Bauman: adiós al filósofo de la modernidad

Conocido como el filósofo de la modernidad, Zygmunt Bauman falleció esta mañana a la edad de 91 años en Leeds, Gran Bretaña. Nacido en Poznan en 1925, en el seno de una familia judía, huyendo del nazismo vivió primero en la Unión Soviética y luego regresó a Polonia, donde fue profesor en la Universidad de Varsovia. Bauman fue el creador del concepto de 'modernidad líquida', muy difundido en la filosofía y sociología de los últimos años.

“Nuestros acuerdos son temporales, pasajeros, válidos solo hasta nuevo aviso”. Esta epidemia de desafección a la que Bauman bautizó como ‘modernidad líquida’, es una postura filosófica que encaja a la perfección a la época actual a pesar de haber sido expuesta por el filósofo, ensayista y sociólogo de origen polaco en 1999. Zygmunt Bauman falleció esta mañana a los 91 años de edad según informó informó Wyborcza online, heredándonos múltiples cuestionamientos en torno a nuestra forma de relacionarnos con los otros en una era dominada por el espejismo de las redes sociales; “el fin de la era del compromiso mutuo”.

Bauman sabía y defendía que: “el cambio es lo único permanente y la incerteza la única certeza”; al haber nacido en el seno de una familia judía en Poznan, se vio obligado a huir del nazismo hacia la Unión Soviética y regresó a Polonia años después para convertirse en profesor de la Universidad de Varsovia. A fines de los años 60 dejó su país natal rumbo a Israel, Estados Unidos y Canadá. Vivía en Inglaterra desde 1971, donde fue jefe del departamento de Sociología de la Universidad de Leeds hasta su retiro en 1990.

A pesar de haber experimentado el boom de las redes sociales a edad avanzada, Bauman fue uno de los más lúcidos críticos de la modernidad y la sociedad del consumo, conservando una posición pesimista. En la última entrevista que concedió a El País, Bauman comparte su visión sobre la crisis de la democracia, el péndulo entre libertad y seguridad, el mito de la idea de progreso y el adormecimiento que causa el Internet y las redes sociales.

“La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales”. 

Este activismo de sofá y el casi inexistente diálogo que se genera a través de las redes, nos mantiene atrapados en una zona de confort de la cual es cada vez más difícil salir. Aunque resulta evidente que convivimos a pesar de las diferencias, Bauman nos invita a involucrarnos en un diálogo real con personas que piensan distinto a nosotros, lejos de la pantalla.