Letras y vida de Ana Paulina Calvillo

La pasada edición de los Premios de Literatura León 2020 contó con la participación de importantes exponentes de las letras en la localidad, Ana Paulina Calvillo Reyes es ejemplo de ello al haber obtenido una mención honorífica en la categoría de Cuento corto.

Originaria de la Ciudad de México, Ana Paulina lleva 25 años viviendo en nuestro estado, considerándose ya como una guanajuatense por adopción; es la segunda de cuatro hermanos y, a través del tiempo, ha mantenido la creencia de que ella se define a través de sus circunstancias.

“Soy madre de dos artistas que volaron de casa para escribir su propia historia, pero que vuelven a las historias que contamos juntos; soy maestra de secundaria y, contra todo pronóstico, me fascina; soy editora y me emociona convertir en objeto las palabras y las historias de las personas a las que admiro”.

Su vida siempre ha estado ligada a las letras, literalmente, pues su padre, impresor tipógrafo, le compartió su gusto y orgullo por este arte; es por ello que los libros, el papel y la tinta forman parte innegable de la esencia de Ana Paulina.

Durante su infancia la lectura era una tortura, confiesa; pero por una razón que no estaba en sus manos: la dislexia. Leer y escribir era un gran desafío en el que pocas veces estaba interesada, pero su gusto por las historias la mantenía al pendiente de las referencias que su hermana mayor hacía sobre éste y aquel libro, provocando en ella un interés que más darte despertaría por completo.

“El primer libro que me arrepentí de no leer, ese que me metió en la literatura fue Colmillo Blanco, de Jack London; en la sesión de evaluación de lectura de mi primer año de secundaria, mis compañeras hablaron de él con tanta pasión, que supe que me estaba perdiendo algo importante y decidí que valía la pena el esfuerzo”.

Y vaya que esa voluntad ha dado frutos, fue ese vibrante interés por las historias el que la llevaría a ser una de las seleccionadas para ser incluida en el compendio de los Premios de Literatura León 2020. Su historia, destacada con mención honorífica, fue definida por parte del jurado como “un texto que arriesga y logra mantener la calidad”, así como “un texto en el que se muestra mucha pericia en el uso del lenguaje, pues a pesar de no utilizar signos de puntuación, se logra comunicar una historia. Se utilizan oraciones muy extensas, pero bien construidas, que incluso llegan a generar un ritmo en el lenguaje”.

Tocando el fondo con las manos, en palabras de su autora, es un relato construido de recuerdos que se van hilando por libre asociación, a veces por sensaciones, imágenes o sonidos, y así como los recuerdos no siguen una lógica estructural, el cuento tampoco.

“El cuento fue un experimento y lo que yo estaba buscando en realidad era un lector, alguien ajeno a mí y a mi propia historia que me dijera que era comprensible. Me parece que tuve una respuesta con los Premios de Literatura y me siento feliz por ello. Además, admiro muchísimo el trabajo de Bernardo Govea y de Alí Rendón, aparecer al lado de ellos es muy halagador”.

Su proceso creativo se desprende de experiencias, sensaciones y emociones; todo aquello que le comunica algo (frases, sueños, miedos, dudas) es capturado en un diario, una bitácora de señales, como ella misma lo denomina: “De vez en cuando meto todo eso a la licuadora y, si soy afortunada, doy con algo”.

En un futuro, Ana Paulina Calvillo desea seguir dando clases, escribiendo, editando y publicando libros; utilizar sus herramientas para contar, a su manera, grandes historias, y llegar a lectores que, como ella, disfruten del maravilloso mundo de la literatura.

“Creo que todas las historias han sido contadas, que se han utilizado recursos y estilos diversos para hacerlo, que hay lectores y textos para todos los gustos. Me gusta pensar que hay alguien que puede disfrutar leyendo lo que escribo como yo lo he hecho. Eso es todo”.

Para leer Tocando el fondo con las manos, puedes entrara a: https://bit.ly/PremiosDeLiteraturaLeón20