Esquivel, el músico que componía el futuro 

León, Guanajuato

Música

Esquivel, el músico que componía el futuro

Por Silvia Palacios - Iustración de Joséko    26/10/18

“Él simple y sencillamente se manifestó conforme a su desarrollo intelectual musical”, así define Mario Eddi Servín, a su padre, el gran compositor mexicano y considerado precursor del lounge, Juan García Esquivel.

Un hombre adelantado a su tiempo y con una capacidad musical que lo llevó a marcar un estilo único, a ser admirado por grandes artistas contemporáneos y que además ‘cultivó’ amistades con cantantes reconocidos como Frank Sinatra.

Juan García Esquivel no es sólo el compositor de la música de ‘Burbujas’, aunque si bien este es uno de sus trabajos más reconocidos, también sonorizó películas, musicalizó cortos animados para Walt Disney y realizó varias colaboraciones con artistas de la Época de Oro del Cine Mexicano, además, claro, de tener su discografía.

De acuerdo con su hijo, Esquivel, como es conocido, no se formó en una academia, sino que de forma autodidacta comenzó a estudiar piano, composición e incluso orquestación y es que, con sólo 18 años dirigió por primera vez una orquesta en la estación de radio XEW, donde colaboró por varios años.

“Me cuentan, a mí no me consta porque estaba muy joven, que él llegaba al estudio de la XEW y a cada uno de los músicos les iba dictando lo que tenían que tocar conforme al script que estaba presentando este cómico que le llamaban el ‘Panzón Panseco’, un programa que tuvo mucha difusión más o menos en 1945 (…) desde ahí se veía la habilidad que él tenía como arreglista y como compositor, además de que era un excelente pianista”, contó Mario Eddi Servín.

Tal era su capacidad al frente de este instrumento que en una ocasión le sobró tiempo en un estudio de grabación en Nueva York y eso le bastó para crear un segundo álbum titulado ‘Las cuatro esquinas del mundo’.

“Él llevaba su música tan perfectamente escrita que en una hora y media estuvo la grabación del álbum de música con doce números, sobrándole media hora. Entonces le dijeron «bueno, ¿qué vamos a hacer con la media hora que tienes de sobra?», y él dice «bueno, yo voy a grabar un disco nada más yo, tocando el piano». Es el único disco que tiene él completamente tocando el piano, únicamente acompañado con percusiones (bajo, batería, bongos, congas) parece ser que si acaso interviene una flauta o un oboe”.

La innovación es otra de las características del maestro Esquivel que coadyuvó a conformar su estilo único con una mezcla, hasta ese momento poco convencional de instrumentos, pues dentro de su exigencia para expresarse, él no sólo escuchaba la música, él imaginaba el sonido.

Ello, aunado a las bases que tenía en ingeniería electrónica, lo llevó a querer crear, en la década de los 60’s, una máquina que reprodujera la escala cromática de la música; por ejemplo al Do asignarle el color blanco, al Do sostenido darle el verde, al Re el azul y así sucesivamente, a efecto que cuando alguien estuviera tocando este aparato electrónico, reflejara una pantalla de colores conforme a los sonidos que se estaban emitiendo. Aunque este proyecto llegó a ser documentado y quiso desarrollarlo junto con un ingeniero, nunca vio la luz.

Asimismo, esta característica lo llevó a explorar el campo de la música electrónica para crear el sonido que actualmente es conocido como Spage Age Pop o Lounge a la Esquivel; pero no es que lo haya hecho totalmente de forma deliberada, sino que, tal como lo declaró para un periódico “era fácil de escuchar”, pero no por eso pensaba que fuera fácil de escribir.

El sonido ‘galáctico’ era mezclado con jazz, mambo y bossa nova, creando un mix cadencioso y pegajoso que difícilmente permitía quedarse en su asiento a todo aquel que lo escuchaba.

Pese a que es considerado un artista de culto, gran parte de su trabajo es conocido por la mayoría; un claro ejemplo de ello es la música de ‘Los Picapiedra’ o los arreglos que hizo para ‘Los Ángeles de Charly’ y ‘Miami Vice’, que son sólo algunos de sus trabajos.

Aunque esto también es una muestra de que gran parte de su trayectoria se desarrolló en Estados Unidos, específicamente en Nueva York, Chicago y Las Vegas.

Y es que, desde que estuvo en México fue formando amistades con personajes internacionales de la música, y sería una de ellas la que lo llevará a musicalizar ocho producciones de Walt Disney.

“Mi padre tenía un estudio en México, en la calle de Independencia número 67, en el quinto piso tenía su estudio y Walt Disney tenía un representante aquí, en México. El representante contactó a mi papá y le propuso que para algunos cortos de aquella época, porque estamos hablando de hace más de 50 años, hiciera la música para algunos de los dibujos animados para Walt Disney. En su estudio a mí me tocó ver que tenía en algún lugar una sala especial donde con unos aparatos especiales medía el tiempo para ajustarlos a los pasajes de estas tiras cómicas que le solicitaban”.

Pero como buen artista, también tenía intérpretes y compositores que lo inspiraban, y uno de ellos era Luis Alcaraz, de quien se consideraba en aquella época, lideraba una de las mejores orquestas del país, sino es que la mejor.

Incluso, cuando falleció Luis Alcaraz y la orquesta quedó disuelta, Esquivel contrató a gran parte de los músicos para para reforzar la sonoridad de sus composiciones y de la música que hacía los arreglos.

Otro de los personajes que dejó huella en el maestro Esquivel fue Henry Mancini, quien él consideraba un compositor fuera de serie.

“En una ocasión me platica (Juan García Esquivel) que estando en Chicago se presentaba Henry Mancini en un teatro y él se presentaba en otro teatro y lo que hizo mi papá, le mandó a Henry Mancini una botella de champaña, la mandó con una tarjeta saludándole, felicitando, y en correspondencia Henry Mancini le mandó unos boletos para asistir a la función”.

Fue justo en esa presentación que Juan García Esquivel fue presentado a los asistentes por el artista a quien admiraba.

Así era él, un hombre capaz de imaginar un aparato que diera color a los sonidos, que de manera autónoma decidió aprender más de la música y que fue capaz de tener la visión de hacer mezclas sonoras únicas que parecieran ‘del futuro’, porque él era así, un hombre capaz de ‘ver’ el futuro de la música.

En la Galería Eloísa Jiménez actualmente se encuentra en exhibición ‘Otros mundos, otros sonidos’, donde los asistentes podrán conocer más de la obra de este compositor mexicano.

La exposición concluye el 28 de octubre y el horario es: martes, miércoles, viernes y sábado, de 10:00 a 18:30 horas; jueves, de 10:00 a 20:00 horas, y domingo de 11:00 a 18:30 horas.

Texto publicado originalmente en Revista Cultural Alternativas 99. Esquivel, el músico que componía el futuro

 


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