Protagonizado por una mujer (fuerte)

El pasado mayo, durante el Festival de Cannes, 82 cineastas de todo el mundo subieron las icónicas escaleras del Palais des Festivals et des Congrès, vestidas de negro y en silencio con una misión: protestar la falta de equidad de género en el cine de autor.

Encabezadas por la presidenta del jurado, Cate Blanchett, retaron al prestigioso Festival, cuestionando que, desde su creación en 1942, sólo 82 mujeres directoras han competido en su selección a comparación de los 1 mil 866 directores.

«Como mujeres, nos enfrentamos a nuestros propios desafíos, pero estamos unidas en estos escalones hoy como símbolo de nuestra determinación y nuestro compromiso con el progreso. Somos escritoras, somos productoras, somos directoras, actrices, cinematógrafas, agentes de talento, editoras, distribuidoras, agentes de ventas, y todas nosotras estamos involucradas en las artes cinematográficas. Y nos solidarizamos hoy con las mujeres de todas las industrias», exclamó Agnés Varda, la ‘abuela de la Nueva Ola Francesa’ en un emotivo discurso durante la protesta.

Mientras Cannes representa un pequeño porcentaje de la industria y una milésima del mundo convencional, la equidad de género se ha convertido en uno de los temas de conversación más populares en los últimos meses. Gracias al movimiento de #MeToo y la caída del magnate hollywoodense, Harvey Weinstein, estamos más conscientes y receptivas de esta brecha, en y detrás de la pantalla.  Lo vemos ya en playeras, en termos y en stickers. Frases como “We Should All Be Feminists” (Todos deberíamos ser feministas) o “The Future is Female” (El futuro es mujer), se han puesto de moda, en lugar de ser sólo un símbolo de protesta.

Todo este movimiento se ve reflejado en el cine y en la manera en que lo consumimos. Antes se tenía la creencia de que una película protagonizada por una mujer no sería tan exitosa en taquilla.  El año pasado, tres de las diez películas más taquilleras fueron protagonizadas por una mujer: Wonder Woman, Beauty & The Beast y Star Wars: The Last Jedi.  En nuestro país, también sucedió lo mismo. Según el Anuario Estadístico De Cine Mexicano 2017 del IMCINE, hubo más de 338 millones de asistentes a salas de cine y 424 estrenos en la pantalla grande, la cifra más alta desde 1979. Del top 10 de películas nacionales más vistas en cine, cuatro fueron protagonizadas por una mujer: Me gusta, pero me asusta, Cómo cortar a tu patán, Todos queremos a alguien, y ¿Cómo matar a un esposo muerto?

En Netflix hay una categoría titulada “Películas protagonizadas por un personaje femenino fuerte”, donde se encuentran películas como Elvira te daría mi vida, pero la estoy usando de Manolo Caro; La última canción de Julie Anne Robison (sí, la de Miley Cyrus); La sonrisa de Mona Lisa de Mike Newell,; y hasta Kill Bill de Quentin Tarantino. Las razones por las cuales Netflix cura dicha selección es incierta, al igual que los parámetros en los que se basa al seleccionar dichos filmes, o a quién la escoge. Es algo preocupante.  ¿Qué cualidad tiene Elvira que no tenga Annie (Kristen Wiig) en Bridesmaids? ¿Por qué una sí entra en la categoría de “Personaje femenino fuerte” y la otra no?

Hace un par de semanas, tuve la lectura de un guion de comedia que coescribí.  Era la primera vez que se leía en un ambiente formal con más de dos personas en la habitación. Por algo se dice que la vida del guionista es solitaria, aunque se escriba en dupla. Fue emocionante escuchar los diálogos fuera de nuestro atelier de escritura y oír las voces de los personajes. Tras risas, horas y sorbos de café, terminamos la lectura. Para mi sorpresa, el comentario más recurrente, más allá de ciertas bromas, fue la manera en la que los personajes femeninos eran frescos y diferentes.  Nos comentaron que eran muy feministas y que era evidente que eran mujeres empoderadas. Recuerdo voltear a ver a la co-autora con sorpresa, pues es algo que jamás planteamos. Sería ilógico, hasta cómico, que dos mujeres guionistas se sentaran a pensar cómo escribir a una mujer fuerte. Ni Woody Allen podría escribir dicha situación.

¿Cómo escribo personajes femeninos fuertes? No lo hago. Escribo personajes femeninos. Punto. Me es imposible escribir un personaje estereotipado de una película americana de los años noventa, cuya única motivación en la vida es verse bien para el chico que le gusta. No es real. Nos podemos ver bien para el chico que nos gusta, pero no es nuestra única motivación o meta en la vida. Aparentemente, en nuestro mundo post Harvey Weinstein, eso es disruptivo.

Esa noche contemplaba los comentarios de la lectura del guion. Hasta la fecha me siguen intrigando demasiado. Como lo dijo Cate Blanchett en Cannes, las mujeres no son minoría, pero nos hemos creído la narrativa de que lo somos. El cine, como cualquier industria, funciona con la ley de la oferta y la demanda.

El momento en el que dejemos de comprar la etiqueta de “Protagonizado por una mujer fuerte” será el momento en el que se deje de usar dicha simpleza. Y así, nuestras historias, protagonizadas por una mujer, serán eso: relevantes, globales, rebeldes y retadoras. No porque seamos mujeres, sino porque son dignas de contarse.

Anna Grajales es una cineasta mexicana, adicta al café y apasionada por contar historias que valgan la pena ser contadas. Sus producciones se han presentado en festivales de cine en México, EE.UU., España, Canadá e Italia. Es un miembro activo de la Asociación de Mujeres en el Cine y la T.V. y forma parte de la comunidad juvenil del Foro Económico Mundial, Global Shapers. Actualmente trabaja en su segundo largometraje como guionista y en el desarrollo de una serie.

Texto publicado originalmente en Revista Cultural Alternativas 96. Protagonizado por una mujer fuerte.