Muere Leopoldo María Panero, el poeta total

Otro de los 'Nueve Novísimos' españoles que conjugara un día Josep Castellet se ha ido. Quizás el último de los poetas malditos. El hombre atormentado que blandía la poesía como una espada furibunda: Leopoldo María Panero. El eslabón final de un linaje de poetas muere a los 65 años. Jorge Herralde asegura que le sobrevivirá: “El recuerdo de su fulgor”.

Leopoldo María Panero, poeta, narrador, ensayista y actor, tuvo una vida repartida entre versos tóxicos y hospitales psiquiátricos. El consumado fumador, bebedor y adicto a varias drogas, entre ellas la literatura, murió finalmente a los 65 años en el hospital Juan Carlos I de Las Palmas (Canarias).

No fue mala la elección de Benito J. Fernández la de titular la biografía de Panero como ‘El contorno del abismo’. Los mordaces versos descarnados dibujaban el contorno de algo que parecía aún más oscuro: su autor. Hijo del eminente poeta de la posguerra, Leopoldo Panero y hermano del también poeta 'Michi' Panero, logró labrar su propio reconocimiento por las vías del 'malditismo' de la mano de maestros como Rimbaud y Baudelaire. Agregando un poco de drogas a la mezcla, el adolecente se convirtió en el más genial de los ‘enfant terrible’ de la poesía española.

Llegó a ser el más renombrado del grupo 'Los nueve novísimos' formado por el también escritor, Josep Castellet. Félix de Azúa, otro de los nueve, llegó a decir: "Su obra primera creo que será de las pocas cosas realmente poéticas del siglo XX español que duren algo más de diez años".

El tormento es parte orgánica de su obra. Bastará decir que la mayor parte de sus poemas más reconocidos vieron la luz en la oscuridad del Centro Psiquiátrico Mondragón. Autor de 'Así se fundó Carnaby Street' (1970), considerada su obra maestra y cumbre de la poesía española de segunda mitad del siglo XX y 'Teoría' (1973), libro que él mismo recomendaba como su mejor trabajo. Además de libros como: 'Cadaveres exquisitos y un poema de amor' (1992), 'Esquizofrénicas o la balada de la lámpara azul' (2004), que se insertan en una obra de más de cuarenta títulos, además de tres libros de ensayos y ocho de narrativa.

"Ante todo era poeta. Vomitaba poesía. Era como su alimento natural, y eso hacía que no le prestara mucha importancia al lector, él escribía porque le nacía", afirma Antonio Huerga, editor.

El propio Panero señaló: "La locura existe, no así su curación. Al contrario de lo que se piensa, lo malo es el consciente, no el inconsciente. Como decía Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo vuelve monstruoso".