La magia de pintar con luz

Una fotografía no solo es congelar el tiempo y preservarlo, sino capturar su esencia y transformarla en poesía visual. Te compartimos un interesante texto de Bernardo Luna, quien nos comparte algunos tips para llevar un paso más allá nuestras fotografías con el objetivo de que no sean simples imágenes y logren transmitir emociones. 

La luz es el factor esencial y más importante para dar forma y color a todo lo que nuestros ojos pueden observar, desde una gran cantidad colores intensos hasta un pequeñísimo detalle casi imperceptible. El arte y la ciencia de capturar la luz que envuelve un espacio, una fracción de segundo, incluso un sentimiento que se puede apreciar a través de una imagen, se llama fotografía.

Desde el punto de vista artístico, una fotografía no solo es congelar el tiempo y preservarlo, sino capturar su esencia y transformarla en poesía visual, darle un significado más allá, transmitir sensaciones y hacer irrepetible el momento a través del objetivo y la cámara.

Las nuevas tendencias han generado nuevas necesidades y de igual forma, soluciones prácticas en donde la única limitante es la imaginación. Hoy en día, el uso de los teléfonos móviles y aplicaciones, así como redes sociales y plataformas digitales para compartir contenido, han creado la posibilidad de no solo compartir una imagen, sino de poder apreciarla en cualquier parte del planeta.

Sin embargo, la magia de crear una fotografía ha cambiado tras diversos factores afectan de forma tanto negativa como positiva. Es cierto que tener una cámara con mejores características da ciertas ventajas, y más si hacemos una comparación con las capacidades de un teléfono móvil con una cámara, pero no es una limitante definitiva para no crear fotografía que pueda transmitir o calificarse como “buena fotografía”. En cualquier caso, debemos considerar estos y muchos factores para no perder la esencia:

La calidad no necesariamente es sinónimo de precio

A menos que el uso de esa imagen sea muy específico y necesites un equipo especial, los aspectos técnicos, procesos digitales, filtros o edición no son un factor definitivo para hacer una buena fotografía. Muchas veces nos vemos limitados por no tener el equipo o la cámara de nuestra preferencia; sin embargo, en la mayoría de las veces se puede llegar al mismo resultado de distintas maneras. No olvidemos que una mala fotografía, así sea tomada con una cámara cara, seguirá siendo un mala fotografía.

Buscar más donde hay menos

El hecho de no estar frente a un paisaje ‘espectacular’ o no tener la posibilidad de estar en el espacio más ‘hermoso’, no nos limita a descubrir un sin fin de detalles y nuevas perspectivas de capturar algo. La mayoría de las veces la mejor locación o el mejor modelo está justo frente a nosotros, pero nos negamos a observar.

Dar tiempo al tiempo

El proceso y la creación de una imagen es tan único, que no se vuelve a repetir una vez que presionamos el botón de disparo. Darnos el tiempo necesario para hacer una foto es muy importante: esperar, analizar lo que estamos capturando, encontrar la composición que llene nuestras expectativas y dejar fuera todo aquel elemento que no nos interesa incluir en nuestra imagen, dará como resultado una verdadera fotografía.

Fotitis el peor enemigo

Bien lo dicen: “la peor fotografía es la que no se usa”. Este puede ser el mayor problema con el que nos podemos enfrentar, ya que el hecho de acumular imágenes y nunca darles un uso (imprimir, compartir, publicar en alguna galería) es algo muy parecido a construir un auto o una herramienta y nunca utilizarlo.

Pasión y personalidad

Quizá este sea una de las carencias más grandes hoy en día. Nuestras fotografías deben hablar por sí mismas, y la pasión que tenemos al crearlas debe verse reflejado en la misma imagen. Nuestra apreciación hacia lo que nos rodea cambia con el paso del tiempo y en este arte no es una excepción; sin embargo, y a menos que sea una situación distinta, la primera persona que debe estar satisfecha con el resultado de lo que capturó la cámara, es su creador.

• Texto publicado en la Revista Cultural Alternativas N81 Febrero 2017.