Bolaño en frases: a diez años de su muerte 

León, Guanajuato

Literatura

Bolaño en frases: a diez años de su muerte

Por Ana Teresa Zamora   15/07/13

“El oficio de escribir es un oficio poblado de canallas, eso más o menos todo el mundo lo intuye; pero además está poblado de tontos. Practicado por gente que está convencida de que es un oficio magnifico, no se dan cuenta de la fragilidad inmensa… de lo efímero que es”.  Roberto Bolaño (Santiago de Chile. Abril 28, 1953 - Barcelona. Julio 15, 2003).

La demanda acabará en risas y tú te irás libre de cargos. Horacio.

 

Roberto Bolaño vivió en México donde conoció a Mario Santiago Papasquiaro: “era mi mejor amigo. Un ser extrañísimo que parecía recién bajado de un ovni… Mario era un personaje fantástico”. Con él fundaría el Movimiento Infrarrealista:

Cortinas de agua, cemento o lata, separan una maquinaría cultural, a la que lo mismo le da servir de conciencia o culo de la clase dominante, de un acontecer cultural vivo, fregado, en constante muerte y nacimiento, ignorante en gran parte de la historia y las bellas artes (creador cotidiano de su loquísima istoria y de su alucinante vellas hartes), cuerpo que por lo pronto experimenta en sí mismo sensaciones nuevas, producto de una época en que nos acercamos a 200 kph. al cagadero o a la revolución”.

Bolaño y Papasquiaro solían acudir a lecturas de Paz sólo para gritarle que era un idiota: “nosotros detestábamos a Octavio Paz, pero es un gran poeta y uno de los ensayistas más lúcidos de nuestra lengua”.

“Yo comencé escribiendo poesía cuando la apuesta era de vida o muerte”, dijo Bolaño, quien lo reflejó en parte de su obra en la que los personajes son poetas, tienen que ver con la poesía o habitan de forma poética. Lector de Rimbaud, Lautremont, Baudelaire, Enrique Lihn, Nicanor Parra… Bolaño siempre se consideró un poeta que sabía: “Todos los escritores incluso los más mediocres, los más falsos, los peores escritores del mundo, han sentido durante un segundo la sombra del éxtasis… sin duda el éxtasis no lo han sentido, el éxtasis como tal cual quema”.

Vivió en Cataluña donde trabajó como lavaplatos, descargador de barcos, vendedor de bisutería… robaba libros y solía decir que algunas librerías al estar bien resguardadas tenían la culpa de su falta de educación: Uno empieza robando libros o comprando libros y termina leyéndolos. En mi caso es ya una obsesión, compro libros y ni siquiera los leo, los acaricio”.  

Con su mujer Carolina, se establecería en Blanes, durante aquellos años que enviaba su trabajo a concursos literarios donde en ocasiones ganaba. Decía que era un escritor de segunda división, pero que algún día jugaría la Champions. "Estoy escribiendo una novela donde tú te llamas Ulises Lima. La novela se llama Los Detectives Salvajes, escribiría a Mario Santiago en una carta donde preguntaba por México, sus calles, sus fantasmas y amigos invisibles. Juan Villoro dice que Roberto Bolaño tenía miedo de regresar a México porque pensaba que moriría. “Si no hubiera escrito estaría más vivo y más sano”.

Ya sea en Estrella Distante, donde el protagonista escribía versos en el aire con el escape de una avioneta, o en la crítica de La Literatura Nazi en América, o en sus novelas interminables como 2666, el mejor homenaje a un escritor es leerlo: “José Emilio Pacheco que es un muy buen poeta mexicano dice que la escritura es un acto individual y generalmente silencioso”.

Así la lectura, y diez años más cerca de Bolaño. 

 

 


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