Medina Cantú: rayando el barrio 

León, Guanajuato

Cultura, Identidad y Patrimonio

Medina Cantú: rayando el barrio

Por Alejandra Ramos Herrera / Fotos: Cristina Muñoz   21/07/16

Son la biografía de quienes los portan, un pedazo de la historia que hace al país, y tan solo una parte del gran significado de la cultura chola, la estética de los tatuajes estilo “chicano”, hace la diferencia ante la moda de la tinta en la piel humana. Medina Cantú es el artista encargado de rayar la piel de quienes orgullosos se denominan cholos.

 

No es lo mismo llevar, en tamaño milimétrico, el famoso símbolo del infinito, a un calendario azteca en la cabeza totalmente rapada. El valor gráfico y significado cultural, contrastan a simple vista.

Muy cerca del mercado 'La Garita', sobre la calle 16 de septiembre, se encuentra el estudio de tatuajes de Medina Cantú, un tatuador que desarrolla principalmente el estilo “Chicano”, él dice amar su oficio, cuenta que comenzó hace 15 años en aquello de “rayar” la piel de las personas, no sin antes desarrollar su talento en los menesteres de la aerografía y pintura.

Yo vengo de un barrio de pandillas. Siempre me gustó ver los murales, las pinturas de gente como Diego Rivera… Es algo que siempre me ha gustado. No lo veo como trabajo, es algo que me llena, me siento contento y que estoy disfrutando al hacerlo. Me siento contento cuando veo que algo está saliendo bien y le gustó al cliente” dice Medina Cantú, quien en su estudio tiene varias cosas que le dan un ambiente familiar: películas de cholos, una bandera de Estados Unidos, un penacho sencillo, figurillas de “homies”, una máscara de obsidiana, incluso los sillones, en los que el cliente ha de sentir la aguja con tinta traspasar su piel, tienen bordado la silueta del rostro de un cholo, gafas oscuras, sombrero, bigote y barba.

Dentro del estudio están algunos integrantes de los Maniacos, un club de bicicletas y automóviles Low Rider, el “Dalay”, “Japo”, “Payasito”, “Ese Nesio”, entre otros. Afuera del negocio hay un par de ejemplares de vehículos que no pasan desapercibidos en la imagen de un barrio tradicional de la ciudad.

En la piel de quienes se encuentran alrededor de Medina Cantú, hay figuras prehispánicas, imágenes religiosas, letras cholas que rezan “Mi vida loca”, el rostro de Francisco Villa y Emiliano Zapata; entre los cholos que están ahí, se avista el rapero “Ese Nesio”, quien en su cabeza rapada tiene tatuadas esas palabras, debajo de su ojo derecho las letras “LG” que dice, significan León, Guanajuato, su tierra; en sus brazos, espalda, estómago y hombros, hay más tatuajes de color negro, payasos, letras, el Arco de la Calzada, entre otras cosas.

Dice “Ese Nesio”, que el tatuaje cholo es un fenómeno que tiene mucha popularidad en las cárceles, para identificar pandillas, ciudades, e incluso delitos, el problema radica cuando en la mayoría de las ocasiones, la sociedad estereotipa a todos los cholos como sinónimo de vandalismo, dicen popularmente: “por uno… la llevan todos”.

Ser cholo no es drogarse, traficar con drogas, el cholo es una cultura de muchos años atrás, y le estamos haciendo ver a la gente que no es así (de problemática)… la gente obviamente juzga, pero día con día estamos tratando de  mejorar el tatuaje de este estilo, para que sea mejor visto, incluso hoy en día ya lo empiezan a aceptar un poco más, gente a la que no le gustaba esto, normalmente ‘fresones’, les empieza a gustar, muchos vienen a tatuarse ese tipo de figuras porque empiezan a darse cuenta que es otra cosa” reflexiona Medina Cantú, quien en un principio se mostraba tímido y conforme avanzó la plática, evidenció fácilmente su conocimiento sobre el tema.

Nuestro tatuaje se trata de pintar lo de nosotros, lo mexicano, los antepasados, lo prehispánico, ahora sí que nosotros tenemos ese orgullo de lo de antes… Nosotros no ponemos colores, por nuestra piel, a muchos no nos quedan los colores, el negro y el gris son los colores que a nosotros los mexicanos nos lleva” menciona Medina Cantú, quien en la espalda lleva el rostro de Frida Kahlo, muy cerca de Zapata, uno de los seres que le causan mayor orgullo al tatuador, incluso fue a Morelos a conocer las haciendas en donde el revolucionario hizo historia.

Y como todo, también hay gente que en un principio se deja llevar solo por la figura a tatuarse, sin saber el contexto que envuelve a tal o cual personaje.

Ya igual me preguntan, ¿este personaje qué es?, y yo les tengo que decir pues lo que hizo, las cosas que él hizo dentro de esta cultura, qué significan los dioses. Y ya les empiezo más o menos a relatar y a explicar de qué se trata, igual y dicen, ‘va me gusta la historia de este personaje, tatúamela’, como que se identifican” explica.

Otro de los que ahí se encuentran lleva en su antebrazo derecho una Catrina, que a su vez asemeja una virgen. Él dice que es motociclista, incluso otro tatuaje que porta más arriba de dichas figuras, es de otro estilo. El hombre agrega que radicó por algún tiempo en Estados Unidos y que llevar en la piel algún motivo de la cultura nacional, es llevar un poco del país.

Hay muchos estilos, como el tradicional que viene de Estados Unidos, el oriental, el de la India… pero el estilo cholo, el estilo mexicano pues es algo original del país, nos debería de llenar de orgullo, más que todo”, expresa Medina Cantú, comentario que es alimentado por César, quien indica que el tatuaje mexicano es un producto exportable que ha llegado a seducir los orientales, específicamente en Bangkok, hasta donde curiosamente llegó la cultura chola, con todo y sus tatuajes.

Sin duda, el tatuaje actualmente está de moda, la discriminación sigue latente, eso no se puede negar. Ante ello, el estilo “chicano” sigue su camino en la cultura nacional que deja testigo de su valor en la piel de quienes orgullosos se denominan cholos.

 

 


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