Villoro y Matosas hacen mancuerna por León

El futbol, la literatura y la atención alimentaria fueron los tópicos que reunieron al escritor Juan Villoro y al DT del Club León, Gustavo Matosas, quienes junto a los orgullosos panzasverdes Ernesto Padilla y Guillermo Montemayor, fueron convocados por la asociación Banco de Alimentos, en beneficio de los leoneses que menos tienen

Anécdotas futboleras, referencias de jugadores históricos, cánticos de hinchas y nuevos lectores que encuentran en el mundo del futbol y en las precisas palabras de Juan Villoro, una alternativa de acercarse a la literatura y entender la vida "en una genialidad de Messi o en un regate de Garrincha".

Bajo el lema “Barriga llena… corazón contento” y con la finalidad de reunir fondos y donativos para atender a unas 40 mil personas de las más de 150 mil que viven en pobreza extrema en Guanajuato, la asociación Banco de Alimentos reunió en una presentación a beneficio, al escritor Juan Villoro y al DT Gustavo Matosas para hablar, entre otras cosas, del futbol y la vida.

La charla inició con la presentación de Guillermo Montemayor, hijo del Capi Montemayor, quien refirió a los padres de ambos panelistas: al filósofo Luis Villoro y al futbolista Roberto Matosas; para luego dar paso a la lectura que del libro “Balón dividido” hizo Ernesto Padilla, arquitecto, escritor y reconocido aficionado al club esmeralda.

“Este libro es mágico, expone los ángulos humanos, sicológicos, sensibles. Los escondites de los mitos de la vida y el futbol. Escudriña datos, memorias, anécdotas de los protagonistas del futbol y explica cómo el futbol es un reflejo maravilloso de lo que es la vida”, comentó Padilla durante su intervención.

Lo de Villoro, como siempre, fue de agasajo. Su grandilocuencia y estilo para narrar, también al hablar, son ya características del escritor que en un breve periodo de tiempo explicó cómo un partido de futbol es la vida, y que lo más importante sigue siendo jugarla.

Villoro inició su intervención para hablar del equipo de Matosas, el bicampeón del futbol mexicano: “Es un equipo que combina la épica con la eficacia. Asocian el juego a un proyecto que implica compromiso colectivo. El León bicampeón tiene un estilo propio” y eso se logra, según el escritor, gracias a una "personalidad excepcional" de su entrenador, a quien puso en el pedestal de sus entrenadores favoritos, ambos de su equipo, Barcelona: Johan Cruyff y Josep Guardiola.

El agradecimiento de una afición compuesta ya por dos marcadas generaciones, los que siguieron las antiguas glorias del club y los nuevos aficionados que han disfrutado del juego de éste equipo de época que dirige Gustavo Matosas, fue también comentado por el autor de "Dios es redondo".

Después de los elogios, Villoro habló de su padre y de su afición al Barcelona “equipo espectral” que de niño lo llevó a intentar jugar futbol a nivel profesional. Al respecto, citó a Roberto Fontanarrosa al momento que tuvo que situarse como escritor y no como futbolista: “Escribimos porque podemos llevar todas la vidas que siempre quisimos”.

Luego, en lo más divertido y emblemático de la velada, Villoro recordó con cariño y admiración, varias anécdotas al gran cronista deportivo Ángel Fernández, "ser invadido de narración” que le regaló “la profesión de reinventar la realidad a partir de las palabras”.

“Las palabras las necesitamos los que no podemos meter goles”, dijo Villoro quien cerró su intervención con una anécdota sobre Jorge Valdano y su incapacidad de llorar de emoción tras haber metido un gol en la final del mundial México 86, y que logró hacerlo, varios meses después, hasta escuchar la narración de ese emblemático gol en la voz de Víctor Hugo Morales: fue entonces que “las palabras alcanzaron al protagonista”, dijo.

Para cerrar la velada, el DT del Club León, Gustavo Matosas, dijo sentir “el alma llena de alegría” por participar en una actividad altruista como la que convocó el Banco de Alimentos y después de hacer un donativo, compartió con el público las impresiones que el libro "Balón dividido" causó en sí: “Villoro me hizo entender por qué juego al futbol… cuando entro en la cancha, sigo siendo ese niño que cree en los milagros”.