Patjane y Tapiro: retratos del México salvaje 

León, Guanajuato

Arte y Tendencias

Patjane y Tapiro: retratos del México salvaje

Por Karla Gasca    26/08/16

Pasión, disciplina y observación, son algunas de las cualidades que distinguen a los fotógrafos mexicanos Anuar Patjane y Sergio Tapiro, segundo y tercer lugar del World Press Photo, el mayor y más prestigioso concurso anual de fotografía de prensa en el mundo. Ambos artistas nos hablan de cómo su trabajo invita no solo a la contemplación, al disfrute estético, sino a la reflexión.  

 

¿Consideras que tus fotos de naturaleza aportan una mirada más amplia para el cuidado de la misma?

Anuar Patjane: Me gusta pensar que ayudan a crear empatía con un medio que normalmente no vemos, así que de cierto modo, si, pienso que la imagen puede ayudar a familiarizarnos con el mundo submarino y dejar de verlo tan distante.

Sergio Tapiro: Creo que el comunicar la belleza que existe ante nuestros ojos contribuye al cuidado y el respeto de la tierra que habitamos y por supuesto el mensaje está latente. La fotografía puede acercarnos a la belleza, a la ciencia y por supuesto puede ser crítica en cuanto a la relación que tenemos los humanos con el medio ambiente. Es mejor disparar una cámara fotográfica que disparar un arma de caza.

 

¿Alguna imagen en particular que te gustaría capturar?

AP: Hay algunas en mente pero no te las puedo decir,  la imagen mental previa a la foto debe ser secreta, es tu arquetipo personal. Es como preguntarle al chef por su recta secreta.

ST: Mi proyecto de volcanes tiene 3 líneas definidas, la paisajística, la científica y la línea antropológica que tiene que ver con nosotros los seres humanos y la estrecha relación con los volcanes. Es esta tercera línea de trabajo la que estaré reforzando en los próximos meses.

 

¿A qué retos se enfrenta un fotógrafo de la naturaleza?

AP: Hay que ser extremadamente paciente ya que una buena foto hace que valga la pena toda una expedición y aun así muchas veces debe uno regresar con las manos vacías, sin imágenes pero con una tremenda experiencia. Hay que capacitarse, entrenar, estar en forma y dominar el equipo, bajo el agua o en la montaña; no es fácil ponerte a jugar con la configuración de la cámara, la acción es muy rápida y estas en un medio en el que un error te puede costar caro. Hay que estar siempre listo física y mentalmente. El reto también recae en lo económico, no es fácil vivir solamente de hacer foto de naturaleza, hay que moverse bien y diversificar el ingreso para poder hacer lo que a uno le apasiona.

ST: Los retos son muchos: Un punto importante es tener conocimiento del medio, del objetivo de trabajo. Otro punto tiene que ver con las prácticas del fotógrafo para no alterar ni escenarios ni las fotografías, y por supuesto, está la propia protección de quien toma fotos y sus acompañantes. Un fotógrafo enfrenta normalmente fallas en el equipo, inclemencias del tiempo, puede sufrir hambre, cansancio, frío, sin embargo es parte del trabajo minimizar los riesgos para uno y para el equipo de trabajo. La satisfacción más grande viene cuando observas el trabajo que realizaste, porque sabes que atrás de una buena foto hay una historia que no siempre contamos.

 

¿Qué es lo que te motiva a capturar una imagen y cómo reconoces el momento del clic? 

AP: Es el estar ahí, en ese instante único que deseas preservar y compartir, pero también es el momento vulnerable y perceptivo, el momento en que se abre la mente un poco más de lo normal. Reconocer esos momentos es intuitivo, una sensación que no es fácil describir, simplemente sé cuándo va a ocurrir algo que debo fotografiar unos segundos antes, se intuye, se ve venir. Hay pequeños indicadores de que una buena foto está por venir, buena luz, un momento atípico o un paisaje bonito son indicadores que te obligan a voltear y preparar la cámara, pero hay pequeños indicadores que apelan a la idiosincrasia de cada fotógrafo, a nuestro bagaje personal, para mi esos son los que hay que seguir, la estética y arquetipos propios, la materia que forma las imágenes en nuestros sueños y recuerdos es lo que se debe proyectar al fotografiar. 

