Narrativa breve - 15 s 

León, Guanajuato

Literatura

Narrativa breve - 15 s

Por Alan Lara Murillo   06/02/20

Directrices para viajar en el tiempo

Si ingresas a Instagram, reproduces las historias y, en un momento deliberado, prolongas el tap sobre la pantalla: la imagen se detiene. Los quince segundos de duración codificados se desbordan a nuestra voluntad. Dentro del mismo ejercicio croniano, al deslizar hacia los lados arrastrando, no soltando y sin caer de la superficie, se revela ante nuestros ojos que, lo que pensamos como una línea de tiempo horizontal al menos por diseño, es más un imago-prisma infinito y suspendido: sus caras nos brindan la posibilidad de saltar del hace dieciocho horas al hace trece minutos en micro instantes; el tap prolongado permite quedarnos a voluntad nuestra y de la batería del dispositivo móvil entre dos intervalos de tiempo no correspondientes al curso de las manecillas del reloj. El tiempo se fragmenta. Parece estar a nuestra disposición. Nos convertimos en instantáneos viajeros del tiempo y nuestra nave son las imágenes. 

*

La imagen materia es única, estática; de memoria archivística: pintura, escultura, arquitectura.

imagen filme: reproductible/dinámica/memoria retiniana/fotografía/cine. 

e-imagen   f l o t a n te   ilimitada

imagen en flujo  

memoria en red:

i n m a t e r i a l

Estas son tres categorías que José Luis Brea establece para diferenciar los tipos de imagen que han dado forma al entramado simbólico (la cultura) que nos configura como personas a través de la historia. Al inicio de la era internauta, diferenciándose de la singular-madre de la verdad, imagen materia, y completando la promesa de omnipresencia que esbozó el filme, la e-imagen encontró en lo que se piensa como lo digital, un campo de expansión ilimitado gracias a que pudo liberarse, en cierta medida, de un soporte material (el marco, la cinta), encontrando su (no)lugar de ser en el lenguaje abstracto, el de ceros y unos. Estas libertades han permitido que la producción simbólica en la que estamos (des)enmarcados se desborde. Como resultado, nos enfrentamos a un número ilimitado de imágenes que brillan en las pantallas por su inmediatez y su cualidad de efímeras, cambiando por completo la manera en que dotamos de significado a las cosas.

Estas nuevas amorfas de significación, reconfiguran el tiempo (acelerándolo, fragmentándolo) y el espacio (dislocándolo, expandiéndolo), y así nuestra identidad se modifica, deviniendo en un sinfín de posibilidades. Aquí resulta importante señalar el papel que juegan las pantallas táctiles. Dichos dispositivos (¿algún día podremos escapar de lo material?), además de servirnos como ventanas de acceso a un mundo rebasado por la e-imagen, también nos hacen participantes activos, posibilitando el modificar de las imágenes a voluntad, sólo basta con arrastrar un dedo sobre el espejo negro, o dar un simple tap, para que la interfaz cambie. Este rol activo nos permite vivir experiencias en primera persona, donde la perspectiva (a 750 x 1334 pixeles) funciona como un elemento verosímil que valida el sistema simbólico que nos rige. Y me valgo de lo verosímil (¿acaso de otra forma de ello?) porque con estas experiencias subjetivas, lo real se revela desdobladísimo, a merced del número de pantallas existentes. La trampa se encuentra en que, esta sensación de libertad y control, no es más que una simulación que queda supeditada a otras realidades en posición de poder, estas limitan, a través de la programación, el campo de acción que tenemos en la Internet. 

Breve transcripción de un viaje en el tiempo  

alan_lamu 11 h

Abusé de las notas; de los e-mails, de las distancias. Abusé de la memoria + foto de “La vida en las ventanas” de Andrés Neuman. 

_airam.ttm_ 31 min

 (Suena canción): yo soy rielera y tengo mi Juan/él es mi vida, yo soy su querer/cuando le dicen que ya se va el tren/adiós mi rielera ya se va… + imagen de representación revolucionaria.

uniessexonline Publicidad

Donde quiera que estés. Te sentirás como en cas-TAP 

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Pasado inestable, ¿futuro?: queda el presente que se nos escurre entre los dedos.

Alan Lara Murillo. Estudiante de la Licenciatura en Cultura y Arte en la Universidad de Guanajuato, campus León. Dos veces segundo lugar en la categoría cuento y dos veces mención honorífica en la categoría de Poesía, dentro del concurso ‘Mundos posibles’. Ha participado en el Congreso Internacional de Teoría y Crítica Literaria de la Universidad Iberoamericana CDMX-TIJ, abordando la cuentística de Ignacio Padilla. Actualmente desarrolla investigación sobre la obra de autoras como: Guadalupe Nettel, Valeria Luiselli, Bibiana Camacho y Mariana Enríquez.  

Datos de contacto: lamu.alan13@gmail.com

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 114


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