Bambis: entre el futbol y la actuación

Inició en León el Festival de Monólogos Teatro a una sola Voz con la presentación de Antón Araíza en ‘Bambis dientes de leche’, de la compañía Ocho metros cúbicos. Para celebrar la décima edición del evento se montarán en el Teatro María Grever, siete unipersonales hasta el jueves 31 de julio. Mañana es el turno de Mahoalli Nassourou en 'Medea Redux', de Calma Chicha

Un montaje sobre un niño de cinco que está a punto de perder su primer diente y se debate entre dejarlo o no debajo de la almohada para el ratón, animal que siempre ha detestado. Difícil de complacer. No le gusta el futbol pero en el 1986 fue testigo de la eliminación de México frente Alemania, a ritmo de tap, en los cuartos de final.

Pese a no gustarle, al niño le gusta que a su familia le guste. Habla y baila sobre el escenario al tiempo que cuenta los pormenores del partido, los nombres de los futbolistas y el dolor de aquella derrota en penales 4-1.

El niño de cinco años es interpretado por un hombre de 30 años. Antón Araiza es el actor sobre el escenario quien se presenta con serenidad. Introduce al espectador en la anécdota y comparte con ellos sus inconformidades, las molestias en la vida de un niño contadas por un adulto. Baila sobre sus puntas y talones de buena forma. Con ritmo, narra los hechos. Coordina sus movimientos al sonido de sus zapatos. Sí, los zapatos de Araiza sonaron. Como los del niño en la historia.

‘Bambis dientes de leche’ es el monólogo que abrió el Festival Teatro a una Sola Voz en León, en el Teatro  María Grever; y también es el nombre del equipo de futbol infantil donde jugó el niño protagonista hasta los doce años. Un breve periodo de tiempo en la vida que marca gustos y preferencias. Hay quienes se dedican al juego, otros, como es el caso, a la actuación.

Araiza, luego de su bien lograda coreografía, recurre al empleo de agua, plástico y pies descalzos. El personaje, luego de pararse de manos, se quita suéter, camisa, zapatos, calcetines; y toma un trapeador y una cubeta en el centro del escenario.

Es el preámbulo del fin. Aquí se vinculan emociones, reflexiones y recuerdos alegres para que Bambis dientes de leche gané el partido y al público que salió del teatro con una sonrisa, al término de la primera función de monólogos en el María Grever.