Arte contemporáneo en México: ruptura de lo tradicional 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

Arte contemporáneo en México: ruptura de lo tradicional

Por Edgar A. Aguirre Vega   30/01/20

Ninguna idea acerca del arte contemporáneo ha logrado imponerse tanto como aquella según la cual se puede —se debe, incluso— carecer de cualquier idea al respecto.

Terry Smith

Conocer el arte contemporáneo implica un largo camino; no es suficiente la lectura que remite a una definición (o definiciones) no siempre claras de lo que éste representa, pues, desafortunadamente, es presentado como un modelo de contradicciones que, evidentemente, hace demasiado compleja su explicación y entendimiento.

María Andrea Giovine Yáñez en su texto La paradoja en el discurso, desmenuza adecuadamente los tantos sentidos que, para bien o para mal, encierra nuestro concepto en cuestión, pero sobre todo de las transformaciones, posibilidades y justificaciones que el arte contemporáneo puede ofrecer. Como ejemplo, el texto enuncia dos situaciones: 1978 y la presencia del artista alemán Joseph Beuys; a través de su obra I like America and America likes me, presentada en Nueva York, es encerrado y convive durante tres días con un coyote salvaje; cada día incluía conversaciones con el animal, llegando a un acercamiento tal que Beuys logró abrazar al coyote. 

En 2008, segunda situación, Guillermo Jiménez Vargas, mejor conocido como Habacuc, realiza una presentación en Nicaragua; parte de ésta integra un perro famélico recogido de la calle por su autor, para ser amarrado con una cuerda de nylon y dejarlo morir de hambre y sed. Interrogantes, muchas; explicaciones, muchas más; y es que, de manera personal, resulta demasiado interesante toparse con tantas y tantas concepciones que denotan la idea de este arte, quizás, como un código que cada autor o artista utiliza a su conveniencia; ya sea como dogma o como pase de entrada a la antesala del arte.

A lo largo de siglos de historia, el arte ha modificado sus procedimientos, planteamientos e inquietudes (…) Entre las obras de Beuys y de Guillermo Vargas persiste una enorme diferencia, además de los treinta y cuatro años que transcurrieron entre una y otra. La primera es un ejemplo de algunas de las aristas que vemos en el poliedro del arte contemporáneo, del arte en tanto práctica que invita a reflexionar y a mirarnos a nosotros mismos (…) Tres décadas después, Vargas pretende hacer pasar por postconceptualismo el horror y la tortura, suscitando con ello un revuelo mediático y una polémica internacional. Atar a un perro famélico en una galería de arte es un ejemplo de las muchas paradojas que se han generado en el devenir del arte contemporáneo.1

Para hacer menos larga su posible comprensión, nos limitaremos a describir dos acepciones mayormente estructuradas que corresponden directamente a cuestiones terminológicas. La primera de ellas, y quizás más rigurosa, remite al término etimológico de la palabra como tal, es decir, la que refiere a lo contemporáneo como algo que existe al mismo tiempo o pertenece a la misma época; esto en un sentido más cercano a la definición de actual. Con ello, determinamos que el concepto es relativo a cada época y siempre ha existido, pues representa que el arte producido en algún periodo específico mantendrá su contemporaneidad con quien coexistió durante la época en cuestión; sin embargo, en este sentido, el inicio del arte contemporáneo no será contemporáneo, valga la redundancia, para mucho del público joven actual.

El segundo significado, y en el que emplearemos en el desarrollo del texto, es aquel que sitúa al concepto como un género artístico, nacido en la segunda mitad del siglo XX (1960) y que, por supuesto, integra las expresiones artísticas creadas en esa época y hasta la actualidad. Es notable la aparición, una vez más, del término actual; quizá pues una de las mayores contrariedades con las que nos enfrentamos en la comprensión del arte contemporáneo, así como la falta de acuerdos por parte de diversidad de historiadores e involucrados con las teorías del arte.

La concepción de género que integra diversos movimientos artísticos en uno sólo dificultaría, lógicamente, la identificación de características que determinan la inclusión de una obra como contemporánea; pues resulta liado entender que un grupo extenuante de obras forman parte de una misma clasificación sólo por el tiempo en el que han sido realizadas y no por particularidades compartidas como por ejemplo materiales, técnicas, discursos, propuestas estéticas. No es de extrañar pues que muchos de los ejemplos del inicio del arte contemporáneo vengan arrastrando características de corrientes artísticas que, de acuerdo con el periodo, no forman parte de éste; una ironía del arte contemporáneo que, para ser contemporáneo, acumula ya más de 50 años.

