De perfil: Juan Meliá, gestor y promotor cultural

La gestión cultural ha tomado fuerza en nuestra ciudad; la oferta educativa, los programas culturales y la creciente agenda artística que promueven espacios públicos y privados, ha colocado a este quehacer como una necesidad para generar espacios de intercambio y creación de comunidad

Es por ello que abrimos una serie de capítulos con diferentes perfiles en los que conoceremos a diversos creadores, gestores y promotores culturales de México.

Existen varias definiciones sobre el perfil de las y los gestores culturales. Así que para hacer aproximaciones sobre el tema en este primer capítulo, platicamos con un artista que se forjó como gestor trabajando en el ámbito cultural: Juan Meliá, quien actualmente es el titular del Fondo Nacional para las Cultura y las Artes.

Meliá, como muchos lo conocen, es un destacado gestor cultural, artista visual y académico. Tiene estudios en Arquitectura y Licenciado en Ciencias de la Comunicación; en su carrera en el mundo cultural se desempeñó como Coordinador Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes, Director de Programación y Difusión del Consejo para la Cultura de León; Director cofundador de ARTE3, Galería de Arte Contemporáneo en León; Director de Difusión Cultural de la Universidad de Guanajuato, Director General del Instituto Cultural de León, por mencionar algunos.

Conocer su perfil y su trayectoria cultural, además de su legado en las diferentes instituciones por las que ha transitado, es sin duda, una conversación que se merece difundir en nuestro espacio, por lo que compartimos la charla que tuvimos durante la inauguración de la exposición de Jóvenes Creadores “Creación en Movimiento” del FONCA.

¿Cómo fue tu paso a la gestión cultural?

Soy una de las generaciones de creadores que nos hicimos gestores trabajando. Aquí en León, un artista tenía que ser gestor cultural al mismo tiempo; a mí me apasionó tanto como la creación misma, he dedicado a ello más 20 años de mi vida. No hay año de mi carrera en el que haya sido artista y gestor al mismo tiempo; mi regla es que cuando soy gestor no produzco obra propia, ni la exhibo, porque creo que es parte de un proceso ético que me ha ayudado a estar concentrado en lo que he tenido que hacer.

Mi carrera ha sido larga, le he dedicado toda la fuerza y toda la vida que he tenido, además de mi familia. Es absolutamente necesario ser profesional y constante en la gestión pública o privada de lo cultural, es básico para saber qué hacer y aprender todos los días.

¿Cómo definirías el perfil de un gestor cultural?

No sé si es un mediador o una herramienta de trabajo. Lo primero que tiene que hacer un gestor cultural es oír a las diferentes comunidades para las que trabaja, si no, no sirve de nada. También depende del cargo que tenga, si es un gestor que programa un festival tiene que oír al público posible, formado o no formado. Ahora que estoy en el FONCA, no tengo público, atiendo sólo a los creadores. Mi trabajo es entender bien qué necesita cada una de las disciplinas en las diferentes formas de apoyo que tiene el FONCA, para cambiar las convocatorias en relación a lo que la disciplina está solicitando, si no, las convocatorias se mueren. Creo que un gestor cultural en nuestros días tiene que saber qué es parte de su vocación, saber dónde y para quién está trabajando, y a partir de ahí crear con la misma intensidad con la que crean los creadores. No puedes estar sólo esperando en una silla a ver qué haces o a quien apoyas, debes estar junto con ellos pensando cuáles son sus necesidades y crear cosas nuevas en conjunto todos los días.

¿Cómo ves a las nuevas generaciones de gestores culturales?

Todavía falta tiempo para que veamos a esas generaciones en los cargos. Es claro que en algunas partes están llegando, pero todavía no los ves en las áreas de decisión en el país. Creo que los gestores empezaron a tomar cargos pero de operación y no de decisión; cosa que hacía falta, pero siento que en algún momento, el cargo de gestor tendrá otro tipo de plataforma, siempre acompañada de esta necesidad de reconocer la realidad. Seguramente un gestor  preparado desde una licenciatura o maestría técnicamente tendrá muy buenas herramientas, pero lo que es indispensable es decirle que la realidad está en la comunidad, en lo que necesitan los públicos, los creadores. Coloquialmente se dice que debe ensuciarse las manos. Hay mucho que aprender, me incluyo en esto.

Has ocupado diversos cargos, ¿cómo ves en retrospectiva tu experiencia y tu paso por los lugares en los que has trabajado?

No podría ser quien soy hoy sin cada uno de los pasos anteriores. Yo creo que estar en el ICL, pasar a la coordinación, tener la galería;  cada cosa me hizo ver, aprender, comprender y echar a perder. Actualmente me siento más preparado que nunca, pero al mismo tiempo sigo aprendiendo todo lo posible. Me sirvió mucho estar  nueve años en una sola especialidad: el teatro, aprendí de todo. Este nuevo cambio al FONCA me ayuda a atender todas las disciplinas, estoy muy atento, contento y dispuesto para intentar hacer las cosas bien. Lo que me es muy claro es que esos pasos me han ayudado. Seguramente he hecho cosas mal, pero le he echado muchas ganas, me he concentrado en cada proyecto y quienes más me han ayudado todo el tiempo son los artistas. El creador que expresa su necesidad, queja y razón de ser, te exige como gestor. Eso es algo que yo no podré olvidar nunca.

¿Qué podrías decirles a los nuevos gestores?

Yo aconsejaría pensar siempre que el mundo es bastante grande. Hay que cambiar de forma de pensar, hay que abrirnos a la posibilidad de que algún día puedes estar trabajando en otro país o en condiciones diferentes, es algo que a mí siempre me ha acompañado, el no sentirte solo en un lugar. Ese es el reto de nuestra época. Saber que tu país es mucho más grande y más extraño que las fronteras que tienes, pero que al mismo tiempo te quiere mucho más y lo puedes querer mucho más. He pasado por programas donde me di cuenta que nuestra región, es mucho más grande y mucho más poderosa cuando más eres capaz de romper barreras y obstáculos.

Texto publicado en la Revista Cultural Alternativas. De perfil: Juan Meliá, gestor y promotor cultural