El género de inagotable creación 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

El género de inagotable creación

Por Raúl Cruz   10/01/20

En un presente donde las pantallas son la ventana al mundo real y virtual, las obras gráficas de ciencia ficción cuentan historias cautivadoras y poderosas que redireccionan hasta las más sólidas convicciones, es justo ahí donde radica su actual importancia.

Al mencionar ciencia ficción mexicana en un pretendido abordaje cultural, inevitablemente se asume como obras producto de narrativas literarias. En un país donde se tiene la errónea convicción de mostrarnos como ‘intelectuales’ a cualquiera que escriba un libro siempre que tenga membresía del adecuado grupo social.

Sin embargo en un intento de emanciparnos de tan anémicas convicciones, podemos afirmar que el género de la ciencia ficción es medularmente visual. Sin la intención de menospreciar los trabajos literarios que apelan a la  imaginación de quien los lee, son los conceptos visuales los que han definido en los últimos años el sólido posicionamiento del género en millones de personas.

El imaginario popular en este género se nutre mediante los cautivadores diseños de los artistas conceptuales: vehículos, vestuarios, artefactos, personajes, seres extraños, paisajes fantásticos y muchas otras creaciones maravillosas que tienen el poder de transportarnos a dimensiones que claramente rebasan fronteras antes sagradas e impenetrables.

Al día de hoy, imposible disociar historias clásicas de ciencia ficción de sus respectivos conceptos gráficos, especialmente en el cine. Podemos afirmar entonces que el arte visual en este género ha pasado de ser sólo un complemento para apoyar un libro o un artículo mediante portadas o viñetas y se han ganado una merecida independencia.

Mediante diseños, colores, texturas, composiciones, formas, maquetas, escenarios y muchos recursos más, somos transportados por las propuestas gráficas a mundos insospechados que estimulan la imaginación y generan cuestionamientos que retan la imaginación de los espectadores. Es una maravillosa forma legal de difamar nuestra realidad con la envoltura del placer inmediato. 

En México estamos habituados a esperar que las nuevas propuestas de ciencia ficción lleguen de quién sabe dónde, envueltos en la convicción, que a veces coquetea con la inocencia,  de que aquellos que las proponen son y serán extranjeros.

La creatividad es condición humana, carece de gentilicios y la ciencia ficción es un género libre, cualquiera lo puede abordar, trabajar, interpretar. La mayoría de los humanos vivimos envueltos en una libertad que no ejercemos, la libertad de crear.

El potencial creativo para realizar arte visual de ciencia ficción en nuestro país es inconmensurable, inagotable. La fórmula es muy simple, ubicar la narración gráfica en nuestro contexto nacional, combinación altamente potencial por simple.

Nuestro pasado histórico en todas las áreas de estudio, nuestro imperfecto presente y el imaginario del creativo, son el cóctel perfecto para generar inagotables propuestas de ciencia ficción nacional.

Si bien no necesariamente se tiene que abordar el nacionalismo para darle un calificativo de ciencia ficción ‘mexicana’, la enorme riqueza de nuestro legado cultural nos da pie a no pasar de largo. No hay vida humana que alcance para agotar las posibilidades de crear nuestra propia ciencia ficción, con la esperanza de llegar a ojos y oídos de empresarios visionarios para darle la solidez necesaria mediante obras de cine, videojuegos, series, artes plásticas, cómics, obras de teatro y muchas opciones más.

El arte de Racrufi

Con la sólida convicción de querer crear arte de ciencia ficción desde muy temprana edad, la producción de conceptos visuales ha rebasado la tercera década de mi vida laboral. Aderezada casi desde el principio por un fuerte impulso de usar nuestros propios recursos culturales, históricos, geográficos e intelectuales.

Como todo apasionado por plasmar la imaginación mediante dibujos y formas, la infancia transcurrió jugando-dibujando, hasta que el vendaval de los dogmas sociales y biológicos nos distraen y alejan de tan maravillosa práctica. Los sobrevivientes de tan brutal temporal disfrutarán de las mieles de tan maravilloso oficio creativo.

Mostrar arte gráfico de ciencia ficción mexicana provoca diversas e interesantes reacciones, desde los que se asombran gustosos de sentir esa consideración identitaria, hasta los que sienten que es un acto sacrílego y profano por no ubicar la escena en Nueva York o Tokio, los que afortunadamente son los menos.

En un imperceptible transcurrir del tiempo y cautivo por el placer de generar obras de fantasía y ciencia ficción con elementos nacionales, han nacido propuestas visuales que van desde simples bocetos hasta obras plásticas sobre tela en pequeños y grandes formatos, bien recibidas dentro y fuera de México. Con lo cual puedo afirmar que la naturaleza visual de la mayoría de los humanos avala y justifica el enorme gusto de crear obra visual de ciencia ficción y fantasía.

Todo concepto, todo personaje, toda nave, vehículo o paisaje que nos cautiva en una película, en un videojuego, en un cómic, nacieron en la mente creativa de un artista visual, en una hoja o tal vez un papel roto. 

El impacto en los espectadores es definitivamente provocador y a veces incendiario, con lo cual se cumple el segundo objetivo de la obra que es posicionarse en la mente de quien la disfruta o la sufre.

Alejarse de la codependencia de la narrativa escrita para adquirir vida propia y explorar los ilimitados recursos y posibilidades que nos presenta el ejercicio de la creación gráfica del arte de ciencia ficción, es el discurso más apropiado para las nuevas generaciones que, inquietas, aspiran a ejercer el maravilloso oficio de la creación del arte visual, pero que tienen dudas y equivocadas convicciones para hacerlo, creen se debe ser un privilegiado o que es necesario tal vez salir del país. Ni la una ni la otra, la imaginación y creatividad es una característica personal, propia, interna, que no depende del lugar donde se esté, no hay recetas ni magia.

La pasión es el motor y el combustible la práctica.

Raúl Cruz (Racrufi). Ilustrador y artista plástico. Ha desarrollado su obra en el género llamado Arte Fantástico. La estética futurista y la ciencia ficción mezcladas con la cultura y estética mexicanas influyeron en su obra amalgamando pasado y presente en escenas de impredecibles futuros.

Su obra ha sido exhibida en el Salón de la Plástica Mexicana, Galería Arte XXI, en el Stendhal Gallery, Society of Illustrators Gallery en Nueva York, National Museum of Mexican Art en Chicago, Latino Art Museum en Los Ángeles, Foros Heredia en La Habana y Santiago de Cuba, Basel Suiza, Studio d’Arte Andrómeda y Casa Bruno en Trento Italia.

Este texto se publicó originalmente en la Revista Cultural Alternativas 111: http://bit.ly/Alternativas111

 


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