ST: En ocasiones tiene que ver con la paciencia y la persistencia. A veces hay que esperar mucho tiempo, para lograr lo que quieres, y hay detalles que podrían parecer insignificantes pero en ocasiones no encuentras la luz apropiada, la nube adecuada, un primer plano agradable. Hay otro tipo de fotografías en las que el resultado que obtuviste no es el que consideras adecuado, y no existe manera de hacer repetir a la naturaleza, y ahí entra en juego la persistencia. Hay que fallar muchas veces, lo considero normal y como parte del aprendizaje. No creo en las recetas, ni en la imitación constante que convierte las imágenes en clichés de Instagram, prefiero pensar que hay mucho que aprender para estimular la creatividad. Situación distinta es cuando las fotos se realizan en medios controlados y puedes manipular el escenario, los sujetos, la luz, hasta conseguir el objetivo.

 

¿Cómo podemos aprovechar la tecnología y el hecho de que hoy en día todos tenemos cámara en nuestros celulares?

AP: La “gadgetización” de la fotografía puede ser una ventaja tremenda, pero trae consigo la desventaja de una avalancha de imágenes que nos saturan la mente, hay que aprender a discernir entre tanta imagen que solo hace bulto, desinforma y desensibiliza. Ahora cuesta más trabajo encontrar los diamantes, y hay que aprender a destilar entre imágenes.

ST: La tecnología ha masificado el uso de imágenes, lo que significa que cualquier persona puede tomar una buena foto y que también hoy en nuestra vida cotidiana veamos mucha basura visual, demasiada información e imágenes que no nos dicen mucho. El reto común es conocer imágenes que nos sorprendan y conservar lo que vale para nosotros, el reto del profesional es resaltar sobre las otras imágenes. Si cualquiera puede tomar una buena foto en su vida, el profesional debe hacerlo con cada imagen.

 

¿Cómo impulsa tu carrera el reconocimiento obtenido (World Press Photo)?

AP: Es un honor el que una foto tuya sea premiada por World Press. El nivel de exposición a mi trabajo y el interés generado hacia él, es el mayor beneficio, ahora es más fácil publicar y contribuir en todo tipo de proyectos. En pocas palabras, te abre todas las puertas, claro, excepto en los países y lugares en donde no quieren prensa o fotógrafos; en esos contextos funciona a la inversa. Tiene muchas ventajas y algunas desventajas. 

ST: Haber obtenido este premio ha sido un cambio importante en mi vida, mi fotografía del Volcán de Colima adquirió de un día para otro una visibilidad mundial que jamás hubiera imaginado, y afortunadamente también me ha acercado a la gente, a otros fotógrafos y esta ha sido la experiencia profesional más intensa y desafiante de mi vida. Todo es aprendizaje, desde haber estado en Ámsterdam junto a referentes mundiales en la fotografía y hablar con ellos en otro idioma de tú a tú; dos semanas después visitar una escuela rural en mi estado para hablar acerca de fotografía, dos meses después estar en Tijuana y conocer la maravillosa gente de este lugar de contrastes. En resumen, no se trata de sólo ganar un premio, sino de trascender personalmente y compartir experiencias con todo tipo de gente.

 

¿A qué se debe tu predilección por las fotografías en blanco y negro?

AP: El color para mí es un ingrediente más que puede o no formar parte de la composición. No le veo el caso utilizarlo si este no aporta y en vez de hacerlo, distrae. La foto en blanco y negro no es que sea mejor, o más artística, normalmente la prefiero ya que no considero los colores al fotografiar, prefiero quitarlos de en medio. Claro, hay composiciones que nacieron para el color, o más bien, nacen debido al color, y en ellas coincido en usarlo para potencializar el poder de la imagen. 

 

 


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