El mundo y la escritura de Hilda Sotelo

Hilda Sotelo (Monclova, Coahuila, 1972) es escritora y estudiante de doctorado en Educación y Cultura en la Universidad de Texas. La autora mexicana cuenta sin rodeos cómo surgió su primer libro: “del reconocimiento del dolor, el dolor de dos abortos, la muerte de mi padre y mejor amigo y la violación sexual que sufrí en la niñez”. 

Medita y añade sin titubeos: “Además de la guerra en Ciudad Juárez y la sensación de frustración de la presentación de Carlos Fuentes, autor consagrado y muy bien pagado por el consulado general de México, hablando de todo menos de la aberrante situación que sufríamos en el 2009 en la frontera”.

En el 2010 publicó ‘Mujeres cósmicas’ con la editorial Palibrio. “El proceso creativo fue cruel porque el centro del experimento fui yo, mi identidad como mujer. En momentos hacía lo que los personajes de ‘Mujeres cósmicas’ me dictaban, romper las primeras páginas del libro, por ejemplo. Afortunadamente mi mejor amigo y poeta Juan Manuel Portillo estuvo a mi lado y con su ejemplo de vida y obra me rescató de una posible patología mental”, agrega Hilda Sotelo.

La autora coahuilense considera que una escritora debe tener disciplina, autoconfianza, legitimación individual de su lengua e identidad. “Valentía, paciencia para lidiar en un mundo saturado de engaños,  el amor hacia la literatura, la preservación de la inocencia para seguir creando personajes.  Una escritora  debe ser una buena lectora, buena lectora no sólo de los libros y famosos sino de su entorno, su tierra, su barrio, su casa, su familia, lectora de voces e intenciones, lectora de máscaras, lectora del corazón, lectora de la necesidad humana, lectora de los espacios vacíos para llenarlos con su pluma, su plática”, indica quien durante dos años ha fomentado la lectura a los usuarios del transporte público de Ciudad Juárez a través de Hoja de Ruta.

Sobre el presente de la literatura mexicana comenta: “Partiendo de mi entorno pienso que se encuentra en mejor estado que hace quince años. Ahora con la tecnología las cosas se mueven diferente. Ya existen grupos de escritores que trabajan directamente en sus comunidades como el poeta tijuanense Omar Pimienta y sus espacios comunes, también Hoja de Ruta coordinado por Edgar Rincón Luna y Verónica Martínez, que fomentan la literatura en el transporte público, ese panorama es esperanzador, los niños asisten a eventos literarios o la literatura llega a ellos cuando van en el camión. Esos niños serán nuestros escritores, los verdaderos”.

Asimismo lamenta que en México esté de moda la literatura tipo corrido. “La narrativa del narco, el crimen, la bala y la saña, en ese rubro el panorama se entristece no tanto por el escritor porque al fin de cuentas él o ella hacen literatura. Me da pena el lector que no sale de las mismas escenas que vive a cuadras de su casa y en los medios de comunicación. Esa literatura tiende a generalizar y ha dado una desafortunada imagen de México al mundo y lo peor es que se enmascara de ficción real. El escritor logra lo que quiere, darse a conocer, el lector satisfice su morbo y la literatura sólo abre sus brazos y los cobija en términos que no me agradan como narcoliteratura”.

Para Hilda Sotelo, la poeta Sor Juana Inés de la Cruz y el narrador Juan Rulfo son los autores mexicanos más representativos. “También es el PRI, el autoritarismo y la corrupción auspiciando a sus allegados. La literatura mexicana representa la burla de tener al Premio Nobel Octavio Paz, y descubrir después las barbaridades que le hizo a Elena Garro, quien pasó sus últimos días enloquecida e invalidada”.

Para concluir, la autora de ‘Mujeres cósmicas’ añade: “Los jóvenes parecen defenderse más que en años anteriores, saben cuándo los autores mienten o los quieren usar para sus fines personales como lo hizo Octavio Paz en su tiempo. Ya no existen intelectuales connotados en México, gracias a los dioses”.