Ubicándonos en el territorio nacional, no hay que olvidar que el panorama artístico de la primera mitad del siglo XX en México manifestaba una propuesta bien marcada proveniente del muralismo, movimiento representativo del contexto socio-político ubicado entre 1920 y 1950; donde destacaban figuras de gran relevancia como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. A los que siguieron nombres como Rufino Tamayo, José Luis Cuevas, Jorge González Camarena, Juan Soriano, Leonora Carrington, Rafael Coronel, Gunter Gerzso y, un jovencísimo pero ya prometedor, Francisco Toledo; artistas plásticos que vivieron la transición a la escena del arte contemporáneo en el país.

Habría que suponer a Toledo como uno de los artistas contemporáneos más arraigados a este género, pues prácticamente toda su obra fue creada desde el nacimiento de este arte como tal, recordando que en 1960 el artista contaba con sólo 20 años de edad. Es por ello que, aún hasta este año, claro está previo a su muerte, era considerado (y seguirá) como uno de los artistas mexicanos más emblemáticos de la época moderna, o actual, entregando una vasta obra generada a lo largo de más de cinco décadas de manera ininterrumpida.

En la escultura, por su parte, figuran nombres como los de Federico Canessi, Carlos Bracho, Luis Ortiz Monasterio, Federico Silva y Enrique Carbajal (Sebastián); implementando nuevos materiales, técnicas y temas como el abstraccionismo, la geometría y tridimensionalidad. Sin olvidar claro a Manuel Felguérez, considerado como el iniciador del arte digital en México al implementar, en los años setenta, tecnologías de este tipo en sus obras artísticas.

El arte contemporáneo actual, es decir, el del siglo XXI, ha sumado diversas e interesantes formas de expresión como la instalación y el videoarte, donde predomina precisamente el uso de las tecnologías digitales; se mantienen claro como formas de expresión la pintura, escultura y fotografía. México no se ha quedado atrás y, contrario a lo que podría pensarse, cuenta con exponentes de gran renombre a nivel internacional.

En las últimas décadas han surgido en México grupos artísticos de gente joven con nuevos retos estéticos, estos grupos son identificados con el nombre de transvanguardia… En estos días hay una diversidad de manifestaciones en las artes visuales, la cual se relaciona directamente con la conceptualización del arte, más que con el resultado material de la obra misma. La urdimbre entre arte, diseño, comunicación, medios digitales y consumo popular se entreteje dando paso a nuevos lenguajes visuales a partir de propuestas cada vez más conceptuales.2

Ante este panorama mundial, importa entonces destacar la labor de artistas actuales que han apostado por la ruptura de lo que tradicionalmente había sido asociado con el arte mexicano. A nivel nacional e internacional, entre los consagrados podemos considerar a: Gabriel Orozco, Minerva Cuevas, Betsabeé Romero, Gilberto Aceves Navarro, Mónica Castillo, Amador Montes, Abraham Cruz Villegas, Carlos Amorales, Vicente Rojo, Pedro Friedeber, Rafael Lozano-Hemmer, Chantal Peñalosa, Jorge Yázpik, Iñaki Bonillas y Javier Marín… Creativos que ofrecen notables y trascendentes  perspectivas (adecuadas o no, estéticas o no, actuales o no) del tan controvertido arte contemporáneo.

Fuentes

1-María Andrea Giovine Yáñez . (2015). Paradojas del arte contemporáneo. 30 septiembre 2019, de SciELO Sitio web: http://www.scielo.org.mx/pdf/tods/n34/n34a8.pdf

2-Unidad de apoyo para el aprendizaje. (2017). Arte Mexicano del Siglo XX. 30 septiembre 2019, de Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia-UNAM Sitio web: https://programas.cuaed.unam.mx/repositorio/moodle/pluginfile.php/164/mod_resource/content/1/arte-mexicano-s-xx/index.html

-Félix de Azúa. (2003). ¿Qué arte contemporáneo?. 30 septiembre 2019, de Letras Libres Sitio web: https://www.letraslibres.com/mexico-espana/que-arte-contemporaneo

-Julieta Sanguino. (2017). Los 10 artistas contemporáneos más importantes de México. 30 septiembre 2019, de Cultura Colectiva Sitio web: https://culturacolectiva.com/arte/artistas-contemporaneos-mas-importantes-de-mexico

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 110: http://bit.ly/Alternativas110


Historias Populares
Historias Recientes

Instituto Cultural de León

Oficinas Generales
Edificio Juan N. Herrera s/n
Plaza Benedicto XVI, s/n
Zona Centro
León, Guanajuato, México.

E-mail: prensaicl@gmail.com
Teléfonos: (477) 716 4301 - (477) 716 4899