Al rescate de la tradición rebocera

“Una tradición muere cuando ya no hay demanda”, expresó Alberto Robles durante la charla: El rebozo jaspeado de León, que se realizó la noche del jueves 26 de enero en el MIL como actividad complementaria de la expo: ‘Apiñadoras. 'El arte de embellecer rebozos’. Por espacio de una hora, Alberto compartió su conocimiento en torno a esta tradición en peligro de desaparecer. 

Alberto Robles es un joven estudiante de la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que ha encontrado en el arte del rebozo, una tradición digna de investigar, preservar y difundir. Su pasión lo ha llevado a viajar por varios puntos de la República en busca de tesoros, anécdotas y reboceros que aún se dedican a producir esta prenda íntimamente ligada a la identidad mexicana. En el marco de la exposición: Apiñadoras. El arte de embellecer rebozos que se encuentra actualmente en el Museo de las Identidades Leonesas, Alberto compartió con estudiantes, profesores y público curioso de esta artesanía, sus conocimientos en torno al rebozo jaspeado de León, un arte que se encuentra en peligro por no existir relevo generacional.

Alberto habló sobre la compleja elaboración de estas prendas y la diferencia entre rebozo y chalina: “El rebozo pasa por un proceso de jaspeado (o granizado) y también de amarrado, que consiste en cubrir con atados de nuditos las partes del hilo donde no se desea que penetre la tinta, de manera que el jaspe queda de diferente color al del resto del cordón. Este proceso no lo lleva la chalina”. Explicó.

Sin embargo, el complejo proceso de producción de esta prenda tradicional no fue el centro de la charla, ya que Alberto habló sobre los lugares cerca de León, en donde aún se utiliza comúnmente el rebozo, como Duarte, La laborcita y Loza de los Padres, comunidades en donde también se produce.

Señaló que aún existen dos grandes centros reboceros en el estado de Guanajuato, pero estos están a cargo de personas mayores, dando énfasis en que las nuevas generaciones poco o nada se interesan por esta artesanía que antiguamente resultaba indispensable para las mujeres, ya sea para taparse la cabeza en misa, cargar al niño, o simplemente como un accesorio que dotaba de belleza y elegancia a quien lo usaba. Por desgracia, las mujeres, principalmente en las ciudades, han dejado de ver esta prenda como un ornamento de buen gusto y su demanda ha ido en detrimento, al grado de poner en peligro una tradición colorida que carga con un enorme peso cultural e histórico.

Por suerte para esta tradición, existen jóvenes como Alberto Robles y eventos como el Encuentro Nacional sobre el Arte del Jaspe y el Rebozo que se realiza anualmente en el Museo Franz Mayer, donde esta práctica se entrelaza y crece. A nosotros solo nos queda una tarea: consumir estas bellas artesanías que cubren, embellecen y refuerzan nuestras raíces. 

Visita la exposición: El arte de embellecer rebozos que permanecerá en el Museo de las Identidades Leonesas hasta el 12 de febrero. La próxima charla en torno a esta expo se llevará a cabo el jueves 2 de febrero a las 19:00 horas y correrá a cargo de Amor Mildred Escalante, bajo el título: 'Jaspeados que surcan los rebozos del estado de Guanajuato'. La entrada es gratuita.