Alberto Tovar: Imbéciles anónimos

“Hola, mi nombre es Alberto y soy un imbécil”. Así comienza el texto de Alberto Tovar de 27 años, quien no tiene un pelo de idiota pero sí, sentido del humor. Alberto es músico con estudios de composición en el Conservatorio de las Rosas y encontró en la escritura un camino más para expresar lo que pasa por su mente. Te invitamos a leer: Imbéciles anónimos.

Imbéciles anónimos

Hola, mi nombre es Alberto

y soy un imbécil.

Por favor no culpen a las drogas.

Insisto.

Repito.

Las drogas no tienen la culpa.

Mi imbecilidad es genuina.

Nació conmigo.

No quiero decir genética.

No viene de mi madre.

Ella no tiene la culpa

de su hijo adicto a la imbecilidad

u otras drogas, no varias;

así como las drogas no tienen la culpa

de lo humano imbécil que me sé.

No conozco a mi padre.

Pero temo encontrar a no un imbécil en él.

¿De dónde vendría entonces mi imbecilidad si mi padre no es imbécil?

Algo es seguro,

no de las drogas.

no del gobierno u los reptilianos,

no es culpa de los videojuegos ni de los libros;

mi vicio por ser imbécil es genuino.

No se crea ni se destruye,

se habita

se habitúa

y hasta se contonea con la alegría de una lombriz en composta.

Orgullosamente

me atrevo

a escupir hacia arriba,

a mi propia cara

que es el cielo

del que llueve

la tristeza del mundo.

Alberto Tovar (Querétaro, 1989) Con estudios de composición en el Conservatorio de las Rosas y el CMMAS (Morelia, 2010), explora desde música popular (blues, rock, funk, jazz, son jarocho), instalaciones sonoras (música concreta, noise, música electrónica), así como improvisación y música para puestas en escena en colaboración con compañías como La Puerca Danza (Querétaro), Cantera Teatro (Querétaro) y Sabandijas de Palacio (CdMx).

Texto publicado en la Revista Cultural Alternativas N83 Abril 2017