Guía básica del fotógrafo viajero

Llevo algunos años tomando una fotografía diaria, lo que ha dado pie a que, al vernos, desconocidos y amigos coincidan en un tema central o total: ¿qué debo fotografiar? Es justo esta pregunta la que deriva en este escrito donde les comparto tips para fotografiar su entorno de manera distinta y que sean creativos a la hora de usar sus cámaras celulares o profesionales.

Lo primero es salir de tu área de confort, de tu mundo rutinario. Solemos saturarnos de lo bella que es la vida en el mundo que nos rodea, así que ayudará salir a tu colonia, conocer pueblos vecinos o hacer un gran viaje.

Claro que si lo tuyo es el exceso de dinero, puedes pagarte un viajecito a Europa, Sudamérica o Japón; si eres como yo, que no te alcanzan los centavos, comienza a caminar sólo dos cuadras paralelas a tu recorrido diario, extrañamente, eso ya es otro mundo.

Preparativos

A mí me gusta tener una bolsa o una mochila donde llevo sólo las cosas que usaré para ese fin: un protector contra el agua, otro contra el Sol, zapatos adecuados para el clima y unas chanclas para sentirse realmente de vacaciones. Lentes especiales, un tripié o trípode, luces u otras herramientas que a mí, me parecen un exceso.

Eso sí, recuerda limpiar la memoria de tu celular o cámara, prepara las pilas y el cargador.

Reconocimiento del lugar

Los maestros de fotografía, sociólogos, etnólogos y antropólogos, dicen que es un error llegar al lugar y comenzar a trabajar al instante. Lo primero es hacer presencia en el lugar, que te vean, que te sorprendas de las cosas bellas; los románticos dirían que vivas un poco el lugar y que lo respires, tomarte un café, comprar algo de comida o hacer preguntas referente al lugar.

Llegar y comenzar a fotografiar sin decir buenas tardes o relajarte un poco, te hace un completo extraño. Por ejemplo, a mí me encanta comenzar con la pregunta: ¿dónde está el mercado? Podría decirles que es porque me gustan las tradiciones mexicanas, que gran parte de la esencia de los pueblos se encuentra en sus mercados, pero la realidad, es que es por tragón; panza llena…

Una vez comidos y un poco platicados, ahora sí, a sacar la cámara. Unas fotos de la comida, del mercado, de la gente, harán un bonito recuerdo. Si vas más allá y te tomas una foto con la cocinera y le preguntas su nombre, creeme que estás comenzando una carrera como reportero gráfico.

Caminar y llegar al Centro

Detente en las esquinas, ve la arquitectura, la gente, los colores y olores; observa lo distinto a tu ciudad, baja de la banqueta, siéntate en el piso, busca dónde subirte, eso hará una gran diferencia de cualquier fotógrafo que no sale de su zona de confort.

Por último, si viajas con familiares, lo más importante es hilar, tejer o crear una relación del viaje con tus seres queridos; así que inclúyelos en las fotos, no importa que salgan lejanos o que sean referentes de perspectiva frente a un templo o árbol. Al final se trata de lo que vives, pero no debes olvidar con quién lo vives.

Puedes ponerte un tiempo límite para fotografiar y después de eso sólo convivir y disfrutar del viaje; puedes usar la fotografía para ayudar a la retención de los recuerdos, ese es mi consejo.

Texto publicado originalmente en Revista Cultural Alternativas 101. Guía básica del fotógrafo viajero