Minche Mena: una mujer de retos 

León, Guanajuato

Cultura, Identidad y Patrimonio

Minche Mena: una mujer de retos

Por Silvia Palacios   09/01/19

Definir el propósito de vida es quizá una de las decisiones más complicadas a las que se enfrenta una persona, es tal vez una de las preguntas existenciales más socorridas, pero una vez que se encuentra y se ve con claridad, lo más emocionante es ir desarrollándolo.

Minche Mena en una mujer que ha encontrado ese propósito, pero que, sobretodo, ha sabido darle lugar y que tiene la determinación suficiente para llevarlo a cabo en donde sea que la vida se lo presente.

Arquitecta de formación y por vocación, Minche Mena, como es conocida, es una mujer que disfruta construir y ayudar a edificar, pero no sólo edificios, sino vidas.

“Me parece que mi tema de arquitectura no es solamente con lo construido, que claramente me desempeño en eso, pero después estudié una maestría en Couching Ontológico, que tiene que ver con construir a las personas”.  

Minche acepta la responsabilidad, como ella lo define, de haber nacido en México y haber tenido la posibilidad de estudiar más allá del nivel universitario y por ello busca contribuir a que el país esté mejor y lo hace a través de agrupaciones que buscan o tienen como finalidad la mejora del entorno social.

Tras egresar de la Architectural Association School of Architecture de Londres y regresar a México, tocó puertas para poder formar parte del Consejo de Competitividad y Mejora Regulatoria en León.

“Regresé de Inglaterra y dije ‘quiero hacer algo por mi ciudad’, entonces conocía a alguien en el Consejo de Competitividad y fui y le dije ‘yo quiero ser Consejera’, seguro le pareció lo más chistoso del mundo porque nadie toca la puerta de un Consejo de ‘hola yo quiero ser Consejera’. Me dijo, no pues es que alguien te tiene que postular y yo, ‘no, no hay nadie que me postule, pero quiero ser Consejero’ y pues bueno, al final entré”, recuerda Minche en entrevista desde Bogotá, Colombia, donde actualmente reside.

Esa determinación para entrar al Consejo permaneció por tres Administraciones, en las que pudo hacer diversas acciones por su ciudad, ‘construir’ proyectos para su hogar, como el impulso que dio al Barrio Arriba.

Y es que, aunque nació en la Ciudad de México, a los ocho años y tras la muerte de su padre, llegó a León, de donde él era originario. Junto con su madre, oriunda de Bélgica, se estableció en la ciudad del cuero y el calzado de la que se declara orgullosa y leonesa de corazón.

Para ella, las oportunidades de viajar son únicas, pero poder regresar a León y aplicar lo aprendido en otros países, es aún mejor. De una manera un tanto fría podría decirse que es ver al objeto amado desde una perspectiva lejana para después acercarse a él y poder, en mayor o menor medida, aplicar lo aprendido de otros objetos similares.

Por eso no descarta regresar a León, aunque tiene ya tres años viviendo en Colombia y gran parte de su vida profesional y personal tiene profundos cimientos en aquel país.

“Estoy en Bogotá y ya estoy haciendo una vida muy completa, pero yo creo que eventualmente a México voy a regresar, y me encantaría regresar a León”.

Confiesa que a diario extraña su país y León, su comida, sus amigos y más que nada, la posibilidad de hacer algo por la ciudad; pero no se cierra y es por eso que en Colombia también se ha involucrado en temas sociales que contribuyan al establecimiento de la paz.

“Llegué a Colombia trabajando en emprendimiento social pero me terminé quedando por otros motivos”.

Hace cinco años la invitaron a dar una conferencia en Colombia y dos años después tuvo otra invitación para impartir dos ponencias en aquel país, pero no pensó que ese viaje cambiaría gran parte de su vida.

La primera charla la ofreció en Bogotá y la segunda fue en la frontera con Venezuela, sería justo esa, la que la movería y confrontaría con la realidad de la migración que se vive en esa zona.

“Mi segundo viaje a Colombia fue el que me transformó la vida porque literalmente ese día cambió el curso de lo que venía. Fue el día que fui a conocer la frontera (con Venezuela) y me reencontré con un conocido, después, con el paso de los meses me invitaron a regresar, entonces estuve viniendo constantemente a dar talleres, conferencias (...) Cada vez más esa oportunidad fue creciendo al punto de tener que evaluar si era valioso quedarme en México o venirme para acá”.

Y aunque menciona que en ese momento no tomó consciencia de lo que implicaba dejar todo y empezar de cero en otro país, con el paso de los años ha logrado consolidarse y llegar a cierto punto de estabilidad pues incluso junto con su socio creó ‘SHINE Architecture’, negocio que actualmente se llama ‘NUUP’ y que tiene una sucursal en México.

Ese es otro as de Minche Mena, el emprendimiento. Aunque ella señala que a este tema llegó de ‘rebote’, ha sabido capitalizarlo pues ha creado su fuente de trabajo e incluso ofrece conferencias sobre este tema, así como de sustentabilidad, que es otra de sus especialidades.

“Un día me hablaron que alguien no podía dar una conferencia de innovación y les parecía que porque yo era arquitecta pues tenía que saber de eso, aunque no tiene nada qué ver, pero pues le entré al quite. Ahí empezó una carrera que parecía bastante paralela en el mundo del emprendimiento y de la innovación y simplemente creo que los caminos se cruzaron y me permitieron abrir otra empresa y luego asociarme en otra”.

Los caminos se cruzaron para que ella esté en aquel país, pero la determinación para construir y establecerse allá, ha sido obra de Minche, tal como lo es el aprovechar conocer el país al máximo, aprender de su cultura, de su gente, de sus tradiciones.

Es justo este último rubro el que cobra gran relevancia para la mexicana, pues en las tradiciones residen las raíces de un país, lo que éste puede construir y las posibilidades que le puede ofrecer a su gente.

“Yo creo que las tradiciones son el fundamento diferenciador de nuestras culturas, es decir, aquellos países que se recargan en acciones o manufacturas que vienen desde el pasado tienen un soporte más de la raíz, entonces cuando logramos vincularnos con esa raíz profunda, que es como un árbol que te permite agarrarte del sitio donde estás, mientras más las conservas y las nutres, el árbol más alto se vuelve, con lo cual para mí las tradiciones son el ancla a un sitio pero que te permite llegar más lejos (…) entonces creo que si uno conoce suficiente sus raíces, es capaz de llegar con ideas más lejos, en innovación más lejos, con procesos más lejos y eso claramente se ve”. Aunado a esto, las tradiciones implican también la capacidad de vincularla y tener presente su mexicanidad a cada lugar que va, cada día.

De la mano con este tema va el de la cultura, rubro que también es importante para una transformación social, desde la perspectiva de Minche, pues se trata de “un eje para el diseño de sociedades y no un relleno a las actividades en el tiempo libre. La cultura nutre al alma, nutre las conversaciones, nutre las sociedades y nutre la concepción de un país”.

Ella es Minche Mena, arquitecta especializada en sostenibilidad, emprendedora incansable, amante de las estructuras y la labor social, yogui en potencia, lectora de Satish Kumar y leonesa del alma.  

Texto publicado originalmente en Revista Cultural Alternativas 101. Minche Mena: una mujer de retos. 


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