El café de los artistas: un hogar creativo

Este mes visitamos el Café de los Artistas, une espacio ubicado frente a la Plaza de Gallos, donde el arte y la buena comida se entienden a la perfección. Los artistas emergentes encontrarán un hogar en este sitio de la calle Juárez, mientras que los amantes del café se darán vida. Conoce este sueño hecho realidad, donde Rocío González y Ricardo Morado te recibirán con una sonrisa. 

El Centro Histórico de León continúa con el rescate de algunas de sus calles y edificios emblemáticos, como en la calle Juárez, donde la Plaza de Gallos busca volver a sus glorias pasadas. Pero también hay proyectos de menor talla que cuentan con sueños igual de grandes. Justo enfrente se encuentra el Café de los Artistas, un proyecto que usa como pretexto el café para alistar el terreno con miras a una red de artistas.

Este espacio, ubicado exactamente en Juárez 319 A, representa por sí mismo no sólo un espacio para los artistas emergentes, como señalan los promotores Rocío González y Ricardo Morado; sino que además es una oportunidad para darle otro tipo de aprovechamiento a una zona Centro llena de bares.

Este sitio, abierto desde el mes de mayo de este año, ha visto desfilar una docena de artistas como Martín Gerardo Correa, Lupita Anaya, Celtanz y Six Souls, entre otros. “Se trata de tener una cueva, un ático donde la gente se sienta identificada con la promoción cultural. El café es un pretexto porque en realidad es un espacio alternativo e independiente para los artistas”, como señala Rocío González.

Parte de su éxito ha estado en la participación de Jaime Castellanos como mano derecha, y también de los hijos de la pareja, quienes han tomado la responsabilidad de formar parte como colaboradores.

Rocío es una gran conocida del circuito artístico de la ciudad. Encargada de difusión cultural de distintas universidades, ha emprendido este proyecto cuyo proceso, desde restauración hasta delimitación del concepto, le ha llevado más de un año previo a su apertura.

Basta una visita para comprobar que el espacio atrae a un público joven, tanto clientes que buscan un café alejado del bullicio del tráfico, como de artistas que están emprendiendo sus proyectos.

El Café de los Artistas funciona como un foro para todos aquellos que desean compartir sus inquietudes creativas. Lo mismo se han presentado conciertos con agrupaciones que apenas están pisando un escenario, que fotógrafos y pintores que cuelgan por primera vez una de sus piezas en una pared.

“Creemos que todas las personas tenemos la oportunidad de transformar la realidad, no sólo los artistas. Queremos que cada uno tenga la posibilidad de explorar un ambiente con gente que le gusta transformar la realidad. Lo que más le urge a este mundo es la esperanza, y la única forma de generarla es que cada uno de nosotros despierte ese ser creativo”, sentencia Rocío.

¿Y cómo apuntalar la creatividad? La respuesta de Rocío y Ricardo llegó desde sus mesas. Desde una taza de café uno puede alinear sus sentidos para descubrir el mundo: “Un espacio cultural que se antojara para venirse a inspirar con un café. Se asocia mucho esta bebida con la inspiración artística”.

Es así que podemos degustar café de especialidad con granos chiapanecos. Los clásicos nunca pasan de moda para un buen libro: expreso, americano, latte, capuchino, con crema irlandesa, de vainilla, caramelo, mokaccino, o hasta un buen chocolate.  Infusiones de tizanas frutales y tés de una docena de sabores.

Si la chispa creativa viene dulce, sodas italianas, frappes y smoothies, crepas, waffles, mufins y pastel son la mejor opción para levantar la pluma y redactar todas las ideas. Ahora que si el hambre apremia, los bagels o la pizza pita de hierbas y queso, te distraerán bastante las manos y las palabras.

En su corta vida, el Café de los Artistas ya cuenta con grandes historias, como comenta Ricardo: “Hay un chavo que viene diario porque está escribiendo una novela, por ejemplo, y de verlo me inspiró a un cuento. Resulta que se convirtió en un personaje. Así pretendemos que surja la red de artistas”.

“Buscamos que sea un espacio de referencia a donde vengan a tomar un libro a ver pintura y a compartir con la gente que le gusta pintar, leer, escribir. Este es un proyecto donde el pretexto es el café, para crear una red de artistas de emprendimiento social”.

Además, nos encontramos con un espacio con una dinámica ya implícita. Por ejemplo, todos los lunes y miércoles hay charlas de inglés, los jueves se enciende el proyector para el cineclub y los viernes y sábados son de concierto.

Para los martes, el plato fuerte son los encuentros filosóficos y literarios, celebrados como El Día de la Langosta. Inspirados en la novela homónima de Nathanel West, donde retoman el espíritu estridente, creativo y valiente de sus decadentes personajes; para discutir libros, debatir sobre autores e incluso formalizar proyectos.

Una deuda que confiesa Rocío es que les ha faltado teatro en el espacio, “lo que resulta irónico porque enfrente tenemos lo que será un gran espacio escénico”. No sólo músicos, artistas plásticos y escritores, “queremos que sigan viniendo clientes, pero que también se acerquen los teatreros, y que se den cuenta como nuestra comunidad, de que este espacio también es suyo”. 

• Texto publicado en la Revista Cultural Alternativas N88 Noviembre 2017