y miles de años de conocimiento y avance.

Filosofía para desconfiados plantea la vulnerabilidad del ser humano al presentarlo como la especie que nace más desvalida, respecto al reino animal, y que permanece así durante varios años, característica que desencadena la evidente necesidad del apoyo de otros en su desarrollo; una necesidad regida por nada más que la confianza, pensada, en este panorama, como un rasgo innato del hombre.

De acuerdo con el libro, la ayuda de los demás no sólo implica la supervivencia en los primeros años de vida, si no que abarca prácticamente toda su existencia, ya que este acompañamiento se vuelve vital para el aprendizaje, por ejemplo, del habla y del pensamiento abstracto, así como de una comunicación elocuente y adecuada, y, en general, para descubrir el mundo que lo rodea. Es este pensamiento el que subraya y respalda la aseveración aristotélica integrada en el texto que menciona que «el hombre es un animal político; fuera de la polis no es más que un animal».

Lo que acentúa, evidentemente, cuestiones tan filosóficas y meditabundas como: “¿Es el color rojo, rojo por sí, o porque nosotros le hemos asignado ese valor?, y si le hemos asignado el valor, ¿cómo pensar en él si no lo hubiéramos hecho, esto es, si no sabemos que el rojo se llama rojo seríamos capaces de identificarlo y reconocerlo?”.

Entonces, ¿por qué Vico sugiere que esta necesidad de permanecer con otros ha representado un aspecto negativo para el hombre? Es interesante el análisis mostrado a lo largo de esta obra; de cómo el binomio ‘animal humano’ es deconstruido para construir la premisa que responde a dicho cuestionamiento y de cómo, cada una de estas partes, afecta en el comportamiento y el desarrollo del individuo.

La conformación de las primeras sociedades —clanes o tribus— equivale, según el autor, a un tema de confianza casi ciega, esto apoyado con el hecho de que eran grupos pequeños donde todos eran partícipes del progreso de todos a través de tareas y responsabilidades bien definidas de acuerdo con sus capacidades. Pero una vez asentados y con poblaciones bastante numerosas, el orden, la responsabilidad y el compromiso de unos con otros se comenzaron a regir por reglas y leyes, determinando pues que «simplemente, dejamos de confiar en los demás».

Por otra parte, mediante puntuales observaciones, el autor enfatiza en una arrogancia intelectual del individuo; de una idea —pocas veces confesable— de ser y sentirse más listo que los demás. De la manera más directa y clara, nos hace encarar esta actitud; su humor, sarcasmo y simplicidad (más no simpleza), conecta con un viaje de descubrimiento y reflexión que, sin duda alguna, te hace cuestionar «¿Cómo será la vida dentro de una colectividad de animales humanos que se creen, cada uno por separado, más únicos y diferentes que los demás?».

A lo largo de este documento filosófico, encontramos diversas referencias a doctrinas y pensadores como Platón, Sócrates, Aristóteles y Descartes, quienes concibieron importantes ideas respecto a temas del conocimiento, la verdad, el lenguaje y la existencia humana; así como la alusión a conceptos implementados para regir comportamientos humanos como la moral, la ética y los valores.

Algunos podrían considerar que este es un libro desesperanzador debido a la carga de realidad que identificamos en su interior, una realidad en muchos sentidos cruda y caótica; pero no implica que el mensaje lo sea. Un inteligente y mordaz epílogo, a manera de reflexión, es la cereza en el pastel que retoma esta sacudida a la razón y que invita a replantearse, sin prejuicios, cuál es el lugar que cada uno ocupa y la responsabilidad que cada quien tiene, consigo mismo y con los demás.

Filosofía para desconfiados es un libro necesario en el contexto actual —lo es también para cualquier tiempo venidero—; pero, de manera fortuita, su visión (planteada en 2019) se ha enlazado con nuestro ahora como una oda a la tragedia, la transformación, la confianza y el valor humano.

Filosofía para desconfiados

David Pastor Vico

Planeta

2019

149 páginas

 

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 119: bit.ly/Alternativas119


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