La nueva era: arte, ciencia y tecnología

Cada equinoccio de primavera y otoño en la escalinata del Templo de Kukulcán, Chichen Itzá, se proyectan siete triángulos isósceles de luz invertidos que dan forma a una serpiente. Conforme el sol llega al ocaso, se produce un asombroso juego de luces y sombras que generan la sensación de que la serpiente está descendiendo del templo. En este suceso, los mayas lograron conjugar conocimientos de astronomía (ciencia), técnicas avanzadas de construcción (tecnología) con un fin estético (arte).

La relación entre estas tres disciplinas no es algo nuevo, es gracias a esto que el rumbo del conocimiento humano se ha estado definiendo. Pero esta relación no es la misma que en la época de los mayas. Existen otros factores externos de los que este trío interdisciplinario se apoya. En nuestra época, sin lugar a dudas el factor clave es Internet.

Desde 1995, año en que se empezó a utilizar la www, diferentes universidades a nivel mundial comenzaron a crear una noosfera[1] de información, esta red alrededor del mundo intangible, donde todos podemos compartir lo que sabemos sin importar el espacio/tiempo, es inmaterial, es información.

En el 2015 esta noosfera ya no es exclusiva de las universidades, es de todos y nos conecta entre nosotros de una forma en la que antes no podría ser comprendida. Ahora muchos queremos formar parte de esto.

Antes se creía que teníamos que prepararnos académicamente para acceder a temas especializados como programación informática, sistemas paramétricos y generativos, interfaces electrónicas y digitales, robótica o biotecnología. Son los artistas contemporáneos quienes están desvaneciendo estos límites. Por ejemplo, artistas plásticos como Gilberto Esparza ahora hacen robots, Stelarc (performance) se implantó una tercera oreja en su brazo, Leslie García hace piezas sonoras con bacterias, Daito Manabe (en imagen principal) experimenta con las expresiones faciales.

¿Por qué estos artistas se introducen a estos temas? Porque es posible. Muchos de ellos, inexpertos al inicio, se van especializando en el área de su elección. Con esto nos muestran la facilidad de experimentar con lo que sea que nos interese, lo único que necesitamos es justamente ese interés.

Es ahora cuando tenemos las herramientas para crear cultura porque la cultura es eso que hacemos todos y nos define. Así que hagamos cosas, redefinamos lo que somos y lo que podemos lograr. Las cosas verdaderamente interesantes están por venir.

• Texto publicado en Revista Cultural Alternativas N65 Octubre 2015

[1] Teilhard de Chardin explica la Noosfera como el lugar donde ocurren todos los fenómenos del pensamiento y la inteligencia. Para Teilhard de Chardin, la evolución va desde la Biosfera (o evolución biológica) a la Noosfera (o evolución de la conciencia universal).