Nanamí: Japón al gusto 

León, Guanajuato

Cultura, Identidad y Patrimonio

Nanamí: Japón al gusto

Por Jorge Flores   06/02/20

Una forma de conocer el mundo es a través de su gastronomía, y en León existe un mar de opciones para hacerlo. Una de las cocinas que ha incrementado su demanda en la ciudad, en parte por el fenómeno migratorio, es la asiática y en Nanamí tienen un objetivo bien claro: comida japonesa bien hecha.

Nanamí, marca que significa ‘siete mares’, destaca por su calidad, presentación y experiencia. El concepto nació hace cinco años en Guadalajara, de la mente de Óscar Ávila Rodríguez, cocinero y empresario que comenzó su carrera dentro de la comida japonesa como un empleado; oportunidad a través de la que aprendió, visualizó y realizó. A León, la franquicia llegó hace un par de años y entre cambios y adaptación, hoy muestran su versión final, lista para conquistar el gusto del Bajío. 

“Tengo más de 20 años trabajando en la cocina oriental, vengo de abajo, fui empleado de restaurantes en Guadalajara, siempre con ganas de crecer. Después abrí uno y me fue muy bien. A mí todo el tiempo me ha gustado hacer las cosas bien hechas”, relató Óscar, quién quiere consolidar Nanamí en León con el apoyo de su socio, Gerardo Flores Ramos. 

A la vista luce. Se viste con la tendencia arquitectónica de la cocina internacional y se adorna con detalles de la cultura culinaria japonesa. La barra principal te recibe con la elegancia del cristal y los espejos, entre botellas de sake y cerveza japonesa. Así inicia la aventura dentro de Nanamí, un lugar que te sirve la comida que ya conoces de una forma que no te imaginas. 

No hay inventos sino riesgos, audaces fusiones en una carta básica y completa con algunas sorpresas que ofrecen variedad para todos los gustos, tanto para el tradicional consumidor japonés como para el curioso y arriesgado paladar mexicano. 

“Nanamí quiere acercarse a la familia japonesa, llevarles una carta diferente, una carta fusionada al estilo mexicano”, cuenta Óscar. 

Los rollos o makimonos son los protagonistas en el menú. Combinaciones que parecen complejas a la descripción pero resultan contundentes al bocado. Destaca el Tako Shu Roll, un rollo temerario forrado en pulpo de ahí su nombre (tako es pulpo en japonés), relleno de queso, pepino, aguacate y camarón empanizado, encima como estandarte: una ensalada de kani (cangrejo) con queso gouda gratinado a flama directa y sobre todo esto, anguila y ajonjolí. Ambicioso, antojable y rudo. 

También sobresale el Maguro Roll, envuelto en atún y coronado con ensalada spicy del mismo pescado; al centro queso, aguacate y pepino; fresco, cremoso y de un rosa vistoso que hace agua la boca. Y ya como última recomendación en rollos, viene el Kiury Especial, relleno de camarón, queso, pepino y aguacate, por fuera pepino y encima camarón empanizado con un aderezo especial y salsa de anguila; una experiencia tradicional y crujiente.  

Las opciones en sushi se multiplican, pero cada uno aporta una experiencia para disfrutar del lugar; están para comerse despacio, ‘desdoblando’ el tiempo para percibir el festejo unísono de sus ingredientes, la frescura de las frutas y verduras, la textura de las cremas, el condimento de las salsas, el vigor de los mariscos, la rudeza de la carne y el esponjoso arroz que sirve de solvente en esta mezcla de sabores. 

Ahí junto a los rollos, en el podio, se encuentran los platillos a la plancha, que si así lo quieres y reservas tu lugar, te los cocinan en vivo; un espectáculo en dos tiempos, primero la preparación: entre el vapor y los olores de los ingredientes, los cinco sentidos se hacen cómplices para antojarte el tepanyaki, el yakimeshi o el platillo de tu elección; acto seguido se sirve en caliente, mientras tu apetito abierto te hace salivar. 

La bebida es también parte de este ritual de sabor y tradición japonesa. Una amplia cava de sake se ofrece en el menú, primero para satisfacer al consumidor nipón, luego para atraer al cliente local con una bebida diferente pero certera para el maridaje de este tipo de comida. 

“Ya son ciertas personas que vienen específicamente a buscar un sake, pero parte de nuestra tarea es ofrecer el servicio de sakes para que conozcan un poquito de la tradición, de cómo es en Japón, cómo es que se llega a la integración”, explicó Gerardo. 

Pokes, edemames, kushiagues, sashimis, nigiris o ramen, en fin, una carta basta y variada; un espacio de fusiones, armónica danza entre la tradición japonesa y la imaginación mexicana.

Entre la meticulosa manufactura e ingeniosos detalles entre formas y texturas, la elegancia espacial con la calidez del atento servicio. Nanamí es cosmopolita y a la vez un hogar. Una cocina para todos que destaca principalmente por poner a Japón y sus sabores en platillos bien servidos y mejor elaborados. 

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 114

 


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