Hakken - Gaming, de Japón a tu pantalla 

León, Guanajuato

Cultura, Identidad y Patrimonio

Hakken - Gaming, de Japón a tu pantalla

Por José Luis Rojas Aldana - Shimbun México   15/08/19

 

Si hablamos de videojuegos es difícil no remitirnos a Japón, país que, además de ser pionero en este rubro, es uno de los innovadores y vigentes en el tema; por ello, no es de sorprenderse que sea influencia en la cultura gaming a nivel mundial y que dentro del catálogo de empresas exitosas en este sector encontremos a Namco, Sony, Capcom, Sega, y por supuesto, Nintendo.

Los videojuegos nacen precisamente en Japón en la década de los 80, con las máquinas conocidas como árcades, que llegaron de la mano de la empresa Taito; pese a que se siguen conservando máquinas de este tipo en todo el mundo, con la llegada de las consolas disminuyó su producción. 

En 1975, se lanza Table Tennis, la primera consola japonesa de videojuegos y tan sólo dos años después Nintendo saca a la luz Game 15, generando ventas de entre 800 mil y ¡un millón de unidades!, ya que con una sola máquina podías disfrutar de 15 juegos; pero fue en 1978, que Japón crea Space Invaders, nada más y nada menos que el responsable del boom en los videojuegos. En los años siguientes llega Pacman, que incluso fue más famoso que el mismo Mickey Mouse.

Así podríamos seguir la lista de cada uno de los títulos que han cambiado la historia de los videojuegos y su impacto, como lo fueron y siguen siendo Mario Bros., Donkey Kong, Final Fantasy, Zelda, Pokémon, Resident Evil, y muchos más. 

Es importante mencionar que, aunque al desarrollar videojuegos Japón inicialmente hacía a un lado su cultura, tradiciones y rasgos para asemejarse lo más posible a lo que en occidente se veía o gustaba, con el paso del tiempo las cosas se fueron invirtiendo y ahora vemos la influencia japonesa en videojuegos que no son desarrollados propiamente en el país nipón.

Y si bien podríamos pasar horas y días hablando de la historia del gaming en Japón, sus éxitos, influencia, evolución y cómo ha marcado al mundo, es momento de hablar de cómo los videojuegos han cambiado la realidad de las personas. Aunque estos pueden ser utilizados como herramientas educacionales, de entretenimiento, culturales, forma de ocio, entre otros, también hay cierto segmento de la población que se aísla en la pantalla, pero ¿cómo y por qué?

Probablemente el ‘escapar de la realidad’ a través de un artefacto no sea algo nuevo, es algo que ya habíamos experimentado con la lectura, pero en esta ocasión es diferente. La ansiedad que un juego puede ocasionar en una persona va desde el simple hecho de querer terminar una partida, historia o nivel; querer encontrar los famosos easter eggs que en ocasiones los creadores esconden en sus videojuegos, hasta el simple hecho de sentir que por fin tienen el control al 100 por ciento de un personaje, que sienten como si fueran ellos mismos.

Actualmente existen juegos de simulación social en los que podemos crear un avatar, darle personalidad, el cuerpo y la cara que más nos gusten, vestirlos como nos gustaría vestirnos, y por si fuera poco, hacer que vivan la vida de ensueño que probablemente muchos de nosotros nunca lleguemos a tener; ya saben, cosas como vivir en una mansión, hacer trucos para nunca quedarnos sin dinero, conseguir la pareja perfecta, ser vampiro o extraterrestre, conseguir el trabajo ideal, e incluso, en algunos casos, tener múltiples parejas.

De inicio suena a algo simple, pero ¿qué hace a esta clase de videojuegos tan adictivos? Sencillo, cuando los jugamos de niños nos permiten jugar a ser ‘Dios’, manipulamos las cosas a nuestro modo sin pensar mucho y con el fin de divertirnos; pero, de adultos, son el reflejo de la vida que quisiéramos tener.

Hay que verlo de este modo, nuestras vidas o al menos la de una persona promedio, lleva una rutina: nos levantamos, bañamos, desayunamos, asistimos a la escuela o al trabajo, salimos de la jornada laboral, nos transportamos a nuestros hogares, cenamos, perdemos un poco el rato en Internet y finalmente dormimos… ¡una vida de ensueño! ¿no? Sin embargo, en la pantalla, con nuestra mano al mando, nuestro avatar —si ingresamos algún truco— ni siquiera tiene que dormir o comer, ese pequeño personaje que manipulamos tiene una vida social llena de metas a corto y largo plazo, aspiraciones, una casa que decoras cada que te aburres y lo más interesante, tienes control sobre el tiempo, así que no tienes la necesidad de ‘vivir’ las partes ‘aburridas’ como dormir, ir a trabajar o bañarte, basta con acelerar el reloj y ¡listo!

Ahora bien, esta es sólo una clase de simulación social donde uno tiene el control al 10 mil por ciento, pero hay una más donde, aunque puedes decidir el futuro de tu personaje, el de la historia e incluso del juego, dependerá de cada decisión que tomes, haciéndolo expectante y misterioso; este factor es lo que genera que el jugador se enganche y no quiera parar hasta descubrir qué es lo que pasará al final con cada una de las decisiones que ha tomado.

Pero esto es sólo el comienzo, pues en Japón se han desarrollado videojuegos de realidad virtual que te permiten, hasta cierto punto, llevar más lejos estas experiencias de simulación social con juegos para adultos que, aunque pueda que no tengan las mejores gráficas y aún no se vea ‘tan real’, podríamos casi asegurar que el futuro está a la vuelta de la esquina y pronto habrá videojuegos que nos hagan dudar si estamos jugando o no.

Sea de una forma o de otra, el ‘encerrarse dentro de la pantalla’ para escapar de una realidad y sumergirse en otra, ha sido y es, con el paso de los años, un tema más recurrente y menos extraño, pero sin duda un tópico a tener en consideración si tomamos en cuenta que lo que vivimos en la pantalla puede que nunca sea convierta en realidad.

 

Esta nota forma parte de la edición 108 de la Revista Alternativas, conoce el contenido completo aquí.


Historias Populares
Historias Recientes

Instituto Cultural de León

Oficinas Generales
Edificio Juan N. Herrera s/n
Plaza Benedicto XVI, s/n
Zona Centro
León, Guanajuato, México.

E-mail: prensaicl@gmail.com
Teléfonos: (477) 716 4301 - (477) 716 4899