Agua, danza y misticismo

La espera terminó, será a las 19:00 horas del próximo 7 de noviembre cuando se inaugure la edición XXI del Festival Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC), en el Teatro Manuel Doblado, con dos piezas de la reconocida y talentosa bailarina Tania Pérez-Salas.

Se trata de ‘Las aguas del olvido’ y ‘Religare’, cuadros de danza contemporánea que buscan adentrar al público en lo sagrado y divino del acto mismo.

La primera fue realizada en 1998, bajo el concepto de la noción del agua como conductor de ideas, purificación, vitalidad, introspección y armonía en el alma del ser humano.  La musicalización está a cargo del compositor estonio Arvo Pärt, M. Danna y Stoa Group.

En tanto, ‘Religare’ es una pieza en donde a través de la coreografía busca adentrarse en el poder de la danza como ritual que predispone y concilia el vínculo entre lo concreto y lo que no es perteneciente al espíritu. Como objetivo busca enaltecer el origen y ciclo fijo del arte como abstracción y reconciliación con lo místico, divino y sagrado del alma.

 “En Religare, los movimientos se caracterizan por la creatividad artística. El amor, la poesía y la esperanza van más allá de su territorio e impactan en los lugares donde se ve, oye y siente”, aseveró Tania Pérez-Salas en una entrevista realizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, en junio del presente año.

Considerada la primera ejecutante solista mexicana en participar en el Concurso Internacional de Danza de París, Tania Pérez-Salas ha realizado estudios sobre danza por más de 15 años y durante ocho fue alumna del maestro Xavier Francis, quien en su enseñanza añade elementos físicos, técnicos y espirituales que complementan la formación del artista. 

En 1994, Tania Pérez-Salas ganó dos premios Virginia Fábregas: mejor bailarina y mejor coreógrafa, además de que recibió el Premio Nacional y Continental de Coreografía.

Ese mismo año creó su compañía de danza, en la que aborda temas universales retomados desde perspectivas distintas que van desde la literatura, con poemas de Víctor Huidobro en la obra ‘Invocaciones’; la feminidad, en ‘Las Horas’; y el amor y la sensualidad, en ‘Anabiosis’.

Cada obra se fortalece con las experiencias de Tania, así como la combinación de música, vestuario e iluminación que atrapan y conectan al espectador.