Lectura sonora 

León, Guanajuato

Música

Lectura sonora

Por Francisco Balboa Luna | Fotografía Spencer Imbrock en Unsplash   10/05/18

Me encanta la idea de que alguien puede tomar del aire una nota, como si fuera una manzana y nombrarla, aunque esto no fue precisamente así. Con el pasar de los años, ahora podemos decir «este es un Do y suena así».

Creemos que nos ayudamos de medidas exactas para comenzar a estandarizar las alturas de los sonidos. Por ejemplo, una flauta fabricada con el fémur de algún animal o flautas de las dimensiones del brazo humano, provocaban una nota que se podía replicar.

Este proceso me resulta ya increíble, pero se vuelve más apasionante si se imagina cómo se comenzaron a escribir esos sonidos que ya pasaron por el filtro de la conciencia humana. Las razones de la búsqueda de la escritura se une a las necesidades de las otras artes, la transmisión de un rasgo identitario y cultural, la misma búsqueda de la trascendencia en el tiempo, la necesidad de plasmar la existencia de una cultura, entre otras tantas.

El proceso de cómo es que existe la escritura de un solo sonido ya es un reto creativo, que se vuelve más complejo si pensamos en una obra musical completa. Se cree que los primeros intentos fueron en Mesopotamia, donde ya existen algunos textos que hablan sobre la música, incluso escribieron sobre géneros y compositores. El modelo de escritura musical cuneiforme no sobrevivió el paso de los años. Más adelante los griegos también realizaron su propia versión de la notación musical, pero su práctica también desapareció, aunque su teoría musical continúa. Y sin tener la intención de hacer una revisión histórica de la escritura de la música, la consideré importante para ver que es hasta finales del siglo X que nuestra historia de la notación musical comienza como la conocemos. Una historia que está también acompañada por otros asuntos como la invención y evolución de la imprenta, además de los tintes económicos, teológicos y políticos, pero esa es otra revisión del tema.

A pesar de los miles de años de existencia de la música, solo los últimos mil comenzamos a escribir, en un proceso lento, hasta llegar a cómo comprendemos actualmente a la notación musical. Es interesante pensar en esos inicios en los que comenzamos a escribir los sonidos y en seguida imaginar una obra musical compleja, ya sea una sinfonía, una fuga o una partitura contemporánea.

Sin embargo, la historia de procesos creativos no acaba ahí, existe un tema igual de interesante en la música del último milenio y por ende, en su escritura, lo que se narra en la música plasmada en un papel. La representación de un concepto, una emoción o una idea a través de la organización sonora.

Desde el momento en que comenzamos a escribir los sonidos, y con la misma evolución de la notación, se fue desarrollando la increíble historia de las emociones que se fueron representando; de igual forma pasa con las demás artes, pero la representación mediante los sonidos se vuelve más abstracta. Pasamos de un temperamento, a un afecto, de un amor universal al amor individual, al amor complejo, al amor tortuoso, al amor aniquilado, a la ausencia de la emoción, todo plasmado en las partituras. ¿Cómo un papel con una forma de escritura provoca una lectura sonora que involucra un concepto o una emoción?

Un aspecto a considerar de la lectura detonada por el texto musical, es que involucra muchos conceptos: el aspecto sonoro por sí mismo, la temporalidad de la obra, el estilo, las frases, la teoría armónica, entre otros; que vuelven la partitura un cúmulo de conceptos que el lector puede descifrar a través de la interpretación. Es así que la partitura se convierte en una evidencia histórica. Por esto mismo, Enrico Fubini, destacado musicólogo, explica que la estética de la música es compleja, pues involucra una lectura especializada.

En esta forma de lectura, aun los que son partícipes del fenómeno sonoro que detona la partitura, los oyentes, pueden comprender lo mismo que el intérprete. En el texto subyace una idea que nos conecta con una emoción. Y recuerdo la pregunta que Gadamer nos regaló «¿Qué significa que podamos coincidir sobre unos textos, o incluso que el entendimiento dé como resultado un texto común e idéntico para todos?» Eso es lo maravilloso de la música. ❧

Texto publicado originalmente en la Revista Cultural Alternativas 94. Lectura sonora